A lo largo de la carrera de cualquier banda, -al igual que sucede en la trayectoria vital de las personas-, existen un montón de encrucijadas, de momentos decisivos, que sin duda acaban marcando el futuro: “Ahora o nunca”. Los catalanes Ars Nova, han apostado fuerte de cara a la edición de su tercer esfuerzo discográfico “Abrazando Las Sombras”, se han volcado compositivamente, han puesto toda la carne en el asador, jugando sus mejores bazas para acabar redondeando el que sin duda va a ser uno de los trabajos más destacados dentro del panorama nacional en este 2023. Una vez cumplido el objetivo de sacar su trabajo más complejo, maduro, ambicioso, y que tiene potencial para alcanzar las cuotas anteriormente citadas, tocaba llevar toda esa calidad al directo. Esa espada de Damocles que acaba dictando sentencia sobre si una banda es un producto de laboratorio o una maquinaria perfectamente engrasada capaz de transmitir emociones con su música.
Pues bien, ese era el duro reto al que se enfrentaron Ars Nova el pasado sábado 20 de mayo en la sala La Nau de la Ciudad Condal. Nada más y nada menos que llevar al directo de forma solvente el material de su tercera entrega de estudio. Para ello contarían con un marco inmejorable: una sala que registró una muy buena entrada, copada de amigos, familiares y sus seguidores más acérrimos. Ante tales perspectivas la noche pintaba muy bien, pero antes de que Ars Nova se apoderaran del escenario tendríamos ocasión de pasar un buen rato con los chicos de BlackØwl, quienes aprovecharon la ocasión para repasar el material contenido en su primera entrega de estudio que lleva por título “Fly Away”.
Antes de empezar a comentar lo que fueron las actuaciones de ambas formaciones me gustaría destacar la fantástica respuesta del respetable, ya que la sala acabó registrando una fantástica entrada, algo que desafortunadamente no suele ser habitual cuando hablamos de bandas locales. Ya lo demostraron en su presentación en la pasada edición del Rock Fest Barcelona, y es que BlackØwl podrían ser considerados como los nietos catalanes de Ac Dc, ya que la larga figura de la banda de los hermanos Young puede apreciarse claramente en muchas de sus composiciones, algo que sin duda es una apuesta segura de cara al directo.
Me gustó mucho la solidez con la que sonaron sus compactos riffs, el aplomo de una sección rítmica sencilla y compacta, pero sobre la labor de su vocalista Dani Martos, que sonó rabioso y afilado, y si hablamos en lenguaje de Ac Dc, mucho más cercano al registro de Brian Johnson que al del malogrado Bon Scott, tal y como quedó patente en cortes como “Dark Side Of Rock N´ Roll”, o la vacilona “Speak Of The Devil”, que con sus contagiosos coros hacía que a todos nos sonara familiar y nos animara a cantar junto a la banda.
Seguramente muchos pueden pensar que la fórmula de BlackØwl es sencilla, pero lo cierto es que hay que tener gracia, y sobretodo olfato para sacar esos riffs contagiosos y de esencia roquera que son capaces de conectar con el personal para convertir el recinto en una fiesta, y eso es precisamente lo que el quinteto catalán logró en cortes como la socarrona y acelerada “Don” t Stop”. Tampoco faltaron los pasajes más relajados y netamente Boogie-rock impregnando piezas como “Fly Away”, que personalmente fue de las que más me gustaron.
A medida que fue avanzando el show más gente fue entrando en la sala, así que cuando BlackØwl atacaron “Easy Job”, en el recinto había ya un ambiente de lo más animado. De modo que las ganas del público de pasarlo bien quedaron plasmadas cuando gran parte del auditorio se puso a saltar siguiendo las indicaciones de Dani, -que prometió unas púas que darían descuento en su merch para los que se mostrarán más animados-. Pese a que, como comenté anteriormente , la propuesta de los catalanes tiene como pilar indiscutible el sonido de la banda de los hermanos Young, también pudimos apreciar algún guiño boogie en “Deep Water” y a otras bandas clásicas como Z.Z. Top en el vacilón riff y la cadencia que se encargó de conducir “Long Road Ghosts”.
En definitiva, una muy buen actuación de unos BlackØwl, que pese a su juventud siguen confiando en las fuentes más clásicas para dar forma a su propuesta, tal y como ratificaron en lo que fue el último tema de su descarga con otro estribillo de esos que se queda grabado instantáneamente en la cabeza: el de “Napoli Street”.
Tras el pequeño impas que sirvió para que los más rezagados acabaran accediendo al recinto para tomar posiciones todo parecía preparado para afrontar lo que iba a ser el plato fuerte de la noche: la descarga de Ars Nova. He de recomer que tras haberme conquistado con “Abrazando Las Sombras”, tenía muchas ganas de escuchar en vivo esa colección de nuevas composiciones, y comprobar además si serían capaces de trasladar al directo todos los matices y elementos que pueden escucharse en su más reciente entrega discográfica. Sí, evidentemente, al no llevar teclista los catalanes tuvieron que recurrir a disparar algún arreglo pregrabado, pero cabe remarcar que no resultó para nada excesivo y fue más bien un complemento al excelente desempeño de unos músicos que se mostraron motivados y con muchas ganas de agradar a su parroquia en este esperado reencuentro
Me gustó mucho su sección rítmica, ya que el batería Jabi Suárez y el bajista Damià Ferràndiz formaron un par rotundo y perfectamente engrasado creando los sólidos cimientos que sirvieron para que Dani Alonso junto a algunos de los invitados que fueron desfilando por el escenario a lo largo del show dejaran patente su calidad guitarrera. Sin embargo, el gran triunfador de la noche fue Alfonso Sánchez, quien se mostró sólido, convincente y resolutivo en su labor como vocalista, ejerciendo además como el perfecto anfitrión ante un público que estuvo muy metido en el show dando colorido y calor a una descarga que resultó absolutamente redonda.
Se les notó mucho. Ars Nova ponían esta noche fin a una larga ausencia de los escenarios, y eso se notó en la fuerza y la entrega con la que aparecieron en escena para dar el pistoletazo de salida con la propia “Abrazando Las Sombras”. El último en aparecer en escena, corriendo hacia el público, fue Alfonso, -enfundado en una chupa de cuero-, para rápidamente apoderarse del centro del escenario y catalizar todo el potencial melódico que desplegaron sus compañeros con su elegante registro. La noche había arrancado de la mejor forma posible, y la conexión entre la banda y sus seguidores era total, así que siguiendo las indicaciones de Alfonso todos aunamos nuestras voces durante “En El Fondo Del Lago”, que nos dejaba a la banda atacando sus intrincadas estructuras hasta que todos acabamos levantando los cuernos en señal de aprobación.
Exultantes, saludando a los amigos que había diseminados por toda la sala, Ars Nova no pudieron disimular una sonrisa complaciente. Así que tras darnos las buenas noches y agradecernos nuestra presencia era un buen momento para que se les sumara sobre el escenario el primer invitado de la noche: “Chiky”, guitarrista de Tayo, quien al igual que sucede en el disco dejó su sello en los desarrollos más ágiles y dinámicos de “Sacrificio”. Además de ser esta noche la presentación de su último redondo, Ars Nova quisieron convertir la velada en una cita especial. Así que Tras “Chiky” reclamaron la presencia de Guille T. Vargas, “El Cachorro”, para acompañarles durante “Con Tu Recuerdo”, aprovechando para desplegar su vertiente más emotiva mientras el personal acompañaba su desarrollo agitando los brazos de izquierda a derecha.
Sin embargo, el ambiente no tardaría en volverse a calentar, ya que todos nos pondríamos a saltar cuando la punzante guitarra Dani nos anunciaba que había llegado el momento de uno de los temas más potentes y cañeros del álbum: “Fantasma (Motoko)”. Una de las sorpresas de la noche, por lo
menos para un servidor, fue la orientación tan hard roquera que el cuarteto imprimió a “Otra Vida”, dándole una vuelta de tuerca a como suena en el disco, aunque sin perder en ningún momento ese halo elegante y melódico a partes iguales.
Tras un show cargado de electricidad y emociones fuertes, el momento de introspección y calma, -e incluso diría que preñado de algunas ambientaciones hipnóticas-, correría por cuenta de la deliciosa “Kyoto”, que fue rubricada por otra fantástica interpretación de Alfonso. Antes de poner el punto y seguido al show, Ars Nova invitaron a subirse al escenario al que fuera “socio” de Dani a las seis cuerdas, Carlos Sierra, para acompañarles durante “Diáspora” y “Blanco”, ambas rescatadas de lo que su anterior redondo “Sombra Y Luz”; un trabajo que lamentablemente no tuvo el recorrido que merecía. Aunque afortunadamente siempre les quedará el consuelo de la gente lo acabe descubriendo a posteriori.
Con el personal eufórico y completamente entregado coreando el clásico cántico de “oe,oe,oe...”, el cuarteto reaparecía en escena para dar el pistoletazo de salida a los demandados bises con otro de los puntos álgidos de su última entrega de estudio: ”El Efecto Mariposa”. Mientras que el broche definitivo para esta vuelta a los escenarios de Ars Nova corrió por cuenta de “Lágrimas De Sangre” para la que contaron en el último de los invitados que desfilaron esta noche por el escenario: el guitarrista Juan M. Valero.
Al final del show caras de exultante alegría que quedaron plasmadas en la foto final de familia de la banda y sus invitados. Me quedo, sobre todo, con la satisfacción de unos músicos que abandonaron el escenario con la sensación de haber realizado un gran trabajo.. Y es que trasladar al directo de forma solvente el material de su último redondo no era tarea fácil. Están de vuelta, con ilusión, las pilas bien cargadas y con ganas de salir a la carretera para defender su nuevo material y convencer a esos seguidores que ya han disfrutado intensamente de “Abrazando Las Sombras”. Si tienes ocasión: ¡No te los pierdas!
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