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martes, 4 de junio de 2024

ZENOBIA+DEBLER ETERNIA-SALAMANDRA-L´HOSPITALET-BCN-1-JUN-2024


No se puede desistir, no hay posibilidad de rendición. Aunque muchos se empecinen en decir, una y otra vez, cuál recurrente mantra, que no hay relevo y que la escena nacional hace tiempo que languideció, veladas como la que vivimos el pasado sábado en la Salamandra sirven para ratificar que la llama del heavy metal sigue crepitando intensamente tanto entre el público como encima de los escenarios. Un doble cartel de lo más atractivo, en el que se aglutinaba la experiencia y el buen hacer de unos ilustres veteranos como son Zenobia, junto a la savia nueva y la juventud que aportaban unos Debler Eternia, que fueron quienes se encargaron de abrir fuego en esta tarde noche de sábado.

Lamentablemente aunque el recinto acogió a un buen número de incondicionales de ambas formaciones, -que se presentaron a la cita con la mejor predisposición y muchas ganas de cantar y danzar-, lo cierto es que sala acabó registrando algo más de media entrada, y es que esta noche se celebraba un importante evento deportivo y ademas, como viene siendo habitual, había una amplia oferta de conciertos en la Ciudad Condal, incluyendo las descargas más importantes del festival Primavera Sound. En cualquier caso, los que optaron por acercarse a la sala Salamandra acabaron siendo testigos de primera mano de que el heavy metal nacional sigue gozando de un buen estado de salud.


Ante un recinto que aguardaba impaciente a que se iniciaran las descargas irrumpieron en escena tras la habitual los componentes de Debler Eternia, comandados por Rubén Kelsen, que apareció sobre las tablas ataviado con una llamativa chupa blanca y luciendo una amplia sonrisa para invitarnos a transitar a través de “Eternia”. Lamentablemente, el empuje inicial y la buena predisposición de los músicos chocó frontalmente con un deficiente sonido, en el que apenas podía percibirse la voz y el violín de un hiper activo Pablo Sabater, que no paró de danzar mientras tocaba su instrumento a la vez que buscaba la complicidad entre los integrantes de unas primeras filas que se mostraron completamente entregados a lo largo de todo el show.

Habiendo roto el hielo con un tema de su etapa más reciente era un buen momento para echar por primera vez la vista atrás, permitiéndose un primer, y a la postre solitario, recuerdo de lo que fue su ópera prima de 2015 “Noctem Diaboli”, del que nos brindaron las dinámicas melodías del optimista y power metalero “Renacer Del Alma”. Aunque me dio la sensación de que muchos de los presentes no se dieron cuenta hasta que el propio Rubén se dirigió por primera vez al respetable para saludarnos, lo cierto es que esta noche la formación presentaba una notable novedad, ya que su guitarrista habitual Javi Javat había sufrido un percance, así que para cubrir su vacante contaron con la presencia de un viejo amigo como es el polifacético Dani Arcos, quien recientemente ya estuvo por aquí junto a Adventus. Lamentablemente, su guitarra sonó bastante diluida y falta de pegada, especialmente durante los primeros temas del show.

Sin embargo, sin perder la sonrisa, la buena predisposición y las ganas de entretener y divertir a su parroquia Debler Eternia supieron sobreponerse a las adversidades y a algunas de las ausencias que estaban previstas para el show de esta noche, ya que Isra Ramos no pudo participar en el show. Así que tras hacer que subiera la temperatura en el local, poniéndonos a todos a botar, con el puño en alto, siguiendo los contagiosos y bailables ritmos de “Grita Que No”, fue el propio Rubén quien se encargó de dedicar el siguiente tema de la noche: “Melodía De Los Malditos”, al vocalista catalán, dejando que las guitarras y las ambientaciones más oscura se acabarán imponiendo para proponernos un rotundo cambio de registro que fue correspondido con una cerrada ovación.

Quien no faltó a la cita fue la arrolladora frontwoman de Astray Valley, Clau Violette que se sumó a la fiesta para participar en “Cada Latido”, que marcado en sus compases iniciales por el violín volvía a hacernos transitar por derroteros folkies para posteriormente dejarnos la estampa de las primeras filas cantando su pegadizo estribillo, junto a ambos vocalistas, para firmar uno de los momentos estelares de la noche. Y es que a pese a no comenzar de la mejor forma posible la descarga del combo de Coslada fue claramente de menos a más. Tras unos instantes de tenso silencio sonaba la introducción que servía para anunciarnos la llegada de “Sentencia Final”, así que con el ambiente ya bastante caldeado todos cantamos junto a Rubén las estrofas de lo que fue una de las composiciones más destacas y épicas del conceptual “Somnia”. Fue quizás en temas como éste en el que más noté que a Rubén en algunos momentos le faltó el apoyo vocal de sus compañeros, ya que ninguno de ellos participó a la hora de hacer coros o segundas voces. Una nueva mirada sobre las composiciones de lo que hasta el momento ha sido su última entrega de estudio “Perversso”, que data ya de finales de 2022”, se convertiría en la excusa perfecta para brindarnos los pasajes netamente melódicos y de esencia powermetalera contenidos en “Jauría”. A estas alturas de la velada tanto el público como la propia banda habían conseguido conectar tras un arranque un tanto irregular. Así que el momento de saltar, bailar y cantar con el puño en alto llegaría con uno de sus himnos imprescindibles: el gamberro y desenfadado “La Procesión De Los Borrachos”, tras el que abandonaron el escenario por primera vez.

Estaba claro que Debler Eternia tras haber conseguido espolear al máximo al respetable no iban a tardar mucho en regresar para rematar su descarga. Aclamados por sus incondicionales, Rubén y sus acólitos regresarían con otra de sus composiciones más épicas y, a la par, cañeras como es “Nada Nos Podrá Parar”, que hacía que el nivel de euforia se mantuviera entre unas primeras filas que se lo estaban pasando en grande. Si alguien dudaba sobre la hermandad y el buen rollo existente entre las dos bandas que conformaban el cartel de esta noche, Jorge Berceo y Mario Suárez, no vacilaron a la hora de subirse al escenario para apoyar a sus compañeros durante “Adictium”. Mientras que la elegida para rubricar una descarga que arrancó un tanto renqueante pero que acabó convenciendo al personal fue otra de las que sirvió para que la banda diera rienda suelta a su faceta más vanguardista y contemporánea “Afrodissa”.


En definitiva, solvente descarga de unos Debler Eternia que supieron sobreponerse a las adversidades, remontando un titubeante arranque, para acabar redondeando una descarga que divirtió y acabó convenciendo a sus incondicionales.

Muchas son las cualidades que debe atesorar una banda de metal en nuestro país para acabar teniendo un cierto arraigo y disfrutar del reconocimiento y el beneplácito del respetable. Por supuesto que son imprescindibles el talento, la calidad, el espíritu de trabajo y superación, incluso diría que la suerte..., pero también, la perseverancia. Parece mentira, pero el próximo 2025 se cumplirán dos décadas desde que la formación que capitanea Jorge Berceo publicó lo que fue su ópera prima: “Luchando Hasta El Final”. Mucho ha llovido desde entonces, y muchos han sido los músicos que han desfilado por su seno aportando parte de su talento para acabar construyendo una sólida carrera. Varios han sido los hitos que ha logrado la formación riojana hasta publicar el pasado 31 de mayo “Melodías Encantadas”, un trabajo que revisa en formato acústico algunas de sus mejores composiciones y que ademas incluye 5 temas inéditos. Así que para celebrarlo la banda regresaba a los escenario de la capital catalana dispuesta a dejar patente que siguen siendo uno de los buques insignia dentro del metal cantado en castellano.

Un detalle que me gustaría destacar es que entre el público asistente hubo bastante fans veteranos, entre los que me incluyo, que en su momento ya tuvimos ocasión de ver las dos partes de aquella fantástica gira que se llamó “Unidos Por El Metal”, y que tanto revalorizó la escena nacional. Pero por otro lado, también había bastante gente joven, que seguramente se habrá sumando a “la legión infernal” de los riojanos gracias a la buena acogida que han recibido algunas de sus últimas entregas de estudio. En cualquier caso, esta distinción desapareció desde que la banda apareció en escena comandada por un Jorge Berceo que ha ganado muchísimas tablas a lo largo de todos estos años, ya que a día de hoy puede decir que es uno de los frontmans más espontáneos y cercanos que tenemos dentro de la escena nacional, y es que esa forma tan especial de dirigirse a sus seguidores hace que cada concierto de Zenobia parezca una reunión de colegas.

Habiendo seguido a la banda desde hace muchos años, prácticamente desde sus inicios, he de admitir que aunque en un primer momento no me acabó de convencer esa deriva más hard roquera que tomaron en su anterior “VI”, lo cierto es que el tiempo les ha acabado dando la razón, y a día de hoy los teclados de Ernesto Arranz se han convertido en una pieza básica dentro del sonido de los riojanos, casi tanto o más que las guitarras de Mario Suárez y Marcos Lorente. Pero sin duda si hay algo que caracteriza el sonido de Zenobia es la contundencia que imprime la sección rítmica que conforman el bajista Héctor Hernández y el batería Javi Herrero.

Antes de empezar a desgranar lo que fue parte de la descarga del combo riojano, me gustaría precisar que no pude disfrutar del show completo. Pero con lo que tuve ocasión de ver me sirve para hacerme una idea aproximada de como son sus descargas actualmente, y aseverar que Zenobia están viviendo uno de sus mejores momentos como banda. Quizás para algunos de los presentes etapas anteriores fueron más brillantes, aunque creo que esas opiniones pueden obedecer más a preferencias estilísticas y gustos personales, que no al nivel y calidad de entrega que exhibieron unos músicos que lo dieron todo sobre las tablas para hacer disfrutar a su parroquia de incondicionales.

Precedidos de una adaptación con tintes vanguardistas del clásico “Paint It Black”, el sexteto se plantaba en escena para dar el pistoletazo de salida con toda una declaración de intenciones como es “Sin Perder La Razón”, con los teclados sonando muy en primer plano y comandados por un Jorge Berceo que no dudó, desde el minuto cero, en cargarse la banda a sus espaldas, convirtiéndose en el centro de todas las miradas, recorriendo incansablemente el escenario mientras ofrecía el micro para que los más fieles cantarán con él ese implacable estribillo que hizo que la sala se convirtiera en una auténtica fiesta desde el mismo arranque. Sin concedernos ni un segundo de tregua, y casi empalmada con el tema de apertura, llegaba el momento de que todos nos pusiéramos a botar mientras coreábamos la contagiosa melodía inicial de “La Danza Del Diablo”.

La descarga había empezado de la mejor forma posible, con una banda desatada y un público animado y con ganas de participar, que no vaciló a la hora de responder a las invitaciones de Jorge para acompañar palmas y cantar. Así que tras una doble ración del material contenido en “VI”, era un buen momento para echar la vista atrás y adentrarnos en las tesituras más netamente powermetaleras de “Una De Piratas”, que arrancaba con todo el personal saltando incansablemente mientras entonaba su corsaria melodía. Y es que este primer recuerdo a su ya lejano “Supernova”, fue uno de los momentos estelares de esta primera mitad del show. He de admitir que para un servidor fue una de las sorpresas de la noche, ya que el siguiente tema en sonar fue la versión que los riojanos han incluido en “Mester De Juglaría” el disco de homenaje a Saurom: “El Hada & La Luna”, que nos dejaba la estampa de Jorge alzando su micrófono para que todos cantáramos el estribillo antes de acabar recabando una rotunda ovación.

Una ristra de guitarras imparables e incisivas, -con claras reminiscencias a Judas Priest-, serían las encargadas de anunciarnos la llegada de ese rotundo zarpazo que lleva por título “100 Dardos”, proponiéndonos un rotundo cambio de registro que hizo que los ánimos se caldearan, aún más, entre una audiencia que parecía cada vez más metida en el show y animada. Los teclados de Ernesto volverían a reclamar su cuota de protagonismo para tiznar de esencias hard roqueras la contundente y explicita “Sigo Rugiendo”, que dejaba claro con su letra la actitud combativa e implacable de la formación riojana, y que nos dejaba la estampa de una primeras filas completamente entregadas cantando con el puño en alto su implacable estribillo.


Al igual que ya sucediera durante la actuación de Debler Eternia, Zenobia también tuvieron palabras de agradecimiento y cariño para el que fue uno de los grandes ausentes de la velada: Isra Ramos, durante los prolegómenos de “No Me Dejes Caer”, que fue la elegida para cambiar de registro adentrándonos en tesituras más melódicas mientras el sexteto seguía indagando en las composiciones contenidas en “VI”. Era evidente: tras la calma siempre llega la tormenta. Y es que para volver a levantar la moral de la tropa Zenobia nos propusieron uno de los temas que indudablemente supusieron un punto de inflexión en su carrera. “El Sueño De Un Loco”, que con su aplastante ritmo marcial volvió a poner la sala literalmente patas arriba, certificando la perfecta sintonía entre la banda y sus incondicionales. Fue obvio, ante semejante trallazo la respuesta del público fue corear el nombre de la banda incansablemente, y esto dio pie para que los músicos se tomaran un respiro mientras Mario se quedaba al mando para deleitarnos con un desarrollo solista.

He de reconocer que me fui con un muy buen sabor de boca, y es que el último tema que tuve ocasión de ver fue “Ícaro”, todo un trallazo de incontestable power metal que sirvió para que la banda apretara los dientes y acelerara el paso mientras el personal de las primeras filas no dejaba de hacer headbanging. Pese a que como comentaba, un servidor abandonó la sala en este momento el sexteto riojano aún tuvo ocasión de deleitar al personal con la presencia de varios invitados: Clau Violette que participó en “El Laberinto”, Elizabeth Amoedo de Against Myself que hizo lo propio en “Noche De San Juan”, y por supuesto Rubén y Pablo de Debler Eternia que “devolvieron la visita” para participar en “Corazón De Hielo”.

Por supuesto que tampoco quisieron dejarse en el tintero, para deleite de sus fans más veteranos y metaleros, temas como la incisiva “Borraré Tu Nombre”, “La Tormenta”, o ese himno que de alguna forma se ha acabado convirtiendo en uno de los más insignes de su granada discografía: “Lo Llevo En La Sangre”. Implacables al desaliento. Sin prisa, pero sin pausa. Y, ante todo, con paso firme Zenobia han conseguido convertirse en una de las bandas más emblemáticas, queridas y carismáticas dentro del panorama nacional.


TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DÍAZ


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