viernes, 9 de febrero de 2024

DELALMA+A DARK REBORN-WOLF-BCN-27-ENE-2024

Hay bandas que desde su misma génesis tienen un áurea especial. Sin duda cada vez resulta más difícil para una formación debutante llamar la atención, despuntar, conseguir llegar al público y, como no, hacerse un hueco dentro de una escena nacional que cada vez está más copada de nuevos nombres y multitud de lanzamientos. Pero evidentemente cuando los músicos que conforman el proyecto tienen calidad, carisma y un bagaje previo que los avala…, las cosas resultan mucho más sencillas. De entre las formaciones aparecidas en los últimos años sin duda Delalma son una de las más apreciadas por los fans, -digámosles entendidos-, dentro de la escena nacional. Estaremos de acuerdo en que su propuesta se aleja de los cánones más característicos del estilo, y que su música está pensada para seguidores que están dispuestos a sentarse a escuchar y empaparse de sus composiciones, y evidentemente la prueba palpable la encontramos en la calurosa acogida que obtuvo su fantástico debut homónimo que vio la luz a principios del pasado 2023.

Ya dieron muestras de su calidad y su buen hacer a finales del pasado verano cuando formaron parte del cartel del festival Ripollet Rock, y es que aquella fantástica descarga no solo fue una excelente carta de presentación, sino que les allanó el camino para que en su puesta de largo en la Ciudad Condal contaran con la atención que sin duda merecían. El enclave escogido para su debut en los escenarios de la capital catalana fue la Sala Wolf del populoso barrio del Poble Nou, un recinto que acabó registrando una buena entrada. Además para acompañarles en esta tarde noche de sábado Delalma contaron con uno de los nuevos valores de la emergente escena catalana, los chicos de A Dark Reborn, una banda con una propuesta bastante más potente y agresiva que la de los indiscutibles protagonistas de la velada, pero quienes creo que acabaron dejando una muy buen impresión.


Con un ambiente bastante animado ya en el recinto aparecían en escena los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada. A Dark Reborn. Aunque he de reconocer que no tenía muchas referencias previas del combo gerundense, lo cierto es que me sorprendió muy positivamente esa propuesta versada hacia el Death metal salpicado de toques melódicos. Otro detalle que me gustaría destacar fue su rotunda puesta en escena, gracias a la fuerza y personalidad que imprimió su frontwoman, Lur Mei, que algunos ya conocíamos de su etapa anterior como miembro de sus paisanos Morphium. Pese a ser conscientes de que no estaban ante el público más afín a su propuesta, A Dark Reborn salieron con muchas ganas, con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a no hacer prisioneros, y eso se notó en la fiereza y con el aplomo que sonaron temas como “Keida” o “Illusions”, poniendo de manifiesto su facilidad para combinar riffs devastadores con algunos pasajes más técnicos y con tintes melódicos.

Pese a que el combo gerundense no tiene un amplio bagaje a sus espadas, lo cierto es que la banda sonó en directo como un auténtico rodillo, presentándonos un repertorio que estuvo prácticamente centrado en lo que son las composiciones de su segundo largo “Last Echo”, con lo que no se dejaron en el tintero las camaleónicas ambientaciones de “Ritual”, para acto seguido dar buena cuenta de las atmósferas más etéreas de “Dark Matter”, que nos dejaba a Lur torturando al máximo sus cuerdas vocales mientras sus compañeros hacían subir el nivel de intensidad para acabar creando un inmisericorde vendaval metalero a base de riffs oscuros y pesadumbrosos.

De entre las que más impactaron al personal, sin duda me quedaría con “Delirium”, que alternó registros limpios, -en los que la voz de Lur sonó casi angelical-, con pasajes oscuros en los que la vocalista tiró de sus registros más agresivos y netamente death metaleros. De entre los cortes que los gerundenses rescataron de su anterior single “Ritual”, otro de los que no dejó indiferente al personal fue la propia “Last Echo”, que les sirvió para volver a proponernos unas atmósferas más plomizas y en donde nuevamente las voces limpias volverían a dejarse notar con fuerza. Tampoco quiso la banda dejar completamente apartado el material contenido en su primer largo “My Light”. De modo que para encarar la recta final de su presentación optaron por los ritmos más acelerados y con pinceladas thrasheras que marcaron el inicio de “Dust In The Ground”.

Y es que la descarga de A Dark Reborn estuvo cargada de contrastes sonoros. Con lo que no faltaron las rotundas aceleraciones que convirtieron a “Levitating The Void” en uno de los momentos culminantes de su presentación. Mientras que las elegidas para rubricar este primer acto de la noche fueron la sorpresiva “Hopeless”, que rompió los esquemas de más de uno con su tempo más accesible, y la más aguerrida y salvaje “The Flight”, con la que los gerundenses dejaban las espadas en todo lo alto de cara a la aparición de las indiscutibles estrellas de la velada.


Concluido el primer acto de la noche, la sala siguió coloreándose de un público bastante maduro, en su mayoría, que llegaba dispuesto a disfrutar del debut de Delalma en Barcelona. Con el escenario engalanado con un telón de fondo los músicos se posicionaron en escena para rápidamente ponerse en situación y darnos la primera alegría de la noche dando buena cuenta “Acto De Fé”, y ya desde los compases iniciales de la descarga pudimos comprobar que la banda sabe plasmar en sus directos esa peculiar magia, llena de elegancia melódica, que crean instrumentalmente el guitarrista Manuel Seonane y el teclista Manuel Ramil, y que se ve completamente rematada por el particular registro de Ramon Lage, a quien muchos habíamos perdido la pista tras su salida de Avalanch hace más de una década. Quizás, el único lunar de una descarga que fue absolutamente colosal fue el sonido, ya que no acabó de estar completamente matizado. Es más Seoane tuvo que cambiar su instrumento, lo que provocó un pequeño parón que cortó un poco el trepidante ritmo que estaba llevando el show.

Sea como fuere, lo cierto es que la banda supo conectar con el público, creando esa química especial que únicamente los grandes músicos son capaces de crear en sus directos. Y es que todos los temas que interpretaron fueron coreados con absoluta devoción por unos seguidores que llegaron a la cita bien empapados del material de su destacable debut. Y buena muestra de ello lo tuvimos durante los compases iniciales del show con el seguimiento que obtuvieron piezas como “Renegar De Ti”, que desde ya presenta candidatura a ser una de las que seguramente permanezca por mucho tiempo en sus repertorios. Pero sin duda el gran activo de Delalma, lo que da una personalidad propia a la banda, es la presencia y la voz de su frontman y vocalista, un Ramón Lage al que se vio algo apagado fisicamente pero que atacó de forma precisa y excelsa cada una de sus líneas vocales, firmando interpretaciones verdaderamente destacables en piezas tan emocionantes y potentes como “Mañana Vuelve A Oscurecer”, que con sus rotundos cambios de ritmo fue de las que más conectaron con el personal.

El cambio de registro, dejando que los aromas más envolventes y melódicos se desplegaran por toda la sala llegaría de manos de la introspectiva “Y Aún Siento Estar Allí”, que fue creciendo poco a poco hasta desplegar todo su potencial. Otro detalle a destacar es que durante las presentaciones Ramón se encargó de explicarnos cuál era el sentido de algunas de las letras. Y precisamente una de las introducciones más aclamadas fue la que precedió a “Ritual”, que con sus esencias nórdicas se encargaba de contemporizar mínimamente el ritmo que hasta ese momento había llevado el show. No tardaría en llegar uno de los momentos verdaderamente importantes de la velada, y es que la siguiente en sonar fue “¿Y Ahora Qué?”, que nos dejaba con otra soberbia interpretación de Ramón y con otra demostración de virtuosismo y elegancia de manos de Manuel Seoane.


Precisamente fue el tándem que conforman el vocalista asturiano y el guitarrista madrileño el que nos puso los pelos como escarpias durante el arranque de la emotiva balada “La Última Noche”, que derrochando intensidad y dramatismo nos emocionó a todos. Después de que Seoane volviera a dejar muestras de su maestría a las seis cuerdas llegó el momento de que la banda nos brindara su particular versión del clásico de Chris Isaak “Wicked Game”. Para encarar la recta final del show que mejor que dar buena cuenta del que ya se ha convertido en uno de sus temas más emblemáticos “El Mirlo”, que servía para escenificar la perfecta comunión entre la banda y unos seguidores que estaban disfrutando intensamente de la descarga.

Le elegida para poner el punto y seguido a la descarga fue la grandilocuente “Luz Ni Tiempo”; uno de los cortes que mejor plasma la simbiosis entre potencia, melodía y elegancia, y que, como no podía ser de otra forma, nos dejó unas fantásticas sensaciones con sus variaciones, sus giros de corte progresivo y su fantástico estribillo. La despedida definitiva, con todo el mundo apoyando al máximo, llegó con otro trallazo incontestable como fue “Cárcel de Cristal”.

Delalma salieron victoriosos en su primera incursión en los escenarios de la capital catalana. La expectación era grande, pero lo cierto es que la banda cumplió con creces, dejando a su paso a un puñado de seguidores satisfechos que no me cabe la menor duda que repetirán en su próxima visita.





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