El tiempo acaba poniendo las cosas en su lugar. La década de los noventa no fue la mejor época para el heavy metal de corte tradicional. En aquellos años muchos fueron los artistas que huían despavoridos ante la idea de que les etiquetara como “heavy metal”, y pocos los que reivindicaban las raíces más clásicas y auténticas de una música que parecía estar dando sus últimos coletazos en las postrimerías del pasado siglo. Aunque muchos quisieron encasillarlos dentro del saco del europower, lo cierto es que un servidor siempre vio a Hammerfall como uno de los nuevos paladines del estilo. Su actitud, sus pintas y, sobre todo, lo que es más importante, su música así lo certificaban firmando en sus primeros años de andadura una tripleta imbatible como la que conformaron “Glory To The Brave”(1997), “Legacy Of Kings”(1998) y “Renegade”(2000).
Plenamente establecidos, y contando con el beneplácito de la fiel parroquia metalera, el combo sueco facturó en otoño de 2002 su celebradísimo y laureado “Crimson Thunder”, al que le siguieron en esa misma década “Chaper V:Unbent, Unbowed, Unbroken”(2005), “Threshold”(2006) y “No Sacrifice, No Victory”,(2009), que sin ser malos trabajos no llegaban al nivel que la banda había alcanzado en sus primeras entregas. Pese a ello Hammerfall siguieron girando y en la segunda década de este siglo XXI con trabajos como “Infected” (2011), “(r)Evolution”(2014), “Built To Last”(2016), o “Dominion”(2019), fueron recuperando el terreno perdido dejando patente con temas como “Hammer High” o “(We Make) Sweden Rock”, que no habían perdido el olfato para componer esos himnos que deben ser coreados con el puño en alto. En los últimos coletazos de la oscura época pandémica llegaba “Hammer Of Dawn”, acompañado de una extensa gira que servía para ratificar que la banda estaba en un gran momento de forma, contando en su alineación con el carismático Oscar Dronjak y Pontus Norgren a las guitarras, la sección rítmica que conforman el batería David Wallin y el bajista Fredik Larsson y al frente el vocalista Joacim Cans.
De cara a esta decimotercera entrega de estudio que lleva por título “Avenge The Fallen”, la banda ha vuelto a la escudería que apostó por ellos en sus inicios: Nuclear Blast, tras estar una década, y publicar tres largos de estudio y un doble en directo, bajo los auspicios del sello austriaco Napalm Records. Sin embargo este cambio de aires no ha supuesto variación alguna en cuanto al sonido, el estilo, ni tampoco en lo referente a la filosofía de trabajo de una formación que parece tener muy claras las cosas. No esperes pues grandes novedades en esta nueva entrega de los suecos. Ellos saben lo que a día de hoy buscan sus seguidores en sus trabajos, y parece que Oscar y sus secuaces están dispuestos a dárselo, y la mejor prueba es contemplar la imponente figura del guerrero Hector empuñando su inseparable martillo en la portada del álbum.
Creo que hasta los críticos más recalcitrantes de la formación que capitanea Oscar Dronjak estarán de acuerdo conmigo en que si algo han demostrado Hammerfall a lo largo de sus más de tres décadas de andadura, -que se dice pronto-, es su facilidad para crear esos himnos cargados de épica metalera y coros grandilocuentes. Así que está decimotercera entrega de estudio no iba a ser una excepción, de modo que para dar el pistoletazo de salida el incombustible quinteto se embarcará en la pieza que presta título al largo: “Avenge The Fallen”, apostando por un tempo marcado, -que se desmarca premeditadamente de esos zarpazos incendiarios que suelen abrir los discos de heavy metal-, para invitar al oyente a sumarse a sus grandilocuentes y majestuosos coros mientras la sección rítmica golpea implacablemente y las guitarras despuntan por encima ofreciéndonos unos desarrollos cargados de melodía. El estilo más característicos del combo sueco, con esos riffs marca de la casa disparados sobre una galopante sección rítmica servirán para dar velocidad y mordiente a “The End Justifies”, con Joaquim tirando de tonalidades agudas para llevarnos sobre un estribillo con matices true metaleros que nos abocará sobre unos rutilantes pasajes de guitarras dobladas para acabar de perfilar una de las piezas que de seguro no faltará en los repertorios de su próxima gira.
No creo que nunca nadie haya puesto en duda la “fé metalera” de los templarios suecos. Ellos fueron uno de los adalides del heavy metal europeo durante la dura década de los noventa, y eso es algo que sabemos bien los que les acompañamos en su particular “travesía por el desierto”. De modo que estaba claro que a estas alturas de la película no iban a cambiar su estilo, y piezas a ritmo de fulgurante medio tiempo como “Freedom”, en la que los coros y las coreables melodías volverán a resultar fundamentales, son la constatación definitiva de que la fórmula sigue siendo efectiva a la hora de mantener la atención de sus incondicionales. Como viene siendo habitual en ellos, Hammerfall tienen claro que sus temas tienen que funcionar en directo. Así que no resulta difícil imaginar a un auditorio entregado cantando y levantando los puños para participar activamente en cortes como “Hail To The King”, en la que será la aplastante sección rítmica la que se encargue de sostener el tema durante sus estrofas para dejar que las ya mencionados coros sean los que doten de punch a los épicos estribillos que precederán a la entrada de las guitarras de Oscar y Pontus para completar otro número rebosante de potencia, intensidad, épica y hermandad heavy metalera.
Esa fidelidad a un estilo, y a una forma de componer muy concreta, -algo que algunos pueden tildar de repetir siempre los mismos esquemas, mientras que otros pensamos que son sus claras señas de identidad compositiva-, quedará plasmada en esa andanada que lleva por título “Here To All”, en la que los suecos vuelven a presentar un tema a medio camino entre el power metal y el heavy metal más melódico y tradicional, dejando que sus ágiles riffs vuelen a lomos de una batería rápida y bombardeante para acabar alcanzando el clímax en su aplastante y coreable estribillo. Tal y como mandan los cánones, el ecuador del disco llegará con una power-balad de tintes épicos como es “Hope Spring Eternal”, en donde tendrán cabida los arreglos de cuerda para junto a sus armoniosos coros y la sentida interpretación de Joaquim dar un mayor dramatismo a un corte en el que los desarrollos solistas de guitarra perderán algo de garra para ganar en sentimiento y emotividad.
No tardará mucho en volver a carburar a pleno rendimiento la maquinaria sueca, ya que será durante “Burnt It Down”, cuando vuelvan a concentrarse en dar rienda suelta a toda la intensidad netamente metalera, aunque convenientemente aderezada con unas buenas dosis de melodía junto a unos implacables coros para hacer que un tema de ambientación más oscura se acabe convirtiendo en uno de los trallazos más potentes e incontestables del álbum. Las melodías que nos proponen Oscar y Pontus se tornarán más sentidas durante los compases iniciales de “Capture The Dream”, para rápidamente flanquearnos el paso hacia una estructura galopante, con la sección rítmica marcando incesantemente el paso dejando que los coros se encarguen de dar la replica a Joaquin cada vez que llega la hora de atacar su grandilocuente estribillo.
Aunque no creo que suponga una ruptura con lo que podríamos denominar su fórmula habitual, lo cierto es que “Rise Of Evil”, sorprende por el tratamiento que la banda ha dispensado a la sección rítmica, especialmente por la preponderancia de un bajo que suena muy en primer plano, creando una ambientación más oscura y pesada. Sin embargo, el ataque guitarrero seguirá siendo infalible, con esas ráfagas cargadas de elegancia melódica y que se verán coronadas por otro estribillo marca de la casa. El elegido para poner el colofón definitivo al álbum será precisamente el tema más largo “Time Immemorial”, que nos propone una ambientación más inquietante en el arranque para posteriormente lanzarnos sobre unos ágiles riffs de aromas hard roqueros que nos abocarán sobre un tema con más cambios de los que nos tienen habituados los suecos en sus composiciones, y en donde pasajes más emotivos se alternarán con desarrollos más cañeros y potentes.
Cuando hablamos de la discografía de Hammerfall se me ocurren varios trabajos que son indiscutibles, y que son capaces de conquistar al oyente desde la primera escucha. En esencia, no creo que a “Avenge The Fallen”, le falte ninguno de los elementos que cualquier seguidor de la banda espera encontrar en una nueva obra del combo sueco. Sin embargo, me da la impresión de que es un trabajo que precisa de más escuchas, de dedicarle más tiempo, ya que dejando a un lado los temas más directos e inmediatos, nos encontramos con 3 o 4 composiciones que requieren de sucesivas escuchas para ser apreciadas en su justa medida. En cualquier caso, Hammerfall no fallan, y han vuelto a firmar un trabajo que creo está a la altura de su nombre y en consonancia con su legado. En definitiva, “una muesca más en la empuñadura de su martillo”, y otra obra imprescindible para cualquiera que se considere seguidor de los Templarios suecos.
DISCOGRAFICA:NUCLEAR BLAST
Lista de Temas
01. Avenge The Fallen
02. The End Justifies
03. Freedom
04. Hail To The King
05. Hero To All
06. Hope Springs Eternal
07. Burn It Down
08. Capture The Dream
09. Rise Of Evil
10. Time Immemorial
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