Hay bandas especiales dentro de nuestro heavy metal, y sin duda Muro son una de ellas. Ellos fueron de alguna forma responsables de imprimir una sexta marcha al heavy metal que se hacia en nuestro país a principios de la década de los ochenta. Además, su trayectoria ha sido discontinua y cuanto menos curiosa, ya que a día de hoy, aunque en la banda quedan dos de sus miembros fundadores: Lapi a la batería y Largo a la guitarra, el único que ha participado en todos los trabajos de la formación madrileña ha sido su bajista Julito. Aunque en su momento tuvieron que lidiar con las críticas de los más “puristas”, lo cierto es que el tiempo les ha acabado dando la razón y Rocksa Pérez se ha convertido en la década que lleva al frente de la formación vallecana en una pieza clave dentro de su engranaje. Eso sí, creo que es de justicia reclamarle a la banda que ya tenemos ganas de escuchar temas nuevos, ya que su última referencia de estudio “El Cuarto Jinete”, data ya de principios de 2013.
Hacia menos de un año que Muro nos había visitado, sin embargo eso no fue óbice para que el cuarteto consiguiera movilizar a un buen numero de seguidores que se acercaron hasta la sala Bóveda de la Ciudad Condal para disfrutar de una ristra de himnos clásicos que a muchos nos han acompañado durante más de media vida. Para amenizarnos la espera y calentar el ambiente antes de que el cuarteto hiciera retumbar los cimientos del local contaríamos con la presencia de Arko quienes aprovecharon la ocasión para celebrar el aniversario de su frontwoman Mery Benítez dándonos un recital de potente heavy metal tiznado de influencias clásicas y matices ochenteros. Mientras que los elegidos para dar el pistoletazo de salida a la velada fueron Kaizoku Band, quienes aprovecharon su tiempo en escena para rendir tributo a una de las bandas más legendarias dentro del heavy metal europeo: los alemanes Accept.
Pocas elecciones me parecen más acertadas para abrir una descarga de Muro que contar con una banda de tributo a Accept como son Kaizoku Band. Y es que todos sabemos que los madrileños siempre fueron fans irredentos de la mítica formación germana. Así que a muchos no nos extrañó que los cuatro Muro estuvieran entre el público disfrutando del show que nos brindaron los chicos de Kaizoku Band. Cualquiera que se considere seguidor de la formación de Solingen sabrá que el nombre de la banda catalana está tomado de aquel EP en directo grabado en Japón que vio la luz en 1985. Y precisamente el repertorio que esta noche interpretaron Kaizoku Band estuvo centrado en el material de los primeros años de Accept, con lo que su descarga consistió en una retahíla de clásicos que fueron seguidos y coreados por un público que se mostró enchufado y animado desde que el quinteto tomó el escenario. Además, dejando a un lado la sólida y solvente interpretación de los temas, en muchos momentos si uno cerraba los ojos parecía que estaba escuchando a los Accept de mediados de los ochenta. Por otro lado, también me gustaría destacar el vestuario, las poses y los movimientos sincronizados que ayudaron a ambientar y, de alguna forma, poner en contexto los temas que fueron sonando a lo largo del show.
En cuanto al repertorio, como ya apunté anteriormente, fue absolutamente imbatible. Arrancaron pisando fuerte, recurriendo desde el mismo arranque a la artillería pesada. De modo que el personal no tardó en meterse en situación animándose a tomar partido del mítico “Fast As A Shark”. Por supuesto, como no podía ser de otra forma, su frontman Robert salió a escena vistiendo ropa de camuflaje, paseándose por el escenario mientras alzaba el brazo para invitarnos a sumarnos a los coreables e incisivos estribillos del hard roquero “Turn Me On”.
Tras haber arrancado el show de la mejor forma posible, consiguiendo conectar con el respetable, el quinteto no dejaría de lado el material contenido en esa obra cumbre dentro de la prolífica producción de los germanos que lleva por título “Balls To The Wall”, ya que la siguiente en sonar fue una de las que todavía, a día de hoy, sigue conservando su sitio en los repertorios que suelen interpretar Wolf Hoffmann y sus secuaces: “London Leatherboys”, que nos dejaba la estampa de todos los miembros de la banda haciendo piña en la parte central del escenario mientras el respetable rugía intensamente.
Y es que el público se mostró en todo momento de lo más entonado y participativo, reclamando su merecida cuota de protagonismo durante algunos momentos puntuales de la descarga de Kaizoku Band. Sin duda uno de los más vibrantes fue cuando todos los presentes, siguiendo las instrucciones de Robert, se pusieron a entonar la mítica melodía de la inigualable “Princess Of The Dawn”. Tras recabar una cerrada ovación era un buen momento de cambiar el paso, de acelerar el ritmo del show, y para ello que mejor que invitarnos a dejarnos llevar por ese vendaval roquero que lleva por título “Losers & Winners”.
El grueso del repertorio que interpretaron Kaizoku Band estuvo centrado en las composiciones incluidas en los trabajos “Retless And Wild” (82) y “Balls To The Wall” (83), permitiéndose únicamente un par de licencias. La primera de ellas fue la salvaje y socarrona “Son Of A Bitch”, el tema que cerraba la primera cara del tercer largo de los germanos “Breaker”(1981). Mientras que la elegida para representar el disco que Accept publicaron en 1985 fue precisamente el tema que le prestaba título “Metal Heart”, que con el público cantando nuevamente hacía que la temperatura y el nivel de excitación no decrecieran ni por un instante.
La elegida para poner la rúbrica definitiva a la escueta pero explosiva descarga de Kaizoku Band fue otra de las que el paso del tiempo ha convertido en imprescindible para cualquier seguidor de los alemanes: “Balls To The Wall”, sellando la perfecta sintonía entre banda y público. Sí, puede parecer fácil firmar una gran descarga cuando uno interpreta una colección de temas que todos nos conocemos al dedillo. Pero, ese es precisamente el principal handicap, ya que hay que hacerlo muy bien y de forma respetuosa con el material original. Y eso es precisamente lo que hicieron Kaizoku Band.
Tras el rápido cambio escénico la fiesta no tardó mucho en proseguir, y es que los siguientes en tomar posiciones fueron Arko, quienes llegaban decididos a defender con uñas y dientes el material contenido en ”Bellas & Bestias”. No lo iban a tener nada fácil, la gente había entonado con verdadera devoción la ristra de himnos que acababan de descargar Kaizoku Band. Sin embargo, ahora les tocaba a ellos defender sus propias composiciones. En cualquier caso, Arko tocaban en casa, ante un buen número de seguidores y colegas, y eso se notó en el ambiente festivo y desenfadado que se vivió en todo momento, y que a la postre hizo que su descarga resultara de lo más divertida.
La conexión con el público que ocupó las primeras filas fue inmediata. Arrancaron pidiendo el apoyo de un personal que respondió haciendo los cuernos a la demanda de su frontwoman: Mery Benítez mientras sus compañeros daban buena cuenta de los compases iniciales de “Vamos”, dejando patente su apuesta decidida por un heavy metal rotundo, de riffs aplastantes, y con una clara esencia clásica. Por si a alguien no le había quedado claro cuál era su rollo tras los compases iniciales del show, el siguiente tema en sonar fue “Heavy Metal”, en el que también hubo espacio para los desarrollos melódicos a las seis cuerdas de Manuel Herrero antes de dejar paso a ese hímnico estribillo que, como no podía ser de otra forma, fue coreado acompañado con los cuernos al aire del respetable para posteriormente dejarnos un pequeño guiño al inmortal “Smoke On The Water” de Deep Purple.
Pese a ser una banda relativamente nueva, lo cierto es que los miembros de la formación catalana tienen un amplio bagaje a sus espaldas. Sin ir más lejos su frontwoman Mery ha estado involucrada en varios proyectos desde inicios de la década de los noventa. Y eso es algo que se notó en el aplomo y el desparpajo que mostró la banda a la hora de atacar temas como “Un Minuto Más” o la más contemporizada “Piensa Solo En Tí” que, sustentada sobre la rotundidad que imprimió en el arranque la sólida sección rítmica que conformaron el bajista Tony Gutierrez y la batería Vero Muniesa para posteriormente acelerar el paso, fue de las más me gustaron.
Otro de los temas que el cuarteto interpretó esta noche, y que no está incluido en “Bellas & Bestias”, fue “Respiraré”, un vibrante uptempo que fue muy buen acogido y que nos dejó a las primeras filas coreando el nombre de la banda. Acto seguido, le llegó el turno a “Tierra”, que arrancaba de forma lenta y evocadora para ir creciendo progresivamente mientras Mery nos espetaba su crítica letra antes de invitarnos a corear su melodía. “Envidia”, fue la elegida para encarar la recta final de un show que estuvo marcado por los riffs de clara esencia Priest de “Yo Soy”, que fue otro de los que propició que los más animados se abandonaran al headbanging.
Pero no se acabó aquí la descarga del Arko, ya que como fin de fiesta definitivo nos tenían preparada una suculenta sorpresa. Así que tras cantar el cumpleaños feliz a Mery, dos buenas amigas como Rocksa y Amaro subieron al escenario para compartir con ella las líneas vocales del último tema de su descarga: una demoledora versión del clásico de Santa “Reencarnación”. En definitiva, gran descarga de Arko, una banda nueva pero con músicos contrastados y que apuestan por una propuesta sólidamente cimentada sobre los patrones más clásicos del heavy metal tradicional.
No tuvimos que esperar mucho tiempo para tener sobre las tablas a los indiscutibles protagonistas de la velada. Y es que durante las descargas de Kaizoku Band y Arko, la batería de Lapi estuvo presidiendo el escenario. Así que tras una rápida y rutinaria prueba de sonido todo parecía preparado para la descarga del combo de Vallecas. Su puesta en escena fue bastante sobria, con una proyección en la parte trasera del escenario con el nombre de la banda y unas columnas de humo que aparecieron en momentos puntuales del show para junto al juego de luces dar una mayor plasticidad a algunos momentos de su vibrante descarga.
Por supuesto, que los cuatro Muro aparecieron en escena luciendo sus pintas más clásicas: vestidos de riguroso negro, luciendo melenas y cinturones de balas, y es que esos detalles son los que hacen que Muro sean una banda tan genuina y auténtica. Al frente estuvo Rocksa, que se mostró como la perfecta anfitriona, sólida y contundente a la hora de atacar los temas, y simpática y cercana en el trato con sus seguidores. Aparecieron en escena con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a convencer a sus seguidores. Así que para ir calentando motores mientras poníamos en movimientos las cervicales que mejor que brindarnos el tema que prestaba título al que hasta día de hoy ha sido su última entrega discográfica: “El Cuarto Jinete”, que ponía a las primeras filas a levantar los puños al aire en señal de aprobación. Sin darnos apenas tiempo para recuperar el aliento, y fundida con el tema de apertura, llegaba el momento del primer gran clásico de la noche dando buena cuenta de un “Epílogo”, que a más de uno puso los pelos de punta gracias a la entrega de una Rocksa que salió con muchas ganas y que no dudó a la hora de tirar de sus compañeros, demostrando que se ha convertido en una pieza clave en los directos de los vallecanos.
La respuesta del público barcelonés ante el desembarco de unos Muro que se mostraron intratables en los compases iniciales del show fue entonar el clásico cántico de: “Este Muro No Se Cae”, que por cierto se escuchó en varias ocasiones a lo largo de la velada. Sin embargo, el cuarteto no parecía dispuesto a entretenerse más de lo estrictamente necesario. De modo que la acción sobre el escenario se reanudó rápidamente con otro trallazo contenido en “Telón De Acero”, que se ha convertido en imprescindible para todos sus incondicionales “Maldición de Kcor”, que llegaba acompañado de los vítores del respetable y la aparición de las columnas de humo haciendo subir, aún más, la temperatura en una sala que a estas alturas estaba ya muy caldeada. Muro nunca se han escondido a la hora de plasmar en sus composiciones las influencias de los artistas que más les han marcado. Sin duda uno de los más grandes Ronnie James Dio lo hizo, y por ello la banda le dedicó el tema “La Voz”, todo una oda de amor al mítico frontman que implantó la señal de los cuernos dentro de “la gran familia” heavy metalera.
Tras recibir una nueva ovación del respetable fue la guitarra del Largo la que se encargó de acelerar el paso para introducirnos de lleno en una rotunda sesión de speed metal, y es que “Ciclón”, paso como un torbellino que nos dejó a todo el mundo haciendo headbanging mientras Rocksa miraba complacida lo que estaba sucediendo en la pista. Además de la velocidad y la entrega, tanto del cuarteto como de sus seguidores, estaba claro que esta noche tampoco podía faltar la épica heavy metalera contenida en temas como “Amos De La Oscuridad”, que llegó acompañada de una nueva aparición de las columnas de humo. No se detendría aquí la mirada a su etapa más clásica, ya que la siguiente en sonar, para regocijo de muchos de los presentes, fue la pieza que abría y daba nombre a lo que fue su primer largo grabado en directo a finales de 1986 en la mítica Sala Barrabás de Vicalvaro: “Acero Y Sangre”.
Nuevamente el entregado respetable volvería a entonar el cántico de “Este Muro No Se Cae”, antes de que el cuarteto se adentrara de lleno en esa despiadada crítica hacia los poderes fácticos que lleva por título “Honorable”, que les servía para volver a visitar el material de “El Cuarto Jinete”, dejando claro, viendo la reacción del personal, que el tema se ha convertido ya en otro clásico imprescindible en todas sus descargas. El ritmo demoledor y bombardeante de “Otra Batalla” sería el elegido para flanquearnos el paso hacia una épica recta final que estuvo protagonizada por ese arranque seminal con el bajo de Julito marcando la entrada de otro clásico incontestable como fue el celebradísimo y coreado “Telón De Acero”.
Lamentablemente, los horarios de la sala hicieron que el show tuviera que acabar de una forma un tanto atropellada. Así que ante los gritos de desaprobación del personal, Rocksa nos anunció que había llegado el momento de la despedida. Pero antes de que se encendieran las luces, y de que el cuarteto fuera agasajado por sus incondicionales, todavía tuvimos ocasión de cantar todos juntos el que sin duda es uno de sus temas más emblemáticos y conocidos: “Mirada Asesina”, con la vocalista haciendo cantar al personal para poner el broche definitivo a una velada de auténtico heavy metal.
Incombustibles. Muro demostraron el porqué de la reputación que se han granjeado durante años sobre los escenarios. Lo suyo es el heavy metal en estado puro. No esperes más: velocidad, riffs incisivos, actitud y muchas ganas de hacer headbanging. Ahora solo cabe esperar que pronto tengamos ocasión de tener entre las manos un nuevo trabajo que plasme todo el trabajo que han realizado con Rocksa en los últimos años.
TEXTO ALFONSO DIAZ
FOTOS: ARKO Y MURO:ALFREDO RODRIGUEZ
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