El negocio musical no siempre es grato. Cuando alguien se plantea dedicarse a la música de forma profesional piensa en el reconocimiento y la fama, y casi nadie tiene en cuenta los sinsabores, las malas críticas, la indiferencia..., o en el peor de los casos el olvido. Sin duda, Blaze Bayley tuvo su “momento de gloria”, cuando tras la marcha de Bruce Dickinson fue el propuesto por Steve Harris para ponerse al frente de Iron Maiden, y aunque la cosa no acabó de funcionar, lo cierto es que trabajos como “The X Factor” y “Virtual XI”, sirvieron para dar continuidad a la carrera de la Doncella durante la segunda mitad de la difícil década de los noventa. Pero sería injusto olvidar su trayectoria previa con Wolfsbane, y toda su carrera posterior en solitario que nos ha legado un montón de buenas composiciones y varios trabajos verdaderamente interesantes.
Luchador incansable, a Blaze Bayley parece que nunca le ha importado tocar ante 50 o 5000 seguidores, él siempre se ha entregado al máximo. Muchas han sido las ocasiones en las que el británico ha pisado los escenarios de nuestro país, y no puede decirse que siempre hayan sido contabilizadas como rotundos éxitos. Pese a ello, Blaze ha seguido ofreciendo material a sus incondicionales, así que a las puertas de publicar su nuevo trabajo a finales del próximo mes de febrero, “Circle Of Stone”, el ex-frontman de Iron Maiden arribaba a la sala Wolf de la Ciudad Condal para dar el pistoletazo de salida a una nueva gira por nuestro país con la que pretendía conmemorar el trigésimo aniversario del inicio de su etapa junto a Harris & Cía.
Al igual que ya sucediera en sus últimas visitas para abrir la velada Blaze Bayley contó con el concurso de sus compatriotas Absolva, la formación que capitanean los hermanos Appleton, -Chris y Luke-, y que además son la propia banda que le acompaña en directo. Con una pancarta con el nombre de la banda situada en la parte central del escenario Absolva se plantaron sobre las tablas para dejar patente su apuesta decidida por un heavy metal potente e impregnado de influencias clásicas, y es que ya durante la inicial “Fire In The Sky”, pudimos apreciar la solidez y pegada de unos riffs que parecían sacados directamente del libro de estilo de sus compatriotas Judas Priest.
Sin embargo, el registro vocal de Chris poco tiene que ver con el del “Metal God”, ya que sus registros se mueven en tesituras más graves, cercanos en algunos momentos a los del propio Blaze, lo que propició que temas como “Anthems To The Death”, que fue acompañada con los “oes” de gran parte de los presentes mientras levantaban los puños al aire, tuvieran esa ambientación más oscura e intrigante. Aprovechando esa conexión que el cuarteto había conseguido crear con una sala que les acogió con los brazos abiertos, y con una excelente predisposición, la banda se abalanzó de lleno sobre una de sus composiciones más directas y efectivas gracias a la pegada del matador estribillo del vitalista “Never A Good Day To Die”.
Tras firmar un arranque explosivo, en el que Absolva tuvieron ocasión de presentarse musicalmente a quienes todavía no les conocían, tocaba bajar un poco el nivel de intensidad, proponiéndonos para ello el inicio más lento y comedido de “Side By Side” para ir creciendo progresivamente hasta conducirnos sobre un desarrollo intermedio en el que las melodías de guitarra de ambos hermanos volverían a doblarse para evocar esa incuestionable esencia “maideniana”. El retorno sobre las composiciones de su más reciente “Fire In The Sky”, llegaría al dar paso a la implacable“Stand Your Ground”.
El buen rollo, la sintonía y la complicidad entre banda y público quedaría plasmada durante el primerizo “Code Red”. Sin embargo, el momento que el cuarteto británico quiso inmortalizar, grabando la respuesta de un público que elevó sus cuernos al aire siguiendo las indicaciones de su frontman Chris Appleton, fue “Refuse To Die”. Mientras que la elegida para finiquitar el primer acto de la noche fue la poderosa “From Beyond The Light”.
Tras un pequeño descanso, que los músicos de Absolva aprovecharon para tomarse un respiro y recuperar el aliento, la formación británica regresaba a escena, aunque esta vez quien se puso al frente fue Blaze Bayley. No fue una sorpresa, tal y como se había anunciado el grueso del repertorio de esta noche estuvo centrado en la etapa del vocalista de Birmingham al frente de Iron Maiden. Aunque la anécdota fue que en el telón de fondo que presidía el escenario podía leerse XXV aniversario, y es que seguramente la lona estuviera reciclada de aquella gira pre-pandémica de festivales, que aquí pudimos ver en lo que fue la primera y única edición del Rock The Coast.
Sin contar con las habituales introducciones, los músicos tomaron posiciones para tras un largo silencio dejar que fuera un poderosos redoble del batería Martin Mcnee el que se encargara de dar el pistoletazo de salida al show. Como no podía ser de otra forma, el último en aparecer, andando parsimoniosamente por el escenario, fue Blaze para tras saludar con la mano meterse de lleno en “Lord Of The Flies”. Desde los primeros compases del show pudimos apreciar la devoción y el cariño de un personal que coreó con el puño en alto el tema de apertura mientras Blaze recorría el escenario complacido regalándonos alguna de sus características muecas. Sin darnos apenas tiempo para recuperarnos del impacto inicial tocaba adentrarse de lleno en una de las composiciones más densas y ambientales que Blaze grabó junto a Maiden” Sign Of The Cross”, cuyas transiciones melódicas fueron coreadas por los más fieles para convertirse en el primer gran momento de la noche.
Sin duda de los dos discos que grabó como “la voz” de la Doncella el más destacado, y el que los fans tienen en mayor consideración, fue el primero “The X Factor”, y eso se notó en el peso que sus composiciones tuvieron en el repertorio de esta noche. De modo que la euforia no se detuvo cuando le llegó el turno a “Judgement Of Heaven”, que al igual que sucedió con varios de los temas que sonaron esta noche lo hizo con un punto más de velocidad. Como ya sucediera en anteriores visitas, Blaze habló muy despacio al público, para hacerse entender, y ese afán por comunicarse con sus seguidores fue contestado con cerradas ovaciones. No detendría el frontman británico su particular recorrido por el álbum que le vio debutar como vocalista de una de las bandas mas influyentes de la historia del heavy metal, ya que la siguiente en sonar fue la descorazonadora “Fortunes Of War”.
Aunque la presente no era la primera ocasión en que un servidor veía a Blaze tocarla en directo, lo cierto que para mí uno de los momentos de la noche llegó con “Virus”, el tema que Maiden incluyeron en el recopilatorio “Best Of The Beast”, y que sonó absolutamente desolador. Evidentemente, el bueno de Blaze no podía dejar de lado lo que ha sido toda su producción post-Maiden, y aunque esta noche el principal reclamo era ese material, Blaze no quiso dejarse en el tintero algunas piezas de lo que hasta ahora ha sido su último redondo “War Within Me”, que publicó en 2021. Así que las ambientaciones bucólicas que marcaron el inicio de “Warrior”, rápidamente mutarían a vendaval metalero con el vocalista firmando una magnífica interpretación.
La escalada metalera seguiría en aumento, ya que la banda pisaría el acelerador al máximo logrando que las guitarras sonaran todavía más incisivas y punzantes durante la propia “War Within Me”, que nos abocaba sobre ese estribillo deudor de los Maiden de la segunda mitad de los noventa para acabar recabando el reconocimiento unánime del personal, y con el que a la postre reivindicaba su presente como artista.
En cualquier caso, estaba claro que la mayoría de los presentes había llegado con ganas de escuchar material clásico, aunque no excesivamente explotado en directo. De modo que la primera mirada a lo que fue el material de “Virtual XI” estuvo marcada por “When Two Worlds Collide”, que fue otra de las que fue ampliamente coreada gracias a lo reiterativo de sus estribillos. Con todo el personal apoyando con palmas al ritmo de “Lighting Strikes Twice”, nos abocábamos hacia una recta final que arrancaba con la que probablemente sea una de las mejores canciones que Blaze grabó con Maiden, y una de las pocas que hemos tenido ocasión de escuchar en voz de Dickinson en giras posteriores: “The Clansman”, que una vez más nos volvió a poner los pelos de punta cada vez que el incombustible frontman gritaba con el puño en alto “Freedom”.
El último segmento de la descarga de Blaze y sus muchachos arrancó con “Como Estáis Amigos”, una de las que acostumbra siempre a tocar cuando se deja caer por aquí. Para acto seguido volver a ponernos las pilas con una trepidante “Man On The Edge”, que tres décadas después sigue sonando igual de rotunda y afilada que antaño. Mientras que la escogida para rubricar la descarga fue precisamente el tema que abría “Virtual XI”, “Futureal”, tras la que una vez concluida Blaze se retiró a camerinos agasajado por unos seguidores que posteriormente tendrían ocasión de saludarle en el puesto del merch.
Incombustible, incansable, auténtico..., Blaze Bayley siempre ha demostrado no sólo su profesionalidad y su calidad como músico, sino que es un tipo totalmente dedicado y entregado a sus seguidores. Tal vez nunca le veamos llenar grandes recintos por sí mismo, pero lo que nadie puede cuestionar es que verle sobre cualquier escenario es ver a un músico que se deja la piel y el alma para ofrecer a sus incondicionales el mejor show posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario