domingo, 7 de abril de 2024

DECAPITATED+INCANTATION+NERVOSA+KASSOGTHA-SALAMANDRA-L´HOSPITALET DE LLOBREGAT-BCN-27-MAR-2024


Hace unos años la mayoría de los seguidores de las sonoridades extremas buscaban la brutalidad más absoluta y visceral, y aunque en esencia eso no ha cambiado, si es que es cierto que cada vez buscan más la técnica instrumental y el refinamiento en las estructuras a la hora de componer los temas. Quizás por ello en los últimos tiempos hemos podido apreciar como las bandas más técnicas han ido ganando relevancia dentro de la escena. Sin duda uno de los nombres que se ha ido consolidando en los últimos años es el de Decapitated. Seguramente para los que no están muy metidos en la escena underground el nombre de la formación polaca les puede sonar hasta novedoso, pero lo cierto es que el combo que capitanea el guitarrista Wacław Vogg Kiełtyka está a las puertas de conmemorar el vigésimo quinto aniversario de lo que fue su debut “Winds Of Creation”. Sin embargo, las grandes protagonistas de este “Nihility European Tour 2024”, serían las composiciones que formaban parte de su segunda entrega discográfica “Nihility”, que vio la luz en febrero de 2002, y que sirvió para que la formación  girara por toda Europa y Estados Unidos. Pese a ello, la banda tampoco quiso dejar aparcadas algunas piezas más modernas para acabar de redondear un repertorio que estuvo dividido en dos actos bien diferenciados.

Para aunar fuerzas de cara a este periplo por el viejo Continente el combo polaco está contando  con el respaldo de unos “viejos zorros” en esto del death metal como son los americanos Incantation, comandados con mano de hierro desde finales de la década de los ochenta por el incombustible John McEntee. Las encargadas de poner nota más netamente thrashera a la velada fueron las chicas de Nervosa quienes, con la guitarrista Prika Amaral ejerciendo ahora de líder indiscutible y encargándose también de las voces, nos presentaron lo que hasta el momento ha sido su última referencia de estudio:”Jailbreak”. Mientras que los encargados de darnos la bienvenida a la sala y dar el pistoletazo de salida a la descarga fueron Kassogtha.



Como viene siendo habitual en estos paquetes de gira que aglutinan a varias formaciones internacionales, el horario previsto para el inicio del show fue prácticamente vespertino. Eso sí, me llamó la atención que cuando los elegidos para arrancar la tarde Kassogtha irrumpieron en escena la sala estaba ya bastante concurrida. Imagino que entre los presentes tenían bastantes seguidores, aunque he de reconocer que un servidor tenía pocas referencias suyas.


El combo suizo que ha publicado un par de trabajos hasta la fecha, siendo su más reciente entrega  “Revolve”, la que monopolizó prácticamente todo su repertorio. Otro detalle a destacar es que Kassogtha se presentaron con una alineación de cuarteto, sin contar con la presencia de un bajista. Sin embargo, que nadie piense que la banda sonó mermada ya que destacó muy positivamente la labor de su batería: Dylan Watson. Pero sin duda la que acaparó gran parte de las miradas fue su frontwoman Stéphanie Huguenin, un animal desatado que alternó alaridos rotundos con registros limpios.


Y es que la propuesta de los suizos se aproxima a la de otras bandas europeas con chica al frente: unas guitarras aniquiladoras para dar mucha caña, aunque dejando espacio para varios pasajes técnicos, y todo ello aderezado por una vocalista versátil junto a  una puesta en escena vigorosa, vistosa  y adrenalítica. Como comenté anteriormente no tenía muchas referencias previas pero bastó con escuchar la inicial “The Infinite”, para saber porque parámetros se iba a desarrollar su descarga.


Si durante los primeros compases del show los suizos dieron rienda suelta a su vertiente más visceral y agresiva fue a lo largo de “Drown”, cuando alternaron ráfagas humeantes con esos pasajes más atmosféricos y melódicos que sirvieron para que Stéphanie nos brindara sus líneas más melódicas. Está claro que Kassogtha tienen plena confianza en el material contenido en su último esfuerzo de estudio, y es que trallazos como “Venom”, sirvieron para dejar patente que les gusta matizar su contundencia sonora con unos buenos detalles técnicos.


Algo más rápido me parecieron los compases iniciales de lo que hasta el momento ha sido su último sencillo “Rise”, que hacía que los alocados bailes se repitieran en los aledaños del escenario mientras la banda atacaba sus partes más contundentes para posteriormente embaucarnos con la sonoridades más etéreas. La escogida para que el, -esta noche-, cuarteto de Ginebra cerrara su puesta de largo en tierras catalanas fue “Complacency”. En definitiva correcta descarga de unos Kassogtha que mostraron buenas maneras técnicas, pero a los que creo que todavía les falta un poco de recorrido que les permita encontrar su plena identidad como banda.



A diferencia de lo que sucediera con los encargados de abrir la velada, un servidor ha tenido ocasión de ver a Nervosa en diferentes ocasiones a lo largo de los últimos años, tanto en salas como en festivales. Y también con varias de sus diferentes encarnaciones. Así que lamento profundamente decir que la de esta noche fue la vez que más flojas las he visto, ya que me dio la impresión de  que la banda ha bajado bastante enteros en cuanto a prestaciones en directo se refiere.


Lo que está claro es que la formación que actualmente lidera la vocalista y guitarrista Prika Amaral ha conseguido granjearse una excelente reputación en sus visitas previas a nuestro país, aunque para muchos la marcha de Fernanda Lira supuso un duro golpe del que todavía no han conseguido reponerse. En cualquier caso, los tiempos han cambiado y el ahora cuarteto salió haciendo gala de la misma actitud amenazante, y con muchas ganas, tirando de una de sus “nuevas armas”, “Seed Of Death”, dejando claro por si alguien albergaba alguna duda de que pese a todos los cambios y las adversidades la banda sigue cimentando su propuesta sobre  el thrash metal de corte clásico y sabor añejo.


De modo que no faltaron las aceleraciones incendiarias, ni las turbulencias, con un filo corrosivo que en algunos momentos nos recordó a bandas míticas como los alemanes Destruction cuando las brasileñas atacaron trallazos como el tempestuoso “Death!”, que aupó el ánimo de unas primeras filas que levantaron el puño para acompañar a Prika cada vez que tocaba proclamar el nombre del tema. De lo que fue su cuarto largo, el que grabaron junto a la vocalista gallega Diva Satánica que vio la luz en 2021 bajo el título de “Perpetual Chaos”, no se dejaron en el tintero el corte que lo abría “Venomous”, para proporcionarnos unos buenos argumentos para ejercitar las cervicales antes de que Prika se hiciera cargo de la parte solista.


En un más que correcto castellano la propia Prika fue quien se encargó de alentarnos a que levantáramos los puños al aire y gritáramos con ella el nombre del que sería el siguiente tema en sonar: “Kill The Silence”, que lamentablemente quedó algo deslucido por algunos fallos en la batería. Apoyándose en unas guitarras más densas y un tempo algo más contemporizado sonó la malévola “Perpetual Chaos”, que pasó algo desapercibida entre tanta dentellada netamente thrashera.


Otra de las nuevas “Jailbreak”, fue la elegida para encarar la recta final del show, y lo cierto es que pese a su velocidad no me acabó de convencer, ya que ese rollete más netamente heavymetalero que rezuma no es lo que, a priori, uno esperaría de una banda que desde sus orígenes siempre se posicionó en el lado más oscuro y agresivo del thrash metal. Mucho más acertada y convenientemente ambientada, con el personal levantando los cuernos al aire siguiendo las indicaciones de Prika, me pareció la subversiva “Guided By Evil”. Para dejar que el último asalto estuviera reservado para el devastador riff que comandó  “Endless Ambition”.


Lo dicho, sensaciones agridulces me dejó la descarga de unas Nervosa que vi algo descafeinadas en su retorno a los escenarios barceloneses. Seguramente fuera porque aún le falta algo de rodaje a esta nueva formación. Así que tocará darles un poco más de tiempo y concederles la ocasión de que puedan resarcirse en breve.



Como la noche y el día. Si con Nervosa tuve la impresión de estar viendo a una banda todavía poco rodada, con Incantation me pareció que estaba ante una máquina infalible y perfectamente engrasada de facturar death metal. Y es que el combo americano que lidera el incombustible John McEntee, era la agrupación más veterana de las conformaban el cartel de esta noche, y eso se notó. Pese a ello, he de reconocer que me llamó la atención tanto lo equilibrado de su repertorio como su vistosa puesta en escena, con proyecciones y diferentes elementos que potenciaron aún más una descarga que se centró en la implacable pegada de sus composiciones.


Fueron recibidos como merece una banda de su trayectoria. Además, siempre resulta una alegría comprobar que el público sigue manteniendo el apoyo a esas bandas míticas dentro de la escena death metalera, y más cuando en años anteriores habíamos tenido ocasión de verles en salas más pequeñas o en otros recintos donde el público no respondió y acabaron quedándose demasiado grandes. En cualquier caso, esta noche Mr. McEntee y sus acólitos estaban en el lugar y el momento adecuados, y huelga decir que, como viejos zorros del negocio, supieron aprovechar al máximo su tiempo.


Pisando fuerte, desplegando todo su aplastante potencial desde el mismo arranque, el cuarteto afincado en Pennsylvania arrancó con una mirada al pasado, aunque no a sus primeros tiempos, ya que la escogida para  para romper el hielo y empezar a martillar a una audiencia que no vaciló a la hora de meterse de lleno en su descarga fue “Carrion Prophecy” de su “Dirges of Elysium” de 2014. Pese a que los cambios de músicos han sido una constante a lo largo de la dilatada trayectoria de Incantation, lo cierto es que su actual encarnación se mostró sólida, perfectamente conjuntada, y funcionando como un motor engrasado y reglado para funcionar a pleno rendimiento, y la mejor prueba fue escuchar como atronó ese fantástico “Shadows Of The Ancient Empire”, que fue el primer recuerdo que se permitieron a su material noventero dejándonos la estampa del líder de la banda alzando su brazo para incitar a sus seguidores a que levantaran los puños.


En apenas diez minutos, dando buena cuenta de dos trallazos humeantes y absolutamente desoladores, los americanos habían conseguido meterse al público en el bolsillo y calentar al máximo el ambiente. En cualquier caso, si alguien pensaba que la banda había quemado todas sus naves en el inicio, y que no serían capaces de mantener semejante nivel de intensidad, no podía estar más equivocado. Y es que he de reconocer que me sorprendió muy positivamente ver la reacción del personal cuando los americanos miraron al presente para proponernos una de las piezas que formaba parte de lo que fue su último redondo “Unholy Deification”: “Concordat (The Pact) I”, y es que sus riffs demoniacos, el cavernoso registro de McEntee y sus explosivos cambios de ritmo sirvieron para que los pogos no se detuvieran entre las primeras filas.


Nuestra particular bajada al inframundo no se detendría, ya que “Vanish In Vengeance”, pese a haberse publicado en 2012, bien podría haber formado parte de sus primeras entregas, ya que conserva intacta la esencia y el feeling de lo que fue el death metal de la escena americana. Anclado frente a su pie de micro, mirando impasible al personal, así arrancó John McEntee la colérica y despiadada “Fury’s Manifesto”. Un detalle que ha marcado a fuego la personalidad de Incantation es su facilidad para alternar desarrollos incendiarios con pasajes más oscuros y pantanosos, en los que puede percibirse la densidad del doom, tal y como demostraron al atacar la primeriza “Blasphemous Cremation”, que fue la responsable de poner la sala literalmente patas arriba.


No tardarían mucho en volver a pisar el acelerador al máximo para espolear a unas primeras filas que estaban disfrutando al máximo con ellos dando buena cuenta de otro clásico de su primera etapa el volátil “Blissful Bloodshower”, que serviría de antesala para otra de las de nuevo cuño “Invocation (Chthonic Merge) X”, para posteriormente hacernos sucumbir bajo las pantanosas estructuras y las sonoridades más cavernosas que marcaron el arranque de “The Ibex Moon”, que nos flanqueaba el paso hacia  en una recta final que estuvo marcada, como no podía ser de otra forma, por la velocidad netamente deathmetalera de la implacable “Impending Diabolical Conquest”.


Siempre resulta gratificante ver a una banda clásica demostrar en directo que siguen en forma, que no han perdido ni la ilusión, ni la garra. Y es que tras presenciar la clase magistral de death metal “old school” que nos brindaron John McEntee y sus acólitos creo que quedó claro que tenemos Incantation para rato.



Desafortunadamente, y aunque ya empieza a quedar algo atrás, en los últimos años el nombre de Decapitated ha trascendido más allá de lo que es el panorama de la música extrema para estar envuelto en diferentes polémicas que han estado a punto de acabar con la banda. Habiéndose zanjado todas esas vicisitudes, parece que la formación polaca ha resurgido con más fuerza que nunca hasta el punto que está aprovechando su presente periplo por el viejo Continentes para repasar el material de una de sus obras mas celebradas entre los seguidores de las sonoridades extremas: lo que fue su tercer largo que vio la luz a principios de 2002 “Nihility”.


Antes de entrar a desgranar lo que fue la descarga del combo polaco me gustaría puntualizar que a causa de un contratiempo tuve que abandonar la sala poco antes de que finalizara. Sin embargo, creo que con lo que vi, -solo me perdí las tres últimas canciones-, tengo argumentos suficientes para decir que Decapitated están en este tour en un excelente estado de forma. No debe resultar fácil salir al escenario justo después de que lo haya arrasado una leyenda viva del death metal como son Inmolation, pero Decapitated llevan ya tiempo dejando constancia de que uno de sus puntos fuertes es el directo.


Sin amilanarse lo más mínimo, conscientes de que tenían por delante una ardua tarea, el cuarteto de Krosno irrumpió en escena para ser agasajado por unos incondicionales que les acogieron de forma efusiva. Así que tras tomar posiciones tocaba empezar a mover al personal y para ello que mejor que tras su reconocible introducción adentrarnos de lleno en esa apisonadora sonara que lleva por título “Perfect Dehumanisation (The Answer?)”, que hacía que la acción explotara en los aledaños del escenario mientras los que estábamos colocados más atrás nos quedábamos asombrados de la facilidad que mostró Waclaw Vogg Kieltyka para calcar los dibujos que podemos escuchar en sus entregas de estudio. Pero sería injusto ponderar únicamente el trabajo del “hacha”, ya que si de algo pueden alardear Decapitated es de la capacidad de todos y cada uno de sus integrantes. Y es que el otro gran foco de atención durante su descarga fue su frontman, Rafal Rasta Piotrowski, quien no dejó de alentar al personal mientras agitaba incansáblemente  us larguísimos tirabuzones al mismo tiempo que nos espetaba los corrosivos textos de “Eternity Too Short”, que servía para que el

cuarteto mezclara su vertiente más groovy con la más despiadada.


Siguiendo el mismo orden que su obra de 2002, llegaba el momento de pisar el acelerador al máximo con “Mother War”, que fue la responsable de desencadenar un feroz pogo entre las primeras filas. Sólidos, crujientes, despiadados..., los polacos estaban convenciendo sin cortapisas a unos seguidores que se mostraban cada vez más enchufados y entusiastas. Sin duda fue uno de los momentos culminantes de esta primera parte del show, y es que cuando la banda empezó a desgranar los desarrollos iniciales de “Nihiliyy (Anti-Human Manifest), el personal se volvió literalmente loco, desparramando como sino hubiera mañana para acabar tributando a los músicos una cerrada ovación.


No nos darían los polacos apenas tiempo para recuperar el aliento entre tema y tema. Lo suyo, está noche en Barcelona fue un asalto fulgurante y certero. De modo que la hiriente guitarra de Mr. Kieltyka fue la que se encargó de liderar ese fulgurante ataque que lleva por título “Names”, para posteriormente  atenazarnos con su infeccioso y melódico tramo central. Acto seguido llegaría el momento de cambiar el decorado, dejando que las columnas de humo hicieran acto de presencia para acompañar  los ritmos entrecortados que nos anunciaban que había llegado el momento de  “Spheres Of Madness”, que nos dejaba con un fantástico trabajo de su aplastante sección rítmica.


La implacable escalada sonora de los polacos continuaría en aumento haciendo que los  milimétricos cambios de “Babylon’s Pride”, nos dieran argumentos para ejercitar las cervicales mientras la banda no paraba de hacer crecer la intensidad en una sala que a estas alturas parecía ya una olla a presión. Tan cortante como una cuchilla, y tan devastador como una bomba de relojería, sonó “Symmetry Of Zero”. Mientras que para echar el cierre a esta primera mitad del show el cuarteto polaco optó por su adaptación del clásico de los británicos Napalm Death: “Suffer The Children”.



Tras recibir una cerrada ovación por parte de sus incondicionales, no tardarían mucho Decapitated en volver a hacer rugir sus instrumentos. Si durante el primer tramo de su descarga la banda había repasado una de sus obras más míticas, ahora tocaba ofrecer una representación de lo que ha sido su última referencia de estudio. Y para arrancar que mejor que centrarse en la pieza que le presta título “Cancer Culture”, que con un tempo marcado y rotundo ponía al personal a saltar antes de embarcarnos en esos desarrollos más ambientales. Mucho más directa, con esa delirante velocidad que se ha convertido en una de sus señas de identidad, sonó “Just A Cigarette”, que sorprendió a más de uno por la alternancia de guturales y voces filtradas.


La última pieza que pude ver fue “Earth Scar”, que con un ritmo ágil, directo y hasta más rockero se acabó convirtiendo en el primer recuerdo que se permitieron a su “Anticult” de 2017. Como comenté anteriormente, tras este tema tuve que abandonar el local. Pero según me comentó mi compañero Carlos Oliver, los polacos todavía tuvieron ocasión de atacar, -antes de marcharse despedidos como verdaderos héroes-, “Never”, “Iconoclast” y “Last Supper”.


No lo han tenido fácil, durante años Decapitated han ido escalando poco a poco posiciones dentro de la escena extrema internacional. Así que  no creo equivocarme al  decir que en este 2024 han alcanzado su mejor momento como banda. Ahora solo hay que esperar para  ver si han tocado techo o si van a seguir evolucionando y creciendo. En Barcelona dejaron a su paso a una audiencia rendida a sus pies, así que de cara a próximas visitas no me extrañaría lo más mínimo que intentaran el asalto a una sala de mayor aforo.





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