Para cualquier banda establecida resulta un duro desafío sobreponerse a los cambios de personal, pero el paso del tiempo ha demostrado que en el caso de Avalanch esos cambios han servido para revitalizar su carrera dándole un nuevo enfoque a su propuesta. Sobra decir que Avalanch son una formación imprescindible para entender la escena nacional de las últimas décadas, dejándonos temas que a día de hoy se han convertido en himnos para varias generaciones de metaleros. Pero, curiosamente, este 2023 supone de alguna forma un nuevo punto de partida para un Alberto Rionda que, por supuesto, sigue contando con esa base de fieles incondicionales que le han acompañado durante toda su carrera. Sin embargo, la banda se enfrenta a un nuevo reto con la incorporación de su nuevo vocalista José Pardial.
Pero no es la incorporación del frontman madrileño la única novedad en esta nueva encarnación de Avalanch, a los que ahora, contando únicamente con la guitarra de Rionda, se les ha unido el bajista Nando Campos. Tras la reciente publicación de “El Dilema De Los Dioses” la banda arribaba a la sala mediana del Razzmatazz para presentarse en sociedad en tierras catalanas, y lo cierto es que los seguidores de las huestes que capitanea Alberto Rionda respondieron a la llamada, ya que el recinto acabó presentando un buen aspecto, algo más de media entrada. Además como acompañantes para este reencuentro, tras el largo parón pandémico, con el público catalán Avalanch contaron con una formación histórica y muy querida dentro del panorama nacional como son Tako, quienes se encargaron de caldear el ambiente antes del desembarco de las estrellas de la noche.
Minutos antes de que el reloj marcara las ocho de la tarde y muy bien arropados por una nutrida representación de incondicionales aparecían en escena Tako dispuestos a hacernos pasar un buen rato repasando algunas de las composiciones más notables de su longeva trayectoria, y es que la formación de Ejea De Los Caballeros lleva en activo desde mediados de la década de los ochenta. Dando cancha a ese sonido roquero y marchoso que siempre les ha caracterizado el quinteto nos invitó a participar activamente en los coros desde que abrieron fuego con la dupla ganadora que conformaron dos clásico incontestables como “Ya Estamos Todos”, y “Todos Contra Todos”, el tema que prestaba título a su obra de 1993.
Aunque a priori poco tenía que ver el estilo de los aragoneses con el de Avalanch, lo cierto es que la banda que lidera el incombustible Mariano Gil “Rones”, no tuvo problemas para conectar con unas primeras filas que llegaron dispuestas a cantar y animar al máximo. Además la banda tuvo el detalle de dedicar a uno de sus seguidores más fieles “Ayer, Hoy Por Siempre”. Pese a lo longevo de su carrera el repertorio de Tako se basó en su producción de la década de los ochenta y primeros noventa, así que temas como “No Puedo Respirar” y el celebradísimo “Poeta Nocturno” fueron la excusa perfecta para que todos cantáramos junto a la banda con el puño en alto.
El sonido del que disfrutaron los aragoneses fue bueno en líneas generales, pero lo que no me gustó fue el juego de luces, ya que apenas pudimos distinguir el rostro de los músicos, limitándonos a seguir sus siluetas por el escenario. Sin embargo, lo que sí pudimos ver fue cómo caía la lona que cubría la batería de Mike Terrana mientras la banda atacaba “Víctima Del Amanecer”. Pero dejando a un lado las anécdotas, Tako demostraron que siguen conservando el cariño de unos seguidores que corearon el nombre de la banda con insistencia en varias ocasiones a lo largo del show. De las que más gustaron al personal destacaría “A Las Puertas Del Deseo”. Mientras que durante “El Viejo Resina”, Nacho abandonó su lugar tras los teclados para coger el micro y ejercer como frontman y cantante junto a Mariano, espoleando así a un público cada vez más caliente y animado.
Para encarar la recta final del show no podían faltar algunas imprescindibles en su discografía como “La Dama De Blanco”, “El Enterrador”, y otra de las que fue cantada con devoción por sus fieles: “Carpintero de Condenas”, el corte que abría aquel fantástico “Todos Contra Todos”. Para el fin de fiesta definitivo Tako nos invitaron a participar en los festivos cánticos de “Oh, Oh, Oh”, ratificando así una descarga que resultó de lo más divertida, y que sirvió para que algunos nos reencontráramos con una banda que hacía mucho tiempo que no veíamos en directo.
Evidentemente esta nueva visita de Avalanch a la ciudad condal había suscitado bastante expectación. Había muchas ganas de comprobar como sonarían los nuevos temas en directo y sobre todo de comprobar las habilidades de su nuevo frontman, José Pardial, tras haber leído las buenas críticas de las primeras fechas de presentación de “El Dilema De Los Dioses”. He de admitir que soy de los que piensa que estos nuevos Avalanch han apostado por seguir una senda más melódica, así que me sorprendió que las nuevas composiciones no tuvieran un mayor peso en el repertorio de esta noche. Eso si, me gustó que Alberto Rionda y sus muchachos tocaron temas de todas sus etapas obviando únicamente el material que facturaron junto a Juan Lozano.
Salieron con todo de cara, contando con el respaldo y el cariño de unos seguidores que les recibieron con los brazos abiertos. El último en aparecer en escena fue el gran protagonista de la velada para rápidamente convertirse en el centro de todas las miradas, con el permiso del maestro Rionda. José Pardial luciendo una amplia sonrisa no tardó en apoderarse del centro del escenario para hacer suyo “ El Oráculo”, dejando claro desde el mismo arranque que ha trabajado duro para colmar las altas expectativas de los seguidores de la banda. Me gustó mucho el tándem Rionda/Ramil dando esa cobertura melódica a los temas que tan bien combina con el elegante registro de Pardial, mientras que la sección rítmica con Nando y esa bestia parda que es Mike Terrana se encargaban de cimentar temas como “El Peregrino”, que fue la escogida para proseguir con el show buceando en lo que fue su anterior entrega de estudio “El Secreto”.
Habiéndose presentado a sus incondicionales, Pardial comentó que había llegado el momento de tocar el primer megaclásico de la noche, de modo que la siguiente en sonar, para provocar la algarabía entre las primeras filas, fue “Delirios de Grandeza”, con un Rionda absolutamente sublime acaparando en esta nueva etapa todo el peso de las guitarras tras la salida de Jorge Salán. La primera mirada a los discos que la banda grabó con Ramón Lage llegaría con “Otra Vida”, con el vocalista dándole su toque personal, sonando algo menos punzante pero igual de intensa, -gracias a la rotundidad de la sección rítmica-, y melódica que en su versión de estudio para acabar arrancando la efusiva respuesta de un respetable que denotaba que el nuevo fichaje de la formación estaba pasando su particular revalida con nota.
Por fin había llegado el momento de probar algunos de los nuevos temas en directo, así que tras haber despejado algunas incógnitas tocaba empezar a presentar “El Dilema De Los Dioses”, dando buena cuenta de “Horizonte Eterno” dejando patente la apuesta de la actual encarnación de Avalanch por la distinción y la melodía. Además de demostrar sus buenas cualidades como vocalista Pardial se destapó como un frontman de lo más cercano y comunicativo. Así que tras hacer cantar al público era un buen momento para embarcarnos en “Pies De Barro”, que se zanjaba con el madrileño firmando una notable interpretación mientras unía fuerzas con Rionda en la parte central del escenario.
Sin apenas darnos tiempo para reponernos del impacto, y con las primeras filas completamente entregadas, “Mil Motivos”, fue una de las pocas composiciones en las que Pardial no consiguió llegar a las cuotas de Lage, y es que su cristalina voz no sonó tan rasgada como la del vocalista ovetense. En cualquier caso, el desarrollo solista de Rionda y la efusividad del público acabaron propiciando que el tema quedara de lo más resultón. Y es que fue durante esta parte del show, en esos temas más personales e introspectivos, donde Pardial tuvo que poner toda la carne en el asador para intentar convencer a los fans, ya que piezas cargadas de épica y grandilocuencia como “Niño” han calado muy hondo entre la audiencia. Sin embargo, escuchar al personal corear el nombre del vocalista fue la constatación definitiva de que hizo un fantástico trabajo.
Muchos más cómodo se mostró Pardial a la hora de atacar “Cuatro Elementos”, dejando claro que el tema, -con el punch roquero de la guitarra en el arranque y su meloso estribillo-, tiene visos de convertirse en otra de las que engrosará la amplia lista de himnos de Avalanch. Sin duda fue uno de los momentos de la noche, y es que Mike Terrana nos demostró que sigue siendo un verdadero animal a la hora de aporrear su kit. Fue, como de costumbre, el particular show del batería americano. Diez minutos de diversión y espectáculo que siempre agradecen tanto sus compañeros,- que pueden tomarse un respiro-, como la gran mayoría de espectadores.
Los teclados de Manuel Ramil se dejarían notar con fuerza durante el estribillo de un celebradísimo “Alas De Cristal”, que fue el elegido para flanquearnos el paso hacia la recta final de un show que prosiguió con ese alarde de sentimiento y melodía que lleva por título “Papel Roto”, que fue otra de las que Pardial consiguió hacer suya con facilidad, dándole a su estribillo la preponderancia que merece. He de reconocer que me sorprendió que el nuevo trabajo no tuviera más protagonismo. Así que para cerrar el espacio dedicado a “El Dilema De Los Dioses”, la banda se decantó por el tema que lo abre “Expulsando A Mis Demonios”. Mientras que el punto y seguido corrió por cuenta de “Flor En El Hielo”, que les servía para volver a acercarnos al material que grabaron con Isra Ramos en 2019. Por cierto me sorprendió que Isra no apareciera junto a sus ex-compañeros, ya que hubiera estado bien ver a ambos vocalistas interpretar “Confianza Ciega”.
El retorno sobre las tablas estuvo marcado por ese ejercicio de virtuosismo y buen gusto que lleva por título “Santa Barbara”. La gente volvería a vibrar intensamente cuando la banda al completo se embarcó en “Lucero”. La apoteosis total, con Pardial haciéndonos cantar a capela llegaría con otra de las imprescindibles “Xana”. Mientras que la rúbrica para el estreno de estos nuevos Avalanch en tierras catalanas corrió por cuenta de la siempre épica “Torquemada”, con Pardial estirando sus cuerdas vocales mientras el ambiente se calentaba al máximo en la sala para firmar un fin de fiesta apoteósico.
Sí, he de admitir que era de los que albergaba alguna reticencia sobre cómo sonarían estos nuevos Avalanch en directo, y especialmente cómo conseguiría afrontar los temas clásicos José Pardial. Y lo cierto es que el vocalista madrileño superó la prueba con creces. Y es que en ningún momento intentó emular a sus antecesores, sino que dio lo mejor de sí mismo para otorgar una nueva identidad a una colección de composiciones que, por derecho propio, se han convertido en clásicos imprescindibles para cualquier seguidor del metal nacional.
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