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viernes, 8 de diciembre de 2023

HALESTORM+BLACK VEIL BRIDES+MOTHICA-APOLO-BCN-3-DIC-2023


El mundo del rock está plagado de frontman´s que derrochan talento y carisma, que saben como conectar con el público, y que se han convertido en el vehículo perfecto para que sus respectivas bandas acaben siendo acogidas por las grandes audiencias. Afortunadamente, esta situación que en el pasado, -salvo destacadas y meritorias excepciones-, parecía terreno abonado para hombres está cambiando, y cada vez son más las formaciones con una mujer al frente que han logrado no solo hacerse un huevo dentro de la escena, sino que han conseguido posicionarse en esa liga donde tan solo unos pocos elegidos pueden “jugar”. No, no ha sido un camino de rosas. Ni tampoco puede decirse que su éxito haya sido flor de un día. Y es que la banda que capitanean los hermanos Hale, Lzzy y Arejay, ha tenido que trabajar duro hasta lograr el reconocimiento y la popularidad que en los últimos tiempos está disfrutando.

Capaces de conectar tanto con los fans metaleros como con los seguidores del rock más netamente mainsrtream, Halestorm han conseguido un sello propio, una identidad que les hace únicos. Y eso, sin duda, es algo que a día de hoy pocas bandas puedan decir. Varias han sido las ocasiones en las que el cuarteto americano ha pisado los escenarios de la capital catalana, y siempre dejando a su paso unas magníficas impresiones, Así que no fue una sorpresa cuando al acercarme a los aledaños de la céntrica sala Apolo pude palpar el ambiente de las grandes ocasiones, -con personal aguardando a que se abrieran las puertas, -algo poco habitual si tenemos en cuenta que la apertura de puertas estaba programada para las 18 horas de un jueves laborable-, y el aspecto concurrido de los bares de los alrededores del recinto.

Seguramente la sola presencia de Halestorm ya hubiera despertado una enorme expectación. Pero es que además para calentar el ambiente y amenizarnos la espera antes del desembarco del combo de Red Lion contaríamos con la presencia de sus compatriotas Black Veil Brides, quienes mezclando elementos del glam, el gothic, el metal e incluso ramalazos core, aprovecharon la ocasión para repasar algunos de los mejores momentos de su prolífica producción discográfica. Como aperitivo antes de los dos platos fuetes de la noche podríamos disfrutar también de la descarga de Mothica.


Con un ligero retraso sobre el horario inicialmente previsto aparecían en escena Mothica. Con su logo proyectado sobre la parte trasera del escenario y la batería posicionada a un lado, la banda apareció en escena haciendo gala de una muy buena actitud dejando que las luminosas y accesibles melodías de la inicial “Casualty”, se convirtieran en la mejor carta de presentación para quienes todavía no les conocíamos. En cualquier caso, he de reconocer que me llamó la atención que entre las primeras filas tenían bastantes adeptos, y eso se notó en la euforia con la que fueron recibidos temas como el introspectivo “Can You Feel My Heart”, que nos dejaba con el escenario recubierto de tonalidades rojizas mientras McKenzie Ellis se encaramaba sobre una de las tarimas que había repartidas a lo largo del escenario.

Y es que la cantante y productora McKenzie Ellis, fue quien acaparó gran parte de las miradas, ya que instrumentalmente el resto de la banda estaba integrada únicamente por batería y guitarrista, con lo que muchos de los arreglos y pistas instrumentales sonaron disparados, algo que hizo que su show perdiera bastante frescura. Sin embargo, su fórmula a la hora de construir los temas: cortos, directos y muy pegadizos, sirvió para que especialmente los más jóvenes se animarán a tomar partido en piezas como el medio tiempo “Vices”. La vena más reivindicativa y crítica de Mothica quedaría plasmada durante el “speech” de apoyo a todas las víctimas de asalto sexual que precedió a “Buzzkill”. Mientras que su vertiente más vitalista quedaría impresa a la largo de “Forever Fifteen”.

No faltaron antes de encarar la recta final de su presentación los agradecimientos a todos los presentes en esta su primera visita a la ciudad Condal para justo después dar argumentos para que los más marchosos y entregados bailaran al ritmo de su versión del “All Star” de Smash Mouth. Por si alguno, como un servidor, estaba algo escéptico con las prestaciones de la banda en directo ante la presencia de tanto elemento disparado, McKenzie Ellis se arrancó a capela durante el inicio de “Upstar”. Mientras que para poner el broche a su escueta presentación se reservaron el que hasta el momento es su tema más popular :“SENSITIVE”. No estuvo mal el debut de Mothica en tierras catalanas, pero creo que tanto elemento pregrabado acabó lastrando su descarga. En cualquier caso, mostraron maneras y su fórmula, -tal y como comentó mi compañero Carlos Oliver-, muy del estilo Spotify seguro que les dará muy buenos réditos de cara al futuro.


Los encargados de recoger el testigo para enfrentarse a una sala que a estas alturas estaba ya prácticamente llena fueron Black Veil Brides. Los americanos son de aquellas formaciones que, de alguna forma, son prisioneros de su pasado. Y es que la imagen excesiva de sus inicios les sirvió para captar la atención de mucha gente joven, aunque también para que algunos les colgasen la cruz sin ni tan siquiera darles una oportunidad. En cualquier caso, la formación que capitanea el frontman Andy Biersack lleva casi dos décadas en activo.

Durante todo este tiempo BlackVeil Brides han ido moldeando su propuesta y, porque no decirlo, también su imagen. Mucho más cercana ahora a la vertiente netamente rockera, con sus miembros dejando a un lado los llamativos peinados para salir a escena envueltos en chupas de cuero. No tardaron en conectar con un público que vibró intensamente con ellos desde que abrieran fuego con “Crimson Skies”. Puños al aire, grandes explosiones de júbilo, ruido ensordecedor…, fueron una constante a lo largo de la descarga del combo de Cincinnati, y es que cuando el quinteto miró atrás para rescatar la siempre efectiva “Rebel Love Song”, la locura fue generalizada, especialmente entre unas primeras filas que no dejaron de rugir y animar.

Tampoco faltaron esas poses que tan habituales se han convertido en todas sus descargas, con Pitts y Ferguson ocupando el centro del escenario para posicionarse espalda con espalda mientras daban buena cuenta de los desarrollos instrumentales de “Wake Up”. Pero sin duda el gran baluarte del combo americano es el mencionado Mr. Biersack, quien no paró de animar al personal mientras recorría el escenario demostrando sus dotes interpretativas en temas preñados de melodía como “Nobody’s Here”, que fue el primer guiño que se permitieron a su tercer largo “Wretched And Divine: The Story Of The Wild Ones”.

Pero, evidentemente, los momentos más vibrantes e intensos de su descarga llegaron cuando la banda pisó el acelerador para mover intensamente al personal en temas como el que fue el primer single de su obra de 2021: “Scarlet Cross”. No dejarían de lado las composiciones de “The Phantom Tomorrow”, ya que la siguiente en sonar fue la más melódica y contemporiza “Torch”, que servía para que ambos “hachas” volvieran a exhibirse. Con el ambiente ya muy caldeado, y con la banda convenciendo a sus incondicionales, tocaba encarar el tramo final del show confiando para ello en la monumental pegada de “The Legacy”.

Un único y solitario recuerdo se permitieron Black Veil Brides a lo que fue su debut “We Stitch These Wounds”, para recordar lo que fue el primer single, y el que hasta la fecha ha sido su vídeo más visionado: “Knives And Pens”. De modo que como era previsible la sala se convirtió en un hervidero que acabó explotando en una rotunda ovación final. Pero no, no concluyó aquí la descarga del quinteto, ya que el personal no dejó de saltar mientras cantaba con el puño en alto los coros de la hímnica “Fallen Angels”. El fin de fiesta definitivo, plasmando la perfecta sintonía entre banda y público corrió por cuenta de “In The End”.

Para los que hemos venido siguiendo la trayectoria de Black Veil Brides no fue una sorpresa encontrarnos sobre las tablas a una formación que se mostró: sólida, potente, convincente y, ante todo, haciendo gala de ese punto de sobriedad que denota que ahora mismo están viviendo su plena madurez como banda. Aunque no me cabe la menor duda que de cara al futuro todavía tienen mucho que ofrecer.


Finiquitados los actos previos llegaba el momento cumbre de la noche, la descarga que todos estábamos esperando. Y es que el desembarco de Halestorm siempre es sinónimo de fiesta, buen rollo y, ante todo, de rock potente y cargado de actitud. Ante una sala abarrotada, -en la que los cuerpos se apretujaban para lograr una buena posición frente al escenario-, y precedidos del mítico de “Back In Black” de Ac Dc, Lzzy aparecía en escena, -luciendo chupa de cuero y falda escocesa-, para dar el pistoletazo de salida al show cantando a capela, -a modo de introducción-, un fragmento de “Raise Your Horns”. Evidentemente, la respuesta del personal fue rotunda, creándose un bullicio en la sala que fue roto cuando el resto de la banda empezó a dar caña con el clásico “I Miss The Misery”, que se zanjaba con la explosiva Lzzy y su socio a las seis cuerdas, Joe Hottinger, doblando sus guitarra para brindarnos un cierre apoteósico.

Tras recibir la primera gran ovación de la noche llegaba el momento de las presentaciones y los saludos para acto seguido invitarnos a todos a participar durante la coreable “Love Bites (So Do I)”, que nos dejaba a la frontwoman alternando momentos en los que tocaba su guitarra con otros en los se desentendía de ella para agarrar el pie de micro. Por supuesto que Lzzy sigue siendo el motor de la banda, el foco de casi todas las miradas. Pero es que el resto de la banda no se queda atrás, especialmente su hermano Arejay, quien no paró de agitar ostentosamente los brazos mientras marcaba junto al bajista Josh Smith el ritmo de entrada del celebradísimo “I Get Off”.

El vendaval roquero no se detendría ya que la banda proseguiría su particular paseo militar por tierras catalanas proponiéndonos una primera escala en “Back From The Dead”, para espetarnos la tortuosa “Wicked Ways”, que nos dejaba con una increíble interpretación de Lzzy, cargada de garra, rabia e intensidad. Me gustó mucho el ritmo, la forma en la que Halestorm encararon el show, ya que en todo momento estuvieron dispuestos a mantener la intensidad. Así que tras recibir el apoyo del personal era un buen momento para ponernos a todos a saltar con otra de las que ya se han convertido en imprescindible en todas sus descargas: “Freak Like Me”.

Con la propia Lzzy y Joe empuñando sendas guitarras de doble mástil arrancaba esa declaración de intenciones que lleva por título “I Am The Fire”, que contó con el apoyo incondicional del respetable, y con las luces de todos nuestros teléfonos para crear una espectacular estampa dentro del recinto. El cambio de registro llegaría con los marcados riffs de “Brightside”, que dejaba espacio para el lucimiento personal de un Joe Hottinger que se mostró de lo más sólido y efectivo a lo largo de todo el show. A estas alturas la conexión entre banda y público era total. Pero es que la declaración de Lzzy proclamando que nosotros éramos la razón por la que todavía tenia fe en la humanidad hizo que la sala se viniera literalmente abajo. Y ese, sin duda, fue el mejor de los marcos para hacer que la emotiva “Terrible Things” se convirtiera en un momento mágico, con la banda ralentizando el tema para invitarnos cantar el estribillo.


No abandonarían esa vertiente más comedida, emocional, y diría que hasta introspectiva, durante el arranque de la desgarradora “Familiar Taste Of Poison”, que fue la elegida para volver a incidir sobre el material de su ópera prima homónima. Pero estaba claro que esta era una noche para rockear, para desparramar y desmelenarse. De modo que la flema más netamente rockera no tardaría en regresar con “Amen”, que contó con los puños de todos los presentes cada vez que la banda encaraba su hímnico y pegadizo estribillo. Sin darnos tiempo para recuperar el aliento llegaría una de las grandes sorpresas de la noche, -por lo menos para un servidor-, ya que no me esperaba que tocaran un tema como “Takes My Life”, una gema de sus incios que sorprendió a más de uno por sus aromas netamente setenteros y por la actitud de una Lzzy que acabó revolcándose por el suelo antes de recibir la enésima ovación de una audiencia completamente entregada.

Al igual que ya sucediera en anteriores visitas no faltó el solo de batería del excéntrico Arejay, que aprovechó para exhibir su llamativa indumentaria color verde fosforito mientras aporreaba unas larguísimas baquetas a juego. El retorno de sus compañeros se materializó para dar forma al tema que presta título a su última entrega de estudio “Back From The Dead”, poniendo a todo el mundo a botar mientras las guitarras volvían a atronar intensamente y la voz de Lzzy dominaba de nuevo el recinto. Tras quedarse el escenario sumido en la más absoluta penumbra, una tenue luz nos dejaba ver a la vocalista sola frente a un piano para volver a exhibirse vocalmente mientras atacaba un medley que incluyó pasajes de “Break In” y del tema de Lindsey Stirling “Shatter Me”.

El fin de fiesta definitivo, con toda la banda sobre el escenario, -y con el bonito detalle de Arejay luciendo camiseta de Terminal Violence (banda thrashera catalana)-, llegaría precedido de la presentación de todos los músicos antes de invitarnos a todos a mover los brazos de izquierda a derecha mientras participábamos en el melódico “Here To Us”. Sin embargo estaba claro que un show como el de esta noche precisaba de una rúbrica en la que las guitarras y sobre todo el torrente vocal de Lzzy fueran protagonistas y para ello que mejor que “The Steeple”.

Paso a paso. Sin prisa pero sin pausa. Halestorm continuan creciendo, tanto en disco como en directo, y no creo que tarden mucho en consolidarse en el Viejo Continente como una de las formaciones verdaderamente importantes dentro de la escena internacional. Sus directos son garantía de éxito. Así que no te extrañe si en su próxima visita como cabezas de cartel trasladan su espectáculo a recintos de mayor capacidad.





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