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viernes, 4 de octubre de 2024

BE PROG! MY FRIEND-POBLE ESPANYOL-BCN-28-SEP-2024

 



TODOMAL

A lo largo de todas sus ediciones Be Prog! My Friend, nos ha brindado la oportunidad de disfrutar de gemas especiales …, y la de este año no iba a ser una excepción. Tras las buenas sensaciones que nos dejó la primera jornada festivalera, para dar el pistoletazo de salida a la cita del sábado, también a una hora bastante temprana, tendríamos la oportunidad de disfrutar del debut en directo de TodoMal.


El proyecto que dio sus primeros pasos en 2020 ha conseguido captar la atención de los seguidores de las sonoridades más oscuras y atmosféricas con dos entregas de estudio como “Ultracrepidarian” (2021) y “A Greater Good” (2023). Pero, evidentemente, lo que muchos estábamos deseando era comprobar si serían capaces de trasladar al directo toda la fuerza e intensidad que destilan sus composiciones. Un detalle que me gustaría destacar es que TodoMal fueron de las pocas bandas que sacaron el máximo partido a la gran pantalla que presidía el escenario, ya que durante toda su descarga se fueron sucediendo imágenes que ayudaron a ambientar, y poner en contexto, los temas que interpretaron.

Quizás su propuesta no fuera la más idónea para escuchar a primera hora de la tarde, pero lo cierto es que cuando hay calidad, buenas composiciones y ganas de conectar con el público no hay barreras que impidan el triunfo. Me gustó mucho su sonido, lo pétreas y envolventes que sonaron sus guitarras que junto al colchón que aportaron los teclados y lo cadencioso de sus ritmos nos sumergieron de lleno en latigazos doom metaleros del calibre de “Silen Mass”. Tampoco faltaron los pasajes tiznados de oscura melancolía durante “High Time”; que arrancaba precedida de unas campanadas para convertirse en una bestia despiadada.

Como comenté anteriormente las proyecciones jugaron un papel destacado en el show de TodoMal, y es que las impactantes imágenes mesiánicas que acompañaron la interpretación de la pieza que prestaba titulo a su debut “Ultracrepidarian”, sirvieron para hacer crecer el nivel de intensidad del show. Dejando a un lado todo ese halo netamente doom metalero, lo cierto es que la vertiente más progresiva de la banda saldría a relucir a lo largo de “Gods Fucking In The Sky”, que llegó acompañada de una serie de proyecciones cósmicas.

El retorno a su material más reciente llegaría acompañado del endurecimiento de las guitarras para dar forma a “Inferno Tristi”, que nos mostraba algunas de sus influencias más clásicas para acabar recabando una cerrada ovación. Pero sin duda uno de los momentos álgidos de su descarga llegó en el tramo final, cuando la banda tejió las oscuras melodías que dieron forma a la inapelable “Antichrist Of Love”. Para rubricar su debut en directo la banda optó por “ A Greater Good”, que arrancaba de forma bucólica, con un fantástico juego de voces,- y con el latín como lengua-, para luego crecer en intensidad y acabar abrazándonos con esas opresivas melodías que se han convertido ya en una de sus señas de identidad.

Habiendo escuchado sus trabajos de estudio, he de reconocer que tenía muchas ganas de comprobar como sonarían en directo TodoMal, y lo cierto es que dejaron claro que son una banda de presente y con un futuro de lo más prometedor, ya que cuentan con la experiencia adquirida de un elenco de reputados y curtidos músicos.


ALKALOID

Viendo el cartel de la jornada del sábado creo que era evidente que en esta segunda jornada se habían agrupado las formaciones más cañeras que tomarían parte en esta nueva edición del Be Prog! My Friend. Aunque seguro que cada cual tendrá sus preferencias personales, para un servidor la cita con los Alkaloid que capitanea Florian Magnus Maier, Morean, era uno de los platos fuertes del día.


Los alemanes fueron quienes desplegaron sobre el escenario los postulados más netamente death metaleros, aunque su propuesta fue mucho más allá, ya que además de dejarnos unos buenos detalles técnicos, -en algunos temas contaron con tres guitarras-, también tuvimos ocasión de escuchar una particular adaptación de un compositor clásico como Johan Sebastian Bach. En cualquier caso, la descarga que nos brindaron Mr. Morean y sus muchachos fue de lo más completa y divertida.

En un festival en el que los horarios se cumplieron a raja tabla, los alemanes fueron la excepción, y no lo digo porque se demoraran en exceso a la hora de salir a escena, sino más bien por todo lo contrario, ya que su descarga se inició cinco minutos antes de lo previsto. Arrancaron de forma fulgurante, con las pilas bien cargadas y derrochando actitud. Sin duda fueron los que más se abandonaron el headbanging, y es que temas como la inicial “Kermel Panic”, pese a su lento arranque, sonaron como un vendaval metalero en sus partes más incisivas y arrolladoras. Esa dualidad que pudimos apreciar en el tema de apertura, -tanto a nivel vocal como instrumental-, fue lo que marcó la descarga de unos Alkaloid que se mostraron en todo momento implacables, especialmente a la hora de abordar los temas de su más reciente entrega discográfica :“Numen”. Sin ir más lejos en temas como “Clusterfuck”, la banda fue tejiendo su intrincada telaraña de melodías para posteriormente azotarnos inmisericordemente con los rotundos guturales de Morean.

Tras habernos castigado las cervicales con su triple ataque guitarrero, Morean dejó a un lado su instrumento para centrarse únicamente en las tareas vocales. Así que tras saludar al personal, -en un más que correcto castellano-, nos anunció que había llegado el momento de apretar el paso con “Alter Magnitudes”. No abandonarían el material contenido en lo que fue su ópera prima “The Malkuth Grimoire”, ya que acto seguido le llegó el turno a la cadenciosa y aplastante “Cthulhu”, que el simpático frontman presentó como un tema que compartía nombre con una banda catalana: “Ktulu”.

Para muchos fue una de las sorpresas de la jornada, y es que imagino que los que no conocieran la trayectoria de Morean seguro no se esperaban que la banda pudiera marcarse una adaptación del mítico “Concerto For Piano” de Bach. Una nueva mirada sobre su obra del pasado año serviría para proponemos los poderosos increscendos contenidos en el implacable “Qliphosis”, mientras que “A Fool´s Desire” nos invitaba a cambiar el paso dejando que fueran los registros limpios los que guiasen gran parte del tema junto a un riff reptante, y de clara esencia sabbathica, antes de acabar explotando en una apocalíptica recta final.

Ese punto de locura que tienen todos los grandes compositores quedaría plasmado en lo que fue el último tema que interpretaron “The Fungi From Yoggoth”, otra bofetada de puro death metal que sirvió para que los hachas dejaran constancia de sus habilidades técnicas. Quizás no fueran los que más público arrastraron, pero de lo que no me cabe la menor duda es que tras su descarga Alkaloid pueden presumir de haber engrosado su, cada vez mayor, base de incondicionales.


Dødheimsgard


Si los alemanes Alkaloid habían sido los encargados de ondear la bandera del death metal en esta edición del Be Prog! My Friend, creo que todos los que estuvieron presentes convendrán conmigo que la descarga de Dødheimsgard fue la más seminal y extrema de todo el festival. Además por si sus postulados musicales no fueran suficiente para llamar la atención de todos los presentes, su alocado vocalista Vicotnik, se mostró como una fiera salvaje dentro y fuera del escenario, y es que a lo largo del show del combo noruego varias fueron las veces en las que el frontman se paseó por el foso, e incluso llegó a abalanzarse sobre las primeras filas.


Ellos también fueron de los pocos que sacaron partido durante prácticamente toda su descarga de la gran pantalla trasera. Y es que su show fue como un paseo militar. Sí, triunfaron sin paliativos. No sé si por la lealtad y efusividad de sus incondicionales, por el impacto que produjeron a quienes no les conocían, por lo disparatado en algunos momentos de su propuesta.... En cualquier caso, lo que nadie puede discutir es que fueron una de las atracciones de la jornada, y que además no dejaron indiferente a nadie.

Lentamente, como si fueran almas condenadas en peregrinación, la banda fue tomando posiciones mientras desgranaban los compases iniciales de “Et Smelter”, para rápidamente desatar su abominable tormenta sonora. Sin duda a muchos les impactó lo extremo de su propuesta, mientras otros comentaban también el particular atuendo con el que salió a escena Vicotnik, con un traje de estampado imposible y una especie de capucha a modo de tocado. Finiquitados los compases iniciales de su descarga quedaba claro que la descarga de los noruegos iba a romper moldes, así que más de uno se quedó petrificado cuando Vicotnik tras dar el pistoletazo de salida a “Sonar Bliss” se abalanzó sobre las primeras filas.

Con la euforia completamente desatada pudimos ser testigos de algo poco habitual durante las actuaciones en un festival como el Be Prog! My Friend, y es que incluso se formó algún moshpit cuando la banda atacó piezas como “Interstellar Nexus”, que nos dejaba la imagen del vocalista revolcándose por los suelos tras levantar y ponerse sobre la cabeza uno de los monitores. Los pasajes más encarnizados, y por momentos apocalípticos, se alternarían con los desarrollos hipnóticos y casi tribales de “Aphelian Void”, creando una atmósfera oscura y demoniaca.

Tras haber captado de forma rotunda e incontestable la atención de todos los presentes el combo noruego nos invitó durante la parte central de su show a viajar a la década de los noventa, y es que los siguientes minutos de su descarga estuvieron marcados por la efervescente locura de “Midnatt Skogens Sorte Kjerne”, con el vocalista zarandeando a sus compañeros mientras volvían a incidir en su vertiente más netamente blacker para acto seguido dejar que el nivel de intensidad siguiera subiendo con otra de las repescadas de su opera prima de mediados de la década delos noventa “ "Kronet Til Konge": “Kludeblest over Evig Isode”.

El momento de la condenación definitiva no tardaría en llegar de manos de “Bluebell Heart”, con el vocalista rasgando al máximo sus cuerdas vocales antes de volver a descender al foso para increpar a las primeras filas mientras atacaba los desarrollos más rabiosos y humeantes. Aún acelerarían más el paso para proponernos el disparatado ritmo de “The Ultimate Reflection”; que fue otra de las que llegó acompañada de un animado pogo para acto seguido dejar paso a la infernal y devastadora “Traces Of Reality”.

Otra de las que dejó descolocado a más de uno fue “The Snuff Dreams Are Made Of”, que nos flanqueaba el paso hacía el demencial universo sonoro que lleva creando desde hace tres décadas Yusaf "Vicotnik" Parvez. Para cerrar una descarga absolutamente bizarra, -tanto en lo musical como en la actitud y entrega de su frontman-, el combo noruego apostó por una pieza de su más reciente entrega “It Does Not Follow”, conjugando nuevamente diferentes ambientaciones y sonoridades.

Lo dicho: inesperada, ecléctica, explosiva, inclasificable..., si algo puede decirse de la descarga de los noruegos Dødheimsgard es que nos sorprendió a todos.


PAIN OF SALVATION


El último acto de la noche, el escogido para cerrar la velada y clausurar este exitoso retorno del Be Prog! My Friend, fue el show de Pain Of Salvation. Al igual que sucediera el día anterior con Obsidian Kingdom y Haken, la banda que lidera el carismático Daniel Gildenlöw también regresaba al festival tras haber participado en ediciones anteriores. En esta ocasión, el combo sueco aterrizaba en Barcelona sin un nuevo trabajo que presentar, ya que su última referencia de estudio “Panther”, se publicó en verano de 2020.


Como suele suceder en todas sus presentaciones la expectación era máxima, los que han venido siguiendo la trayectoria de Pain Of Salvation saben que la banda es capaz de insuflar a sus composiciones un punto más de intensidad y pasión en directo, y eso es en parte gracias al torrente emocional que despliega Daniel Gildenlöw en cada una de sus interpretaciones. En todo momento pudimos disfrutar de una banda sólida, rotunda, que se sintió cómoda y segura sobre las tablas, contando con el respaldo y el calor de un público que se implicó al máximo.

Quizás lo único que nos faltó, -ya que el sonido fue nítido y potente-, fue que su puesta en escena se viera respaldada por algún elemento visual, ya que a lo largo de todo el show en la pantalla solo pudimos ver el nombre de la banda. Sin embargo, está claro que la música es lo primordial en los shows del combo sueco, y que cualquier elemento externo que pueda distraer la atención del espectador es algo que Mr. Gildenlöw y sus muchachos no van a potenciar. En cualquier caso, la conexión con el público desde que empezaron a retumbar las poderosas líneas de bajo que marcaron el arranque de “Accelerator” fue absoluta. El sentimiento y la pasión no tardarían en desbordarse cuando Daniel se zambulló de lleno en esas inflexiones que conjugadas con sus rotundos increscendos instrumentales hicieron subir el nivel de intensidad de un show que prosiguió con los suecos dando buena cuenta de los implacables guitarrazos y las cuidadas armonías vocales que conformaron la imprescindible “Reasons”.

Varios fueron los momentos en los que Pain Of Salvation consiguieron crear esa atmósfera especial que hace que la banda consiga transportarnos hacia otras latitudes, y sin duda las evocadoras melodías de “Meaningless”, sirvieron para hacer aflorar los sentimientos y poner la piel de gallina a más de uno de los presentes. La elegancia de los teclados, junto a la sentida interpretación de Daniel, marcaría la vuelta sobre el material de “Panther”, para desgranar “Wait”, que se zanjaba con la entusiasta respuesta del respetable en forma de cerrada ovación.

El paisaje sonoro cambió radicalmente cuando la banda miró al pasado para centrar su objetivo en “Used” el tema que abría lo que fue su tercer largo de estudio “The Perfect Element, part I“, provocando con la alternancia entre los pasajes más envolventes y los desarrollos más animados que el movimiento regresara a las primeras filas. Con la voz de Daniel haciéndese cada vez más intensa y poderosa arrancaba otro de los clásicos que a día sigue teniendo un hueco reservado en su repertorio: la camaleónica “Beyond The Pale”, que con sus rotundos cambios de ritmo y sus dramáticos increscendos servía para representar lo que fue su obra de 2002: “Remedy Lane”.

El contraste entre los primeros tiempos de la banda y su presente quedaría latente cuando se adentraron de lleno en las tesituras más vanguardistas y electrónicas que destila la pieza que presta título a último redondo “Panther”. Esa apuesta por la experimentación que Pain Of Salvation plasmaron en su obra de 2020 se haría patente a lo largo de “Restless Boy”, que bajaba mínimamente el nivel de euforia del personal con esa peculiar mezcla entre minimalistas melodías de teclados y una sucesión de bases electrónicas.

Mucho más efusiva sería la reacción del personal cuando los suecos encararon la recta final de su presentación dando buena cuenta de la marchosa “On A Tuesday”, que contagiaba su dinamismo a unas primeras filas que no dejaron de botar durante su trepidante segmento inicial para posteriormente dejarse arrastrar por la fuerza y desesperación. La rúbrica a esta primera parte del show corrió por cuenta de la que sin duda es una de las mejores composiciones de “Panther”: “Icon”, ya que aúna muchas de las cualidades que han convertido a Pain Of Salvation en un referente indiscutible dentro del estilo: laberínticas melodías, estructuras cambiantes, registros bucólicos y ,ante todo, mucha imaginación.

Aclamados por una audiencia que parecía deseosa de seguir disfrutando de más intensidad y emociones fuertes, Pain Of Salvation regresaban sobre las tablas para iniciar los bises con las seductoras melodías del escueto “Falling”, que acabarían fundiéndose con “The Perfect Element”, que arrancaba con Daniel susurrando las primeras estrofas para después transformarse en una catarata melódica que acabó dejando al púnlico rendido a sus pies. Sin embargo, lo mejor estaba aún por llegar, ya que el colofón definitivo a su abrumadora descarga corrió por cuenta del monumental opus que prestaba título a su obra de 2017 “The Passing Light Of Day”.

Por supuesto que la valía de los músicos y la calidad de sus composiciones son puntos imprescindibles para conectar con el público. Sin embargo, Pain Of Salvation tienen ese intangible que les convierte en una banda especial, y es la capacidad que tienen Daniel Gildenlöw y sus muchachos para transmitir emociones cada vez que se suben a un escenario.

Hacia mucho tiempo que los seguidores de las sonoridades progresivas anhelábamos la vuelta del Be Prog! My Friend. El golpe cuando se anunció que cesaba su actividad fue duro. Afortunadamente lo tenemos de vuelta, con nuevo emplazamiento, pero conservando intacta tanto la ilusión como su apuesta decidida por la calidad y la vanguardia musical sin cerrarle la puerta a ninguna tendencia dentro del estilo.




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