Hace tiempo que el público catalán aguardaba con ansia su visita. De hecho, veníamos de una primera tentativa en junio de 2020 que se vio truncada por la “maldita pandemia”, dejándonos con la miel en los labios. Hemos tenido que esperar que todo volviera a la normalidad, casi tres anos, pero viendo su descarga creo que sus incondicionales estarán de acuerdo conmigo en que ha merecido la pena. No podía ser de otra forma, la sala gran del Razzmatazz registró un lleno absoluto. Las entradas hacía mucho tiempo que se habían agotado. Quizás por ello llamó la atención que su espectáculo no se acabará trasladando a un recinto de mayor capacidad. Sea como fuera, de lo que no cabe la menor duda es que esta primera incursión de Babymetal en tierras catalanas fue un rotundo éxito.
Para ejercer como anfitriones la banda de Tokyo confió en una formación que guarda bastantes puntos de conexión tanto en su música como en su forma de llevarla al directo: Megara. Una banda que lleva desde 2015 trabajando duro sobre los escenarios y que ha visto como en los últimos meses su popularidad se catapultaba gracias a las buenas críticas que recibió su última entrega de estudio “Truco O Trato” y a su participación en el Benidorm Fest 2023. No era esta, ni mucho menos, la primera visita de un combo madrileño que no tuvo problemas para conectar con un público que mostró una gran predisposición a cantar, bailar y acompañar las coreografías que nos propuso la banda que lidera la extravagante Kenzy.
Como comentaba anteriormente Megara llevan mucho tiempo currándose los escenarios, y eso se notó en que en ningún momento parecieron intimidados ante las dimensiones del escenario de la sala grande del Razzmatazz. Es más, diría que en más de una ocasión se les quedó pequeño a la hora de llevar a cabo algunas de sus vistosas coreografías, para las que contaron con el apoyo de un par de bailarinas que fueron cambiando de vestimenta y caracterización dependiendo del tema que sonaba. Durante los compases iniciales del show los madrileños se centraron en repasar algunas de las composiciones de lo que fue su anterior entrega de estudio “Aquí Todos Estamos Locos”, espoleando al máximo al respetable durante el tramo final de “Bienvenido Al Desastre”, que se zanjaba con Kenzy arrodillada en el centro del escenario.
Otro detalle a destacar fue el ritmo, la intensidad, y sobre todo la conexión entre banda y público, lo que provocó que la interacción entre ambos fuera continúa en temas como “Estanque De Tormentas” y “Hocus Pocus”, que con su ritmo marcial y la ferocidad de su entrecortado riff ponía a todo el personal a botar. Pese a la acidez de algunas de sus letras, Kenzy no perdió en ningún momento la sonrisa, transmitiendo una cercanía y un buen rollo que acabó calando entre los que en principio se mostraron algo escépticos con la propuesta del combo madrileño, aunque acabaron participando en la fiesta en temas como “Arcadia”.
El único y solitario recuerdo que se permitieron a lo que fue su debut de 2016, “Siete”, llegó con “Héroes”. Mientras que el fin de fiesta definitivo para la marchosa y colorista descarga de unos Megara que gustaron y convencieron corrió por cuenta del corte que presta título para su último trabajo de estudio “Truco O Trato”, contando nuevamente con el concurso de las dos bailarinas.
Y es que el espectáculo que nos ofrecieron Babymetal distó mucho de lo que suele ser un concierto de metal al uso. Algo obvio si tenemos en cuenta que su música tampoco es que sea “old school”, ya que si bien muchos de sus desarrollos instrumentales guardan una estrecha conexión con las vertientes más agresivas del estilo, lo cierto es que algunos de los pasajes que sonaron pregrabados y sobre todos las líneas vocales, -con muchos toques popies-, hicieron que su música sonase muy accesible y me atrevería a decir que muy del gusto del público más generalista, y eso indudablemente se notó en el público que conformó la variopinta audiencia que se dio cita esta noche de domingo en la sala Razzmatazz.
Al apagarse las luces un rugido atronador estalló en el recinto, y tras unos segundos de penumbra absoluta la gran pantalla trasera se encendió para brindarnos una larga introducción, casi como si fueran los títulos de crédito de una gran superproducción de la gran pantalla. Acto seguido aparecían en escena los instrumentistas de la banda, enmascarados, machacando sus instrumentos hasta que el trío vocal hizo acto de presencia para empezar a dar argumentos para que el personal se pusiera a saltar siguiendo el ritmo del primero de los himnos que sonaron esta noche “BABYMETAL DEATH”. Obviamente “la voz cantante” la llevo Su-Metal, que estuvo escoltada y perfectamente flanqueada a la hora de acompañarle en sus vistosas coreografías por las sonrientes Moametal y Momometal.
No hubo lugar para las dudas. A pesar de ser esta su primera visita a nuestro país Babymetal demostraron tener una fiel parroquia de seguidores. Y es que he de reconocer que me sorprendió no solo la entrega de sus seguidores, sino la forma en que cantaron con el puño en alto, y mostrando una total devoción, temas como “Gimme Chocaolate!!”, que hizo que la sala se viniera literalmente abajo. Sin embargo, algo que no me acabó de convencer fue la actitud un tanto distante de las chicas, especialmente de Su-Metal, entre tema y tema, al abordar las presentaciones, ya que se mostró un tanto parca a la hora de salirse del guión para dirigirse a sus seguidores.
A estas alturas el ambiente estaba ya muy caldeado, los nipones estaban arrasando con todo a su paso. De modo que un público completamente entregado y deseoso de cantar no vaciló a la hora de corear las letras que se proyectaron en la gran pantalla trasera, y que serían las que anunciaron el siguiente tema en sonar “BxMxC”. Tras habernos puesto a todos a cantar era un buen momento para dar un golpe de timón, permitiéndonos disfrutar de la elegancia vocal de Su-Metal durante los desarrollos cargados de técnica y altamente melódicos que encierra “Believing”, que provocaron que el personal agitara al unísono los brazos.
Tras recibir la cerrada ovación del público, que coreó el nombre de la banda, tocaba que las guitarras volvieran a marcar territorio, y para ello que mejor que darles velocidad para provocar la locura del personal durante los compases iniciales de “Night Night Burn!”, que lograba mantener el nivel de euforia mientras en la pantalla trasera podíamos ver imágenes de un público que no paró de rugir y de levantar los brazos. Una nueva mirada sobre el trabajo que publicaron en este 2023 sería la excusa perfecta para dar rienda suelta a los tempos asincopados que marcaron “Monochrome”, que servía para que la banda a volviera a dar rienda suelta a su faceta más accesible y melódica.
Acto seguido llegaría una de las sorpresas de la noche, y no lo digo porque no esperará que tocaran “METALI!!”, sino porque durante su ejecución apareció en la pantalla trasera, y vestido de inmaculado color blanco, el guitarrista Tom Morello ;(R.A.T.M., Audioslave, Prophets Of Rage), tocando el solo que grabó para el single. Sin duda fue una de las más celebradas de la noche, con el escenario teñido de rojo, mientras las tres vocalistas nos deleitaban con otra de sus vistosas coreografías. Y es que “Megitsune”, fue la responsable de convertir, una vez más, la pista en un hervidero.
Para encarar la recta final del show Su-Metal empuñaría su medio pie de micro mientras atacaba la letra de “Headbangeeeeerrrrr!!!!!, dejando que acto seguido Moametal y Momometal ocuparan los extremos del escenario para demandar la participación del respetable. Para dar el pistoletazo de salida a lo que fue el último tema de la noche, las chicas aparecieron blandiendo banderas con el logo de la banda, escenificando su conquista en tierras catalanas. Y es que el último trallazo que interpretaron fue “Road Of Resistance”, completando así sus 70 minutos de show, y dejando tras de sí a una audiencia entusiasmada, a la que no le hubiera importado escuchar un par de temas más.
Por supuesto que la propuesta de Babymetal dista mucho de los estandartes del heavy metal más ortodoxo y tradicional. Sin embargo, su sonido y su puesta en escena resultan atractivos y tienen gancho especialmente para esa generación de fans que más que escuchar la música, la disfruta a través de la imagen. En cualquier caso, el combo nipón dejó muestras a su paso por la Ciudad Condal de porque son una de las sensaciones del momento. Gustaron, convencieron…, y no me cabe la menor duda de que en su próxima visita nos citarán en un local de mayor aforo.
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