Seguramente esa estabilidad es la que ha acabado propiciando que la banda suene como una máquina perfectamente engrasada. Evidentemente, han quedado ya bastante atrás zarpazos furiosos y netamente thrasheros como aquel primerizo “Nuke ‘ Em High”, o la más reciente y devastadora “Show Me What You Got”, que cerraba su anterior “Claiming Suoremacy” de 2017, y eso se nota en el aplomo que destilan cortes como “Call Of The Siren”, que arranca justo después de una elegante introducción a piano que lleva por título “Visions”, para dejar patente que para esta nueva entrega el combo italiano ha dado la misma importancia a la rapidez y a la melodía. Y es que ese endiablado tempo se dará la mano con un pegadizo estribillo que servirá para acercar su sonido al de esas bandas, generalmente germanas, de finales de los ochenta, que acotaban su propuesta en esa fina franja que hay entre el power y el thrash.
Bastante más intrigante y cadencioso resulta el arranque de “Path Of Pain”, un corte más rítmico, en el que podemos apreciar la mejora y madurez que ha alcanzado el registro vocal de Renato Chiccoli, dando forma a una pieza que irá creciendo progresivamente y en la que la densidad melódica le acabará dotando de una profundidad aplastante dando salida a unas guitarras densas y altamente afiladas a la hora de atacar su rotundo riff. Los coros se encargarán de dar el pistoletazo de salida a “The Cult”, que destaca por sus cambios de dinámica y por la carga melódica de esas fugaces guitarras dobladas que sirven para que la banda vuelva a incidir en su vertiente más netamente heavy metalera. Pero ojo, con esto no quiero decir que Game Over hayan perdido fuerza ni empaque, sino que su ataque es ahora más cerebral, menos alocado, y ponderando más la contundencia que no la velocidad, y si no me crees presta atención a esa fulgurante parte final con la batería de “Vender” haciendo subir el ritmo y la intensidad.
Como he venido comentando la progresión de los italianos es notable con respecto a anteriores entregas. Y es que incluso ha habido espacio durante el arranque de “Count Your Breaths” para las guitarras acústicas dando entrada a un corte de ambientación relajada, con Chiccoli ofreciendo su vertiente más elegante y emotiva antes de que las guitarras se encarguen de ir haciendo subir la intensidad hasta convertir la pieza en un medio tiempo que acabará bastante lanzado, permitiendo el lucimiento de ambos guitarristas al alternar riffs certeros con punteos flasheantes al más puro estilo Priest. Igualmente lento, aunque con arpegios de guitarra, resulta la instrumental y breve “Atonement”, aunque en esta ocasión su ambientación será mucho más oscura y seminal, con ambas guitarras jugando con su melodía antes de dejar paso al que sin duda es uno de los trallazos más humeantes del álbum “Deliver Us”, en donde la banda vuelve por sus fueros lanzando una incisiva andanada repleta de velocidad y ágiles coros para completar otro pegadizo estribillo.
Si durante la primera parte de este “Hellframes”, los italianos nos muestran su faceta más europea, por decirlo de alguna forma, acercándose al power/thrash, será en la segunda mitad del álbum cuando reincidan en el sonido que les definía anteriormente, y que les acercaba a los parámetros del thrash americano. Y es que un cortes como “Synthetic Dreams”, gracias a la pegada de su mosheante riff y al dinamismo de sus partes solistas, te recordará inevitablemente a bandas como Anthrax. Volviendo a adentrarse en parámetros heavy metaleros nos topamos con “My World Dies Screaming”, que plasma el cuidado del cuarteto a la hora de tratar la melodía, pero no con la intención de endulzar su propuesta, sino para que se encargue de matizarla y llevarla a un nivel superior, aportando toda la experiencia y conocimientos adquiridos durante todos estos años.
Será a lo largo del último corte del álbum, precisamente el que le presta título, “Hellframes”, donde todo lo anteriormente expuesto quede plasmado de forma definitiva e inequívoca, ya que nos enfrentamos a una pieza que supera los 7 minutas duración, y en la que los miembros de la banda “se gustan” como músicos facturando una pieza muy trabajada, repleta de cambios de ambientación y ritmo, y en la que, una vez más, combinan de forma solvente y madura: velocidad, furia, contundencia y melodía.
Uno de los grandes handicaps para las bandas que practican thrash metal es el miedo a encasillarse, a repetir la misma formula una y otra vez. Esa fue una de las causas por la que muchas formaciones no consiguieron sobrevivir al cambio de década de los 80 a los 90, y también el motivo por el que en la actualidad vemos como muchas bandas acaban disolviéndose tras un par de buenos lanzamientos. Nadie dijo que fuera fácil, pero parece que bandas como Game Over siguen apostando por evolucionar, introducir nuevos elementos en su propuesta sin que ello implique una traición a sus raíces. Y es que los italianos tienen buenos maestros a los que seguir los pasos.
DISCOGRAFICA:SCARLET RECORDS
Lista de Temas:
01. Visions
02. Call Of The Siren
03. Path Of Pain
04. The Cult
05. Count Your Breaths
06. Atonement
07. Deliver Us
08. Synthetic Dreams
09. My World Dies Screaming
10. Hellframes
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