Una vez concluido el verano, y la que por antonomasia es la época de los grandes festivales al aire libre, llega el momento de regresar a la rutina, a la actividad en las salas, y algunas bandas aprovechan estos primeros días del mes de Septiembre, -justo antes de que empiecen a desembarcar las giras de bandas internacionales-, para presentarse ante sus seguidores y, de alguna forma, reivindicar una escena nacional que, pese a quien pese, sigue viva y gozando de un buen estado de salud. El atractivo cartel de esta noche de sábado en la sala Bóveda de la Ciudad Condal lo conformaban unos viejos conocidos de la escena catalana como son Sombras, quienes personalmente he de reconocer que les tenía un poco perdida la pista, ya que todavía no había tenido ocasión de verles con Maribel al frente. Mientras que desde tierras murcianas arribaban los chicos de Reylobo, una formación peculiar, con una marcada personalidad, y que centra sus obras en historias conceptuales como la que narra su más reciente entrega discográfica “Infinito”.
Como suele suceder en las grandes ciudades, esta noche en Barcelona había una gran variedad de oferta en cuanto a conciertos rockeros se refiere. Pese a ello, la sala Bóveda acabó presentando un animado ambiente gracias al calor, el respaldo y el cariño de un respetable que arropó en todo momento a las bandas. Pese a que en un principio Reylobo iban a ser los encargados de cerrar la velada, -o por lo menos esa era la percepción que tenía un servidor-, lo cierto es que fueron los murcianos quienes se encargaron de dar el pistoletazo de salida a la velada.
Irrumpieron en escena con las pilas bien cargadas, dispuestos a darlo todo, levantando los ánimos de un personal que disfrutó al máximo de su primera visita a la Ciudad Condal. Un detalle que me gustó, y me llamó muy positivamente la atención, fue lo equilibrado de su repertorio, combinando de forma muy acertada para mantener la intensidad del show piezas de sus dos entregas de estudio: “El Octavo Pecado” y el ya referido “Infinito”. Fue durante los compases iniciales de su descarga cuando confiaron en la pegada del material de “Infinito” dando buena cuenta de piezas como “Hidalgo”, con la que nos invitaron a corear su estribillo mientras Nacho se aferraba a su pie de micro con la efigie del lobo y las columnas de humo se alzaban en la parte frontal del escenario. No tardarían mucho en llegar la fantástica “Hijo De Las Estrellas” y “Duelo”, tras las que nos anunciaron que estaban encantados de debutar por fin en los escenarios barceloneses.
Sin duda uno de los grandes activos de la formación murciana es el personal registro de su frontman Nacho Fernández, quien se mostró solvente y muy potente, incluso se permitió introducir a capella “La Jauría Humana”. Aunque quizás no sonaron tan potentes y compactos como deberían, lo cierto es que me gustó mucho el tratamiento que la banda dispensó a los coros, haciendo que temas como de su ópera prima como “Los Olvidados” o “Origen”, consiguieran recabar el respaldo de unas primeras filas que se fueron animando a medida que iba avanzando el show.
Como comenté anteriormente, Reylobo se mostraron muy agradecidos con el apoyo que les tributó en todo momento el público barcelonés. Además también tuvieron muy buenas palabras para sus compañeros de escenario de esta noche: Sombras. Así que tras haber creado un fantástico ambiente descargando temas como “El Hambre” o el camaleónico “Universo”, se dispusieron a encarar la recta final de su presentación atacando piezas como “Valeria”, que dedicaron a la hija de su ex-batería, Momo; “Requiem”, o el tema que desde prácticamente sus inicios se ha convertido en su emblema: “Las Águilas Blancas”, tras la que se marcharon dejándonos un muy buen sabor de boca. Para los que seguimos la escena nacional Reylobo hace ya tiempo que son un valor en auge dentro del metal melódico nacional. La banda está en un excelente estado de forma, así que ahora toca esperar a que sepan plasmarlo en lo que será su tercer largo, para el que además ya han anunciado que van a trabajar con Leo Jiménez.
Los encargados de recoger el testigo para poner la rúbrica a esta fantástica velada fueron Sombras. Como comenté anteriormente hacía tiempo, mucho tiempo, que un servidor no tenía ocasión de verles en acción. Aún recuerdo las veces anteriores en que puede hacerlo viéndoles compartir escenario con bandas como Heart 2 Heart, Saurom o Infamia. Y aunque varias de las composiciones que sonaron esta noche ya lo hicieron entonces, lo cierto es que me sorprendió muy positivamente la madurez, el empaque y la potencia que ha adquirido la banda. Sin embargo, para un servidor la principal sorpresa llegó de la mano de su actual frontwoman Maribel, que derrochó actitud y buen rollo desde el mismo arranque dando buena cuenta de piezas como “Héroe” o “El Viaje De Caronte”, que fue la elegida para hacernos viajar hasta el antiguo Egipto.
Evidentemente la propuesta de Sombras fue muy diferente a la que nos brindaron Reylobo, ya que su sonido está tiznado de ese folk que en algunos momentos puede sonar festivo y desenfadado, mientras que por otro lado también es capaz de crear ambientaciones sugerentes como en “La Nit De Sant Joan”, o adentrarnos en las tesituras más oscuras y misteriosas de “Estadea”. Por supuesto que el violín de Jakob tuvo un papel destacado en temas como el celebrado “Desconecta”, con una letra de candente actualidad; y “El Cementerio De Los Olvidados”, pero eso no quita para que los catalanes también dejaran plasmada su impronta más gamberra y netamente rockera en temas como la divertida “Lady Cobra”.
Varios fueron los momentos en los que la banda conectó plenamente con el animado público, pero sin duda el momento en que más se oyó contar al personal fue durante su versión del clásico de Mägo De Oz: “Molinos De Viento”, que fue el elegido para encarar una recta final que estuvo marcada por “ Pista Brujas”, y el fantástico y demoledor “Brujas De Zugarramurdi”, del que hace unos años grabaron un vídeo-clíp, y el que a la postre se ha convertido en su tema más emblemático.
Una vez más pudimos comprobar que, pese a lo que muchos se empeñan en repetir, cual mantra, hay relevo para los nombres de siempre dentro de la escena nacional. Eso sí, lo que no tengo tan claro viendo la entrega, las ganas y la ilusión que exhibieron Reylobo y Sombras, es si realmente hay público para darles esa oportunidad.
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