Hay artistas que se asocian de forma inconsciente al pasado. Y sí, no creo que nadie tenga dudas de que Jon Mikl Thor vivió su momento de máxima popularidad a finales de los setenta y los primeros años de la década de los ochenta. Pero, en cualquier caso, eso no quita que su producción discográfica en la última década haya sido bastante prolífica. Por supuesto, no creo que nadie, ni siquiera él mismo, tenga las expectativas muy altas, en cuanto a repercusión se refiere, de cara a lo que puede suponer esta nueva entrega de estudio que lleva por título “Ride Of The Iron Horse”, que de alguna forma sirve para conmemorar su medio siglo dentro del negocio musical, ya que combina nuevas composiciones, algunas demos y varios temas que por diferentes motivos se quedaron atrás.
El hard rock de esencias clásicas será el que marque la inicial “Ride The Iron Horse”. No, en esta ocasión, el tema de apertura no será el típico corte ágil y de aquellos que entra a primera escucha, sino que es un medio tiempo a ritmo de trote, con aroma a western, y unas pinceladas southern en sus guitarras. Pero como decía, este nuevo trabajo de Thor posee ese toque orgánico en su sonido, con el que casi parece que puedes imaginarte a la banda tocando en el local temas como “Lightening Rod”, con la sección rítmica marcando implacablemente el paso mientras las guitarras suenan etéreas para dar colorido a otro medio tiempo en el que destacan los cambios de registro de Mr. Thor y la participación del hip hopero Khemi$t para dotar de más mordiente a un tema que contiene algún guiño a los sonidos de la new wave.
Mucho más directo, dinámico, y hasta más visceral me ha parecido “5-0 Let’s Go”, que creo hubiera sido una elección perfecta para abrir el álbum, ya que aquí las guitarras suenan algo más potentes y aceleradas. Además, tanto por su título como par su coreable estribillo, me ha recordado a The Ramones. Aunque hay que puntualizar que el trabajo solista de John Leibel es de lo más netamente heavy de todo el plástico. El tempo del disco volverá a decrecer con la llegada de “Peace by Piece”, en el que Thor más que cantar se encarga de narrar la desgarradora historia de un escritor sin éxito que decide meter su obra en una cápsula del tiempo que será descubierta 100 años después para convertirse en un éxito.
Ese rock marchoso y un tanto pendenciero, en el que los estribillos volverán a jugar un papel fundamental, lo podremos encontrar a lo largo de “Unlock The Power”, volviendo a incidir en esa sonoridad netamente setentera que tan bien casa con la actual propuesta del frontman canadiense. Curiosamente, uno de los temas heavy’s del disco es la ochentera “No Time For Games”, ya que reúne todos los clichés que debe contener una balada del estilo. Un ritmo relajado, pero sinuoso, una elegante interpretación cargada de feeling e intensidad, y un notable ejercicio solista a cargo de John Leibel.
Un detalle a destacar de este nuevo trabajo de Thor es que todas sus composiciones son cortas, únicamente una de ellas supera los cuatro minutos de duración, y es que el álbum dura poco más de 48 minutos pero contiene 15 temas. Eso hace que muchos de sus temas estén muy concentrados, así que no vas a encontrar adornos innecesarios ni grandes desarrollos instrumentales, y ejemplos claros los encontramos en la marchosa “Bring It On”, con un estribillo de lo más coreable, y otra de las más potentes “Flight Of The Striker”, comandada por un riff rotundo para desarrollar una estructura clásica de estrofa, estribillo y solo, todo ello comandado por un estribillo coreable y pegadizo que es el nombre del propio tema que data de 1987.
Otra de las composiciones recuperadas para la ocasión ha sido “Had It Been Another Day”, que fue grabada en 1986, y eso se nota en el sonido de un medio tiempo que trata, sin conseguirlo, de sonar sofisticado. Sin embargo, creo que adolece de fuerza y ha quedado algo descafeinada. Algo más ruda, y con unas guitarras más gruesas, suena “Watch Your Back”, en este caso rescatada del 2002 y que contiene un cierto toque épico. Siguiendo con ese paseo por el pasado nos encontramos con dos gemas que seguro sabrán apreciar sus fans más veteranos, ni más ni menos que las demos de la roquera y coreable “Hit And Run” y el número acústico acompañado con palmas de “100%”.
Para cerrar el disco volveremos a la actualidad con “Shields Up”, en donde volverá a aparecer la épica junto a su vertiente más potente y a la vez melódica. Sin embargo, los que hayan optado por hacerse con la versión en Cd tendrán la oportunidad de disfrutar de dos piezas más. “Thunder Of The Mountain”, que conserva la esencia clásicamente rockera de la banda e incluye el característico sonido del mítico hammond, y “To The Extreme” una de las descartadas a finales de la década de los noventa por alejarse de la senda más netamente roquera y adentrarse en derroteros fronterizos con el rap.
“Ride Of The Iron Horse”, es un disco sin grandes pretensiones, en el que Thor ha compilado sin complejos un puñado de nuevas composiciones junto a demos y descartes de épocas pasadas para completar un trabajo divertido y de fácil escucha. Aunque tras darle unas cuantas vueltas me he quedado con la sensación de que hubiera estado bien que hubiera dado continuidad a ese sonido de guitarras más potentes, y netamente heavy metaleras, que habían marcado sus últimas entregas.
DISCOGRÁFICA:DEADLINE MUSIC
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