El lugar escogido para este evento especial fue la sala mediana del Razzmatazz, aunque cabe remarcar que el recinto estuvo recortado. Sin embargo, los que acudimos a la cita pudimos ser testigos en primera persona de un fantástico show, con una banda que musicalmente dio la talla,- aunque obviamente faltó algo de carisma en los músicos-, y sobre todo del fantástico desempeño de un Geoff Tate que se mostró en un estado de forma superlativo. Y eso no es simplemente la humilde opinión de un servidor, sino el veredicto generalizado que se pudo escuchar durante el receso que separó la interpretación de ambos trabajos, y sobre todo tras la finalización de un show que se extendió por en encima de las dos horas de duración.
Los siguientes en tomar las tablas de un Razzmatazz 2 que poco a poco iba tomando colorido fueron Leksi, la formación que capitanea Alex ‘Leksi’ Hart acompañado mayoritariamente de los músicos que forman parte de la banda del propio Geoff Tate. Pese a ser totalmente desconocidos para la audiencia barcelonesa salieron motivados, con muchas ganas y dispuestos a agradar, aunque su particular mezcla de rock, metal vanguardista e incluso algunas pinceladas alternativas no acabó de conectar con un público de gustos bastante clásicos.
En cualquier caso, se mostraron ágiles, enérgicos, y no escatimaron esfuerzos a la hora de interpretar algunos de los temas de su último lanzamiento “Real”. De entre los que destacaría de su escueta presentación, me quedo con la inicial “Reality”, y con el medio tiempo “Hold Your Breath”. Algo menos afortunados me parecieron los devaneos más vanguardistas que plasmaron en cortes como “Contact”, que dejaron descolocado a más de uno con sus ritmos electrónicos pregrabados.
Pero lo que no se puede discutirles es la versatilidad que demostró una banda que dejó patente que sabe moverse por diferentes estilos musicales sin perder en ningún momento la garra y la fuerza roquera, aunque en algunos momentos esa raíz rock/metal quedó algo diluida. El zarpazo definitivo que cerró su descarga corrió por cuenta, precisamente, de la pieza que también cierra su último trabajo “Surreal”. Lo dicho, una propuesta arriesgada para el público de Geoff Tate, pero que nos permitió conocer a una banda que acompañada de otras formaciones y ante un público más afín seguro que tendría muchos números de haber sumado nuevos adeptos a su causa, ya que actitud y temas potentes no les faltan.
Tras consumirse la espera y anticipándose unos minutos al horario inicialmente previsto aparecían en escena Geoff Tate y sus muchachos. Elegantemente vestido, luciendo una llamativa americana, una gran cruz en el pecho y gafas de sol, Tate no tardó en convertirse en el centro de todas las miradas mientras atacaba los compases iniciales del tema de apertura “Walk In The Shadows”. Sin embargo, eso no quiere decir que el frontman no dejara espacio a sus compañeros, ya que los miembros de la banda llenaron el escenario, especialmente ambos guitarristas, con sus poses y sus vibrantes intercambios solistas. Tras recibir la primera salva de aplausos, y mientras todos nos recuperábamos del impacto que nos produjo ver a Mr. Tate en semejante estado de forma, tocaba involucrarnos de lleno en la elegancia sonora que plasmaron los compases iniciales de “I Dream In Infrared” para posteriormente sumergirnos en esos vibrantes increscendos que lograron emocionar a más de uno mientras el escenario quedaba bañado por unas intensas tonalidades rojizas.
El nivel de intensidad iría en aumento durante “The Whisper”, que dejaba claro que muchos de los coros eran disparados. Pese a ello, no puede decirse que Tate & Cía., abusaran en exceso de pistas pre-grabadas. No tardaría en llegar, siguiendo el mismo orden que en su obra de 1986, “Gonna Get Close To You”, su particular versión del tema de Dalbello que curiosamente fue lanzado en su momento como primer single del “Rage For Order”. Sin concedernos ni un segundo de tregua nos sumergiríamos de lleno en las atmósferas más intimistas e introspectivas de la emocionante “The Killing Words”, con Tate inclinándose para ofrecer su mano a las primeras filas mientras las notas que salían de su garganta iban subiendo en tonalidad e intensidad para acabar recabando una cerrada ovación.
Esa estrecha comunión entre banda y público permanecería intacta durante “London”, con Tate ofreciendo otro recital mientras estiraba al máximo sus cuerdas vocales para conceder junto a los coros un tono épico al tema. Encarando la recta final del primero de los discos que iban a sonar esta noche le llegaba el turno a “Screaming In Digital”, dejando claro que, sin duda, Queensrÿche fueron unos adelantados a su tiempo. Mientras que el colofón a esta primera parte del show corrió por cuenta de la imprescindible y preciosista “I Will Remember”, todo un derroche de elegancia, feeling y sensibilidad que fue contestada con otra rotunda ovación de un respetable que a estas alturas estaba ya completamente entregado.
Tras un pequeño descanso, -que a muchos nos sirvió para realizar una primera valoración de lo que acabamos de presenciar-, arrancaba el segundo acto de la velada: el reservado a la revisión de “Empire”, el álbum que consolidó a Queensrÿche definitivamente tras el éxito de “Operation: Mindcrime”. No os voy a engañar, fue emocionante. Y es que desde que empezó a sonar a través de. P. A., la introducción de “Best I Can”, todos nos preparamos para realizar un nuevo viaje en el tiempo guiados por la elegancia de las melodías. Es cierto que fue en esta segunda parte del show cuando la banda “se quedó algo corta”, ya que en algunos pasajes el tándem Robertson/Brown,- especialmente en los solistas-, no sonó tan nítido y preciso como nos hubiera gustado. Pero, en cualquier caso, eso no fue un handicap importante para disfrutar intensamente, y es que como comenté anteriormente los músicos no pararon de interactuar, moviéndose por el escenario intensamente en temas como “The Thin Line”, mientras Tate se encargaba del saxofón.
Sí, seguramente, puede resultar hasta redundante, pero me encantó con la clase y majestuosidad que sonó otra de las que figura en letras de oro entre las favoritas de los seguidores del combo de Seattle, “Jet City Woman”, que ponía al personal a cantar su ganador estribillo junto a un Tate que, al igual que la gran mayoría de los presentes, se lo estaba pasando en grande. El cambio de tesituras, con el escenario a media luz, correría por cuenta de “Della Brown”, con el vocalista volviendo a firmar otra fantástica interpretación ya sin lucir sus gafas de sol. Las melodías de guitarra se encargarían de inundar el local para conseguir que “Another Rainy Night (Without You)”, se convirtiera en otro de los puntos álgidos de la velada.
Más cercano y bromista que en anteriores visitas, Mr. Tate parecía plenamente complacido con la respuesta y complicidad de un público que se implicó al máximo en el show, coreando como sino hubiera mañana piezas como la que daba título al álbum, el grandilocuente “Empire”. Y que mejor que prolongar el clímax alcanzado con otra de las que la gente coreó con ganas “Resistance”. El gusto por las buenas melodías y la capacidad para crear esas ambientaciones bucólicas y preciosistas quedaría plasmado durante la balada “Silent Lucidity”, con el frontman volviéndose a exhibir con su amplia gama de registros vocales a la hora de afrontar esas subidas que le convirtieron en uno de los vocalistas más admirados de la escena metalera.
Sustentado sobre la sección rítmica arrancaba “Hand On Heart”, desplegando sus luminosas melodías para emocionar, una vez más, al respetable. La fuerza roquera de las guitarras de “One And Only”, nos anunciaban que estábamos llegando al final de este tramo del show que quedó definitivamente zanjado con la majestuosa “Anybody Listening?”. El broche definitivo a esta fantástica velada llegó en los bises, en forma de regalo, con ese trallazo de incontestable heavy metal clásico que lleva por título “Queen Of The Reich”, con una audiencia completamente entregada y un Geoff Tate que se despidió de sus seguidores con una amplia sonrisa dibujada en el rostro y dejando en la aire la promesa de un pronto retorno.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLES OLIVER
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