En cualquier caso la noche prometía, ya que dejando a un lado la presencia de la leyenda de New Jersey, el cartel de la velada quedaba completado con Exhorder, una banda que en su momento pasó algo desapercibido en el Viejo Continente pero que actualmente parecen estar viviendo una segunda juventud gracias a su reconocimiento por haber sido uno de los padres del sonido groove que tanto popularizaron bandas como Pantera a principios de la década de los noventa. Otro importante reclamo para la audiencia thrasher era la presencia de unos viejos conocidos como son Heathen, una formación que es sinónimo de calidad, caña y melodía. Una apuesta segura de cara al directo, ya que las huestes que capitanea David R. White no acostumbran a defraudar en sus incursiones en nuestro país. Mientras que los encargados de abrir la velada fueron los croatas Keops, quienes aprovecharon la ocasión para darse a conocer repasando algunas de las composiciones de lo que hasta el momento ha sido su último lanzamiento “Road To Perdition”.
La maratoniana tarde noche de conciertos empezaba pronto. Así que las puertas del recinto se abrieron a las 18 horas. De modo que mientras los más madrugadores íbamos accediendo al local aparecían es escena los encargados de empezar a hacer rugir los instrumentos: Keops. El quinteto croata apareció en escena con muchas ganas, intentando en todo momento captar la atención de un público que se mostró bastante expectante con ellos. Su apuesta por un metal potente y de crujientes riffs quedó claramente plasmado desde que dieran el pistoletazo de salida con el propio tema que presta nombre a la formación, “Keops”, toda una declaración de intenciones que les sirvió como perfecta carta de presentación.
Aunque el sonido en líneas generales fue bastante bueno, lo cierto es que durante algunos pasajes todo sonó algo embarullado. Lo que nuevamente no convenció fueron las luces, todo muy oscuro, algo que lamentablemente empieza a ser habitual en la sala mediana del Razzmatazz, y que impide al público que no está en las primeras filas poder seguir las evoluciones de los músicos. En cuanto a su repertorio se basó en el material de su tercer lanzamiento “Road To Perdition”, primero que han grabado en inglés. De modo que no faltaron temas como “Unconscious Mind”, la propia “Road To Perdition” y “My Soul Released” , que nos dejaba con el fulgurante duelo entre ambos hachas.
Sin duda el centro de todas las miradas durante la descarga del combo de Rijeka, fueron el guitarrista y fundador Bruno Mičetić y el frontman Zvonimir Scapaman quien consiguió el beneplácito de muchos de los presentes con su interpretación del clásico de Megadeth “Symphony Of Destruction”. El escueto show del quinteto croata se zanjó con la banda dando salida a los corrosivos riffs de “Rise Again”. No puede decirse que Keops nos volarán la cabeza, pero sí que realizaron un show correcto que sirvió para amenizarnos la espera antes del desembarco metalero Made in U.S.A., que estaba a punto de acontecer.
No creo equivocarme al decir que “Victims Of Deception”, es uno de los álbumes icónicos cuando hablamos del thrash metal americano. Quizás la banda de Lee Altus y David R. White, nunca consiguiera las cuotas de fama y popularidad de otras formaciones de la Bay Area, pero desde aquella primera visita acompañando a Sepultura en 1991, Heathen han gozado del cariño de la audiencia catalana. Ya tuvimos ocasión de verles el pasado verano por aquí presentando “Empire Of The Blind”, en aquella gira que compartieron junto a unos pesos pesados como son Exodus y Testament, y aunque en esta ocasión la banda no tenía nuevos temas que presentar, a Heathen nunca le falta artillería para convertir cualquier descarga en una genuina fiesta metalera.
Sí, evidentemente, Heathen tienen sus adeptos, y ellos fueron quienes se encargaron de dar colorido a la descarga desde que el quinteto irrumpió en escena precedido del popular “Gime! Gimme!, Gimme! (A Man After Midnight)” de ABBA, para invitarnos a ejercitar las cervicales siguiendo los humeantes riffs de “The Blight”. Aunque el juego de luces me pareció igual de austero que durante la descarga de Keops, lo cierto es que ese handicap no condicionó a una banda que tiró de oficio y tablas para meterse al personal en el bolsillo. Especialmente reseñable me pareció la labor de David R. White, que no paró de animar e incitar a participar a las primeras filas en temas como “Opiate Of The Masses”, que fue el primer trallazo que interpretaron de su etapa clásica.
He de reconocer que para un servidor fue una de las sorpresas de la noche, ya que la siguiente en sonar fue “Dying Season”, una de las que no me esperaba, ya que el material de lo que fue su álbum de regreso a principios de 2010, “The Evolution Of Chaos”, no suele temer mucho peso en sus directos. Pero sin duda los momentos más intensos de la descarga del combo de San Francisco se vivieron cuando la banda echó la vista atrás para centrar su objetivo en el material de sus dos primeras entregas. La primera incursión en su ópera prima de 1987 “Breaking The Silence”, llegaría dando cancha a las guitarras dobladas que se encargaron de dar el arranque a un trallazo certero y avasallador como es “Goblin’s Blade”, que sirvió como combustible para que los adeptos de las primeras filas agitaran la cabellera mientras la banda sacaba partido a sus influencia más netamente heavy metaleras.
Pero que nadie piense que Heathen llegaron a Barcelona para ofrecernos un ejercicio de nostalgia, y es que la banda es consciente de que su último lanzamiento, el ya mencionado “Empire Of The Blind” está a la altura de su material clásico, de modo que David nos invitaría a participar en los hímnicos estribillos del crujiente y mosheante “Sun In My Hand”. Aunque si hubo un tema que hizo cantar al personal ese fue “Set Me Free”, la versión que los de la Bay Area llevan décadas haciendo de Sweet. Mientras que para rematar una descarga que se nos quedó algo corta el quinteto optó por uno de los mejores temas de su segundo largo “Hypnotized”, dejando claro que actualmente Heathen están viviendo un buen momento, tirando de material del pasado pero sin renunciar a dar salida a sus nuevas composiciones.
Todos sabemos que el metal es en gran parte actitud. Exhorder son de aquellas bandas que se han pasado media vida buscando la oportunidad que les permitiera salir del underground, y ahora que parecía que iban a tener la ocasión de darse a conocer ante la audiencia europea están teniendo una gira de lo más accidentada. Y es que la formación de New Orleans tocó en la Ciudad condal en formato de trío, -con el guitarrista Waldemar Sorychta tocando lesionado en una pierna y con la ausencia del bajista Jason Viebrooks-. En cualquier caso, lo cierto es que el batería Sasha Horn y el líder de la formación, el guitarrista y vocalista Kyle Thomas se exprimieron al máximo para que sus adeptos se llevaran un grato recuerdo de su descarga.
Sobreponiéndose a las adversidades el trío arremetió con ferocidad metalera una descarga que sorprendió a más de uno por la rotundidad de unas guitarras que sonaron abrasivas, pétreas, densas, y por el afilado registro de Mr. Kyle Thomas. En cuanto a lo que fue el listado de temas que interpretaron básicamente se basó en un recorrido por los mejores momentos del que hasta el momento ha sido su trabajo más exitoso y reconocido, el fantástico “Slaughter In The Vatican”, que publicaron a principios de la década de los noventa. Sin embargo, la encargada de dar el pistoletazo de salida al show fue “Incontinence”, que a la postre fue el único recuerdo que se permitieron a lo que fue su segunda entrega, que vio la luz en 1992, “The Law”.
La descarga de Exhorder había despertado una curiosa mezcla entre interés y expectación. Todos queríamos comprobar como de agresivas sonaban en directo las guitarras de un combo que pese a salir a escena sin bajista se mostró de lo más solvente y arrollador, y es que los riffs devastadores de la propia “Slaughter In The Vatican”, sirvieron para ratificar que el combo americano había llegado con la idea de convencer a los presentes. Quizás estuvieron algo estáticos en escena, algo totalmente razonable ya que Kyle Thomas tuvo que concentrarse en cantar mientras que el ex-Grip Inc., Walter Sorychta tampoco es que pudiera danzar a sus anchas por el escenario. En cualquier caso, la gente se fue animando a medida que avanzaba su descarga e iban sucediéndose bombas de relojería altamente inflamables como “Death In Vain”.
Menos efusiva fue la reacción de las primeras filas cuando Kyle anunció que había llegado el momento de “My Time”, una de las nuevas composiciones contenidas en su más reciente “Mourn The Southern Skies”, que pasó bastante desapercibido con relación al seguimiento de los temas que facturaron en su ópera prima. Ante semejante panorama la banda no vaciló a la hora de volver a echar la vista atrás para dar al personal algo de artillería pesada, dando buena cuenta de “Legions Of Death”. A continuación llegó la que para un servidor fue la sorpresa de la noche, ya que el trío interpretó una versión de “Ostracized”, tema que formaba parte de lo que fue el debut de Grip Inc., la banda que formó Dave Lombardo a mediados de la década de los noventa donde cantaba el malogrado Gus Chambers y donde, como comenté anteriormente, militó también el guitarrista y productor polaco.
Para rematar por todo lo alto su descarga el, -esta noche-, trío nos espetó un rotundo y pétreo “Exhorder”, dejando que sus afiladas guitarras nos rebanaran el pescuezo, para acabar poniendo la rúbrica con el que probablemente sea su tema más conocido “Desecrator”. En definitiva convincente descarga de unos Exhorder que supieron capear el temporal, sobreponerse a las adversidades para dejar claro que la banda sigue teniendo a día de hoy plena vigencia. Una lástima que quizás el reconocimiento les haya llegado un poco tarde.
Incombustibles al paso del tiempo, luchadores incansables, Overkill son una banda mítica e imprescindible para cualquier seguidor del thrash metal que se precie. Lamentablemente los años no pasan en balde, y es que aunque la banda sigue sonando como una apisonadora en directo, -y eso que esta noche fue baja el fiel escudero de Mr. Bobby Ellsworth, el carismático D.D. Verni, que fue reemplazado por el ex-Kreator Christian Giesler-, lo cierto es que el incombustible “Blitz”, ya no recorre el escenario como antaño, ya no parece un animal desatado, pero sigue conservando la garra, la intensidad y la actitud necesarias para conectar y volver locos a sus seguidores cada vez que alza el brazo para incitar a las primeras filas a desmadrarse.
Donde sí que no se nota el paso de los años es en su producción de estudio, la banda lleva una buena racha de lanzamientos en la última década, es más personalmente pienso que “Scorched”, tiene argumentos suficientes para colocarse en los primeros puestos de una hipotética lista de los mejores discos que han facturado en lo que llevamos de siglo XXI. Teniendo en cuenta todos estos alicientes estaba claro que había muchas ganas de volver a ver a la banda en directo, así que una sala con un ambiente de lo más animado esperaba impaciente a que el quinteto hiciera acto de presencia .
Tal y como mandan los cánones, -tirando de esa norma no escrita que da a entender que la banda tiene fé ciega en su último redondo-, el pistoletazo de salida llegó con el corte que abre y presta título a su reciente critatura “Scorched”. El recibimiento del público barcelonés no pudo ser más caliente y efusivo, y es que cuando Bobby entró en escena y empezó a cantar las primeras estrofas del tema el personal estaba ya “on fire”, y completamente desmadrado. Como comenté anteriormente, los neoyorquinos llevan años en estado de gracia, y eso propició que durante los compases iniciales del show la banda confiara en el potencial de su material más reciente. Así que no faltaron temas como el tortuoso y demoledor “Bring Me The Night”, que fue el escogido para representar su obra de 2010 “Ironbound”.
Al igual que sucediera en las descargas previas, creo que lo peor del show fue la iluminación. Pero dejando a un lado esta cuestión, donde no se puede poner ninguna pega es en la entrega y actitud de una banda que se vació al máximo, y que supo conectar con una audiencia que se mimetizo con los músicos para hacer que cuando sonó el tercer tema de la noche “Electric Rattlesnake”, los aledaños del escenario fueran ya prácticamente una sauna. Tras un arranque muy centrado en sus últimos trabajos tocaba mirar por primera vez por el retrovisor. Tocaba volver a las raíces, al pasado glorioso que les convirtió en una de las bandas de referencia del thrash americano a pesar de no venir de la Bay Area. Así que las amenazantes líneas de bajo de “Hello From The Gutter”, sirvieron para desatar la locura entre las primeras filas mientras Bobby se aferraba a su pie de micro para espetarnos sus hirientes versos antes de invitarnos a cantar su fulgurante estribillo.
Más atrás aún en el tiempo, concretamente hasta 1987, nos harían viajar Bobby y sus muchachos cuando se embarcaron de lleno en ese huracán netamente thrashero que lleva por título “Powersurge”, toda una apisonadora que propició que los pogos no se detuvieran mientras el personal levantaba los puños para apoyar en los coros. Los épicos redobles que dieron entrada a “Wicked Place”, servirían para hacernos cambiar el paso y adentrarnos en terrenos más crujientes y ásperos, con un Bobby algo más comedido para ceder parte del protagonismo a la dupla guitarrera que conformaron Linsk y Tailer, que como quien no quiere la cosa llevan ya más de 20 años formando equipo.
Quizás el siguiente tramo de la noche fuera el más “flojo”, y no porque la banda levantara el pie del acelerador sino por que la siguiente tríada fue de material facturado durante la controvertida década los noventa. “Coma” y la propia “Horrorscope” fueron las escogidas para representar a su obra de 1991, mientras que “Long Time Dyin´” hizo lo propio con el irregular “From The Underground And Bellow” de la segunda mitad de la década de los noventa. Y aunque sonaron bien lo cierto es que cortaron la respuesta brutal que hasta ese momento les estaba tributando su entregada audiencia.
Tocaba regresar al presente para asestarnos de forma certera el último de los cortes elegidos para representar a su última entrega de estudio, así que la impetuosa y explosiva “The Surgeon” cayó de forma directa, casi a plomo, sobre una audiencia que dejó patente con su reacción que está plenamente conforme con las nuevas composiciones del combo americano. “Ironbound”, con su derroche de agresividad y mala leche fue la escogida para encarar una recta final que estuvo coronada por la imprescindible “Eliminator”, que nos dejaba la estampa de Bobby, -con su particular mirada de póker-, apuntando amenazante a los integrantes de las primeras filas antes de largarse escoltado por sus compañeros para dejar las espadas en todo lo alto.
La excitación era máxima, la adrenalina estaba a flor de piel. Así que cuando el personal reconoció la primeriza “Overkill” la sala se vino literalmente abajo escenificando la perfecta comunión entre una banda desatada y un público que estuvo completamente entregado en esta recta final del show. Estaba claro, Overkill no iban a hacer prisioneros, no entraba en sus planes levantar el pie del acelerador. De modo que la intensidad continuó en aumento con otro zarpazo marca de la casa como fue la implacable “Rotten To The Core”. Lamentablemente habíamos llegado al final, las primeras filas estaban exhaustas y empapadas de sudor, pero los más fieles aún quería más, necesitaban una última andanada thrashera para irse a casa con una sonrisa dibujada en el rostro, y eso fue lo que les ofreció la banda cuando los espetó la definitiva “Fuck You”, su particular adaptación del tema de los punkeros británicos The Subhumans que fue el perfecto broche final para una velada repleta de emociones fuertes y auténtico thrash metal “old school”.
Seguramente bandas coetáneas de Overkill pueden presumir de vender más discos, de ser más populares, de tocar en recintos con el triple de aforo,..., pero lo que nadie puede discutirle a Bobby y sus muchachos es que cada noche salen a vaciarse ante sus seguidores, demostrando que si no son los más auténticos, poco les falta. Sí, suena a manido, pero Overkill volvieron a arrasar a su paso por la Ciudad Condal ratificando, una vez más, que son una apuesta segura de cara al directo.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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