Pero ojo, que antes de que ambas formaciones se disputaran el favor de una audiencia que se mostró absolutamente entregada tendríamos ocasión de disfrutar de una buena sesión de macarrismo thrashero de manos de una de las formaciones más gamberras, irreverentes y divertidas que han aparecido en este tercer milenio: Municipal Waste, quienes aprovecharon la oportunidad para reivindicarse mientras nos presentaban algunas de las composiciones de su más reciente entrega discográfica “Electrified Brain”.
A diferencia de lo que suele ser habitual, pese a lo vespertino de los horarios programados para la cita, cuando Municipal Waste irrumpieron sobre las tablas, -apenas eran las 18,30 horas-, el recinto estaba ya bastante concurrido y animado. Y es que me gustaría resaltar que los que acudieron a primera hora vinieron con muy buena predisposición y ante todo con ganas de pasarlo bien. Así que durante los escasos cuarenta minutos que el quinteto de Virginia estuvo sobre las tablas no hubo ni un segundo de tregua, ya que el mosh, el pogo, el headbanging y los circle-pits fueron una constante durante la descarga de unos Municipal Waste que fueron acogidos con un entusiasmo brutal, dejando claro que la audiencia de la Ciudad Condal tenía muchas ganas de verles en acción.
Acogidos con los brazos abiertos, de forma entusiasta. Como esos viejos colegas que uno hace mucho tiempo que no ve. Así es como fueron recibidos Municipal Waste, poniendo al personal en movimiento desde que abrieron fuego con la aniquiladora pegada de la apabullante “Desmoralizer”, y ya desde el mismo arranque pudimos comprobar que la conexión entre banda y público iba a ser brutal, convirtiendo el show en un verdadero desmadre. Evidentemente, Municipal Waste no iban a desaprovechar la ocasión para reivindicarse como una de las bandas más prometedoras del los últimos años, así que durante el show el quinteto de Virginia no vaciló a la hora de buscar la complicidad del personal haciéndonos participes de los coros en temas como “Breathe Grease” o “The Thrashin´Of The Crist”, que nos dejaba la estampa del bajista Phillip Hall levantando sus puños al aire mientras Tony Foresta nos incitaba a danzar incansablemente.
Sí, la descarga de Municipal Waste fue un desfase, una auténtica fiesta. Y es que mezclar en la misma cocktelera elementos del thrash, el crossover y el punk, es garantía segura de éxito , y temas como “Poison The Preacher” así lo atestiguaron, y más cuando la gente no paró de danzar siguiendo las indicaciones de un Tony Foresta que ejerció en todo momento como el perfecto maestro de ceremonias. Ataviados con sus habituales bandanas, haciendo gala de su peculiar sentido del humor y crecidos por la respuesta de un respetable que se entregó al máximo Municipal Waste prosiguieron con su particular paseo militar dando buena cuenta de trallazos infalibles como “Grave Dive”, en el que levantaron ligeramente el pie del acelerador para adentrarse en esos riffs más crujientes y pantanosos, para acto seguido volarnos literalmente la cabeza con una ración de volátil crossover como es “You’ re Cut Off”.
Hacia bastante tiempo que no veía en un concierto cuerpos surfeando por encima de las primeras filas, pero esta noche pudimos ver a más de un aventurero intentar el asalto al escenario. En cualquier caso, eso no pareció incomodar a una banda que siguió ofreciendo coléricos zarpazos como “Sadistic Magician”, mientras el personal no dejaba de danzar participando en sus fulgurantes coros con el puño en alto. Aunque durante los compases iniciales de la descarga del combo americano el sonido no fue el mejor, -con la batería excesivamente alta y las guitarras muy embarulladas-, fue a lo largo del segundo segmento del show cuando todo empezó a sonar en su sitio, haciéndonos vibrar en temas como el punkero “Headbanger Face Rip”, que fue el elegido para incidir en el material del fantástico “The Art Of Partying”.
Otro detalle a destacar fue la cercanía de un quinteto que no paró de interactuar con el público. Así que cuando Mr. Foresta dio el pistoletazo de salida a la novedosa “High Speed Steel”, la locura se desató entre unas primeras filas que a estas alturas estaban ya empapadas en sudor. Para encarar la recta final de su presentación los de Virginia optaron por los riffs mosheantes de “Wave Of Death”, para dejar que la rúbrica a su excitante presentación corriera por cuenta de la infalible “Born To Party”. Fue corto, salvaje e intenso. Pero suficiente para certificar que los directos de Municipal Waste son una experiencia que cualquier seguidor del thrash metal que se precie no debería perderse.
Concluido el primer asalto de la noche llegaba el que para muchos debería haber sido el acto principal de la velada: el show de Kreator. Resulta recurrente pensar cuando hablamos de las descargas en directo de una banda clásica como son las huestes que capitanea Mille Petrozza que sus repertorios van a estar centrados en el material que facturaron en sus primeros trabajos. Pero, afortunadamente, en su caso no es así. Kreator no son una banda que viva de rentas, ni mucho menos. Y es que si miramos el repertorio que nos ofrecieron esta noche podremos observar que la gran mayoría de temas que interpretaron han sido grabados en este siglo XXI. Eso sí, la contrapartida negativa es que se nos quedaron en el tintero un montón de clásicos que siempre es un placer escuchar en vivo, y es que pocas bandas pueden permitirse el lujo de dejar fuera del setlist trallazos icónicos e imprescindibles dentro de su carrera como “People Of The Lie”, “Some Pain Will Last”, “Tormentor”....
Otro detalle a destacar fue que en esta ocasión, e imagino debido a que no eran los últimos en tocar, el montaje escénico de los germanos fue algo más modesto. Así que esta noche no hubo lluvia de confeti, ni pirotecnia, como sucediera en anteriores visitas; ni las ráfagas de humo fueron tan generosas. Aunque he de reconocer que esos detalles no desmerecieron para nada la descarga de unos Kreator que hace ya mucho tiempo que son un valor seguro sobre las tablas. Y es que ese núcleo duro que han forjado en las últimas dos décadas la tripleta Petrozza/ Ventor/ Yli-Sirniö funciona como una auténtica apisonadora a la que en los últimos tiempos hay que sumar la labor del bajista francés Frédéric Leclercq.
Acogidos con efusividad por un público ya muy caliente tras la descarga de Municipal Waste y después de haber entonado varios himnos del heavy metal durante los instantes previos a que el cuarteto irrumpiera en escena, la banda salió confiada y dispuesta a ofrecer una descarga a la altura de su leyenda. Arrancaron confiando en su material más reciente, y es que tras sonar la introducción que abre su último redondo “Sergio Corbucci Is Dead”, Petrozza se plantaba en el centro del escenario para ofrecernos el desgarrador alarido que dio paso a “Hate Über Alles”, dejando claro que las nuevas composiciones de la banda han calado hondo entre sus seguidores, y es que ver a toda la sala cantando y votando fue la constatación definitiva de ello. Fue una constante a lo largo de todo el show, la audiencia cantó y coreó cada uno de los temas siguiendo las indicaciones de un frontman que nos manejó en todo momento a su antojo, dándonos la entrada a la hora de acompañarle en los hímnicos estribillos de temas como “Hail To The Hordes”.
Durante el primer speech de la noche Mr. Petrozza se mostró agradecido por el respaldo y muy contento de volver a estar ante sus incondicionales barceloneses. Así que durante este primer speech fue cuando tiró de una de sus “recurrentes coletillas” movilizando al personal de la izquierda y la derecha antes de que la intro de “Awakening The Gods” diera paso a la pieza que daba título a su obra de 2005 “Enemy Of God”. Como comenté anteriormente en esta ocasión la puesta en escena de Kreator fue algo más austera, pero sin embargo no faltaron las columnas de humo alzándose imponentes delante de los músicos cada vez que había que corear el estribillo de “Phobia”, que a la postre fue el único recuerdo que se permitieron del material facturado a lo largo de la controvertida década de los noventa.
Más atrás en el tiempo, concretamente hasta finales de los ochenta, nos llevó el siguiente numero de la noche. Y es que el siguiente tema en caer fue uno de los que muchos consideramos como imprescindibles dentro de la trayectoria de los germanos, aunque es cierto que se ha quedado fuera de algunos de los repertorios de sus últimas giras. Fuera como fuere, esta noche tuvimos ocasión de volver a deleitarnos con la rabiosa y humeante “Betrayer”, que hizo que muchos levantáramos los puños a la hora de corear ese estribillo que tanto nos marcó en su momento a muchos de los presentes. Mucho se ha hablado de la evolución de la propuesta del combo alemán a lo largo de su carrera, con sus escarceos con otros estilos. Pero lo cierto es que en la actualidad su sonido podríamos encuadrarlo dentro de un heavy metal más standard y accesible, aunque sin perder la esencia de su primigenio thrash, tal y como quedó patente en temas como “Satan Is Real”, que potente y melódico a partes iguales se convirtió en una nueva excusa para que el público fuera parte importante del espectáculo.
Varios fueron los momentos a lo largo del show en los que Petrozza tuvo que ralentizar sus “parlamentos” para dejar que el respetable coreara el nombre de la banda. Así que tras deleitarse el cuarteto en uno de estos baños de masas llegaba el momento de adentrarnos de lleno en los desarrollos netamente thrasheros del incontestable “Hordes Of Chaos (A Necrologue For The Elite)”, que nos dejaba con otro humeante duelo marca de la casa protagonizado por Mille y Sami. Aunque al final no se incluyó en su último redondo, Kreator no quisieron dejar aparcado el tema “666 - World Divided”, que incluyeron en el split que compartieron con Lamb Of God y que fue el primer tema que grabaron con su actual bajista.
Con el recinto sumido en la penumbra sonaba a través del P.A., la introducción “Ars Mantra”, y todos sabíamos que la siguiente en caer sería la apabullante “Phantom Antichrist”, haciendo que la locura volviera a desatarse en los aledaños del escenario mientras el propio Ventor nos espoleaba tras su kit. Una nueva mirada sobre su trabajo del pasado año nos abocaría sobre “Strongest Of The Strong”. Pero sin duda uno de los momentos de la noche llegaría justo a continuación, cuando Petrozza salió a escena empuñando la bandera durante la presentación de otra de sus gemas imprescindibles: “Flag Of Hate”.
A estas alturas, y con el ambiente ya totalmente caldeado, era un buen momento para que “The Patriarch”, nos flanqueara el paso hacia el tema que daba título al trabajo que para muchos significó su resurrección a principios de este siglo XXI: “Violent Revolution”, que acompañada nuevamente de humo y contando con la entrega del personal se acabó convirtiendo en otro de los puntos álgidos de la velada. Tocaba rematar el show, rubricar su descarga, dejándonos a todos con un muy buen sabor de boca, y para ello Kreator optaron por hacer una última incursión en su material ochentero para dar buena cuenta del enfermizo “Pleasure To Kill”.
Se nos hizo corto, como siempre. Y es que siempre es un placer ver en directo a una banda con un directo tan sólido y compacto como el que tienen Kreator. Mientras muchas formaciones de su generación se dedican a girar tirando de viejos clásicos, Mille Petrozza y sus muchachos salen a la carretera con ganas de presentar material de última hornada y, lo que es más importante, con el mismo hambre y la misma pasión que lo hacían a finales de los ochenta.
Pese a la creciente popularidad de Lamb Of God, si la memoria no me falla la de esta noche era su tercera visita a tierras catalanas en algo más de una década, y la segunda como cabezas de cartel, ya que hay que remontarse hasta el verano de 2012 para encontrar un precedente igual, ya que en aquella ocasión tocaron en un Razzmatazz 2 a medio gas y teloneados por los extintos The Eyes. Mucho ha subido el caché de los de Richmond en los últimos años, especialmente en el Viejo Continente, y es que sus últimas entregas les han consolidado, sino lo eran ya, como uno de los abanderados del groove más hiriente y salvaje.
Sería una obviedad volver a incidir en que había muchas ganas de ver a Lamb Of God en directo, ya que esta gira había sido postpuesta en un par de ocasiones. Pero, afortunadamente, el día y la hora habían llegado. Los americanos estaban en la Ciudad Condal y estaban dispuestos no sólo a presentar en directo su más reciente “Omens”, sino a dejar patente su estatus y la fama que les precede. No lo iban a tener fácil, nunca es sencillo salir tras el torbellino alemán Kreator, pero lo cierto es que Mr. Blythe y sus muchachos están habituados a batirse el cobre con bandas como Slayer, Metallica...
Como era previsible los americanos si que trajeron su montaje completo, con varias plataformas repartidas a lo largo del escenario, unas lonas piramidales, y un vistoso juego de luces que ayudó a potenciar los momentos más intensos y cañeros del show. En cuanto al sonido, he de admitir que por lo menos desde mi posición, no fue todo lo nítido que me hubiera gustado, ya que en algunos momentos sonó todo excesivamente saturado, llegando a enterrar en algunos pasajes la voz de Randy Blythe. Donde si que no hay nada que objetar es en la entrega y actitud de una banda que salió dispuesta a arrasar con todo a su paso, a no hacer prisioneros, y que en todo momento supo mantener la intensidad de un show que se nos acabó quedando algo corto, en cuanto a duración se refiere.
No uno, sino dos, eran los trabajos que el quinteto de Richmond tenía que presentar esta noche ya que durante el largo parón pandémico la banda ha publicado un trabajo homónimo en junio 2020, y “Omens” en octubre de 2022, ambos con su más reciente incorporación el batería Art Cruz. Con las pilas bien cargadas, con unas guitarras hirientes y lacerantes, y con la rotundidad de una sección rítmica que en muchos momentos hizo retumbar los cimientos del local, la banda aparecía en escena comandada por un Randy Blythe que en ningún momento paró de moverse y contorsionarse, haciendo que sus largos tirabuzones no dejaran de agitarse mientras atacaba, encaramado sobre una de las tarimas centrales, la inicial “Memento Mori”. Luciendo un look muy casual, -y algo inspirado en los noventa-, la banda no tuvo ninguna dificultad para conectar con un público que se entregó al máximo cuando se dio cuenta de que la siguiente en sonar iba a ser una de sus predilectas “Ruin”.
Especialmente llamativo me pareció la labor de los guitarristas Mark Norton y Willie Adler, quienes quizás no sonaran virtuosos ni pulidos, pero que uniendo fuerzas mostraron una rotundidad y un aplomo que acabó propiciando que otra de las viejas favoritas para los seguidores de la banda “Walk With Me In Hell”, sonara como un mazazo efectivo y demoledor. Fue tras ejecutar el tema que abría su cuarta entrega de estudio “Sacrament”, cuando la banda decidió parar para intentar mejorar la calidad de un sonido que hasta ese momento no les había hecho justicia. Sí, evidentemente, el parón aplacó ligeramente la euforia de sus seguidores, pero cuando finalmente la banda retomó el show con “Resurrection Man”, todos lo agradecimos ya que el sonido mejoró notablemente, especialmente en cuanto a la nitidez de la sección rítmica que conformaron el ya mencionado Art Cruz y el bajista John Campbell.
Ahora sí, con el personal completamente entregado, una banda desatada, y un sonido rotundo y abrumador, los americanos lo tenían todo para convertir su descarga en un paseo militar..., y vaya si lo hicieron. Sin concedernos ni un segundo de tregua, imprimiendo al show un ritmo incendiario y demoledor no tardarían mucho en azotarnos inmisericordemente con otra de las nuevas “Ditch”, mostrando un despliegue luminotécnico de primer nivel, para acto seguidor echar la vista atrás para hacer vibrar al personal con ese derroche de intensidad y mala leche que lleva por título “Now You´ve Got Something To Die For”.
Empalmado con el último acople de guitarra del tema anterior, para provocar el delirio generalizado, arrancaba “Contractor”, rescatado de su obra “Wrath” de 2009, que se zanjaba con un público totalmente desatado que no paró de corear insistentemente el nombre de la banda mientras un complacido Blythe se deshacía en reverencias mostrando una socarrona sonrisa de satisfacción. Dispuestos a rematar definitivamente al personal le llegaba el turno a “Omerta”, que provocó que los alocados bailes del personal no se detuvieran. Una última mirada sobre su más reciente trabajo serviría como pretexto para deleitarnos con la pieza que le presta título “Omens”, dejándonos con la estampa de un frontman que parecía poseído, incitando al personal a que no dejara de moverse para dar colorido a un show absolutamente impecable.
Indudablemente, en lo que llevábamos de descarga el quinteto de Richmond había demostrado que su material más reciente tiene potencial y pegada, pero la locura generalizada estalló cuando la banda encaró la recta final de su presentación echando mano de un trallazo incontestable como “11th Hour”. La adrenalina, el descontrol, y la perfecta sintonía entre banda y público prosiguió durante “512” y la apabullante “Vigil”, que acompañada por las palmas del personal nos dejaba con otro suculento manjar de lo que fue su segundo redondo “As The Palaces Burn”, que en breve cumplirá su dos décadas de vida.
Lamb Of God no quisieron olvidarse los pertinentes agradecimientos tanto a Municipal Waste como a los grandes titanes del thrash europeo Kreator antes de encarar la recta final del show con la letal visceralidad que imprimieron a “Laid To Rest”. Mientras, que como no podía ser de otra forma, el broche definitivo para su apabullante retorno a tierras catalanas corrió por cuenta de la inevitable “Redneck”. Fue una noche de las que seguro se recordará durante mucho tiempo, en la que tuvimos ocasión de ser testigos del duelo entre la leyenda del thrash europeo y los nuevos reyes del groove americano, todo ello aderezado por la descarga de unos Municipal Waste que supieron aprovechar su oportunidad para darse a conocer entre quienes todavía no les tenían controlados. Y es que sólo faltó para poner la guinda al pastel que ambas formaciones hubieran unido fuerzas para tocar en vivo el tema que han grabado de forma conjunta “State Of Unrest”.
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