Me gustó mucho la pegada, la frescura, la inmediatez y lo “facilón” de sus pegadizos estribillos en unos temas que sonaron familiares, y es que piezas más hard roqueras como “Perfect World”, o la animosa “Never Get It Right”, dejaban patente que el sonido de bandas como Backyard Babies también ha influido en su propuesta. Pero sin duda si algo destacaría de su descarga es ese espíritu netamente punk a la hora de enlazar los temas, haciendo que su show tuviera un dinamismo aplastante.
Otro detalle a destacar fue la cercanía y el buen rollo que transmitieron en todo momento, y que estuvo personificado en la figura de un Ben Perrier que desde su posición, a un lado del escenario, no dejó de castigar su guitarra mientras nos animaba a participar en los coreables estribillos de “The Trap” o “Positive Negative”. Aunque al principio la gente se mostró bastante expectante con ellos, hacia el final el show el personal se mostró encantado: moviendo los pies y cantando junto al cuarteto, participando en ese delirante final de fiesta que corrió por cuenta de otra “balada” ideal para cantar con el puño en alto como “Never Get It Right” y “Stay With Me”, tras la que soltaron sus instrumentos para saludar al personal mientras todavía seguían silbando sus Marshalls.
Evidentemente a lo largo de su prolífica andadura Danko Jones han tenido ocasión de transitar por diferentes “tesituras musicales”, aunque su personalidad y su sello se han mantenido siempre inalterables, y la prueba palpable la encontramos en el que hasta el momento es su última entrega de estudio “Electric Sounds”. Supongo que todos los que acudimos al Salamandra teníamos claro lo que íbamos a presenciar esta noche, y no creo equivocarme al decir que la banda no defraudó a nadie. Arrancaron de la mejor forma posible, con el marcado y aniquilador riff de “Guess Who’ s Back” que nos presentaba a un trío incontestable, en un excelente estado de forma, con las pilas bien cargadas, dispuesto a mover al personal y con ganas de convencer y divertir.
Sin darnos tregua, y enlazada con el último acorde del tema de apertura, llegaba el momento de brindarnos la primera muestra de su clasicismo rockero con otra de las nuevas “Get High?”. Tras recibir la primera salva de aplausos de la noche, a modo de cálida bienvenida, Mr. Jones se dirigía por primera vez al respetable para manifestarle su gratitud ante semejante acogida para acto seguido vacilar al personal durante los prolegómenos de “I’m In A Band”. Con el ambiente ya convenientemente caldeado, -y con los más fieles ya muy metidos el show-, llegaba el momento de plasmar la perfecta sintonía entre el trío y sus incondicionales, y para ello que mejor que ponernos a dar palmas antes cantar todos juntos el estribillo de esa declaración de intenciones que lleva por título “I Gotta Rock”.
Por supuesto que Danko Jones no descuidaron durante su descarga su faceta más macarra, desenfadada y vacilona, y es que temas como “Lipstick City”, que arrancaba con el bajista John Calabrese dirigiendo el coro del respetable, se acabó convirtiendo en uno de los momentos culminantes del show. La marcha y el ritmo frenético que el trío canadiense imprimió a la descarga no se detendría, ya que la siguiente en sonar fue otra de las que contiene un riff marca de la casa como es el de “First Date”. Algo más oscura y con las líneas de bajo muy en primer plano sonó “Code Of The Road”, la enésima prueba de que los canadienses son una banda de directo.
El público volvería a reclamar su merecida cuota de protagonismo durante “The Twisting Knife”, con las primeras filas completamente entregadas entonando su reconocible melodía central. No tardarían en volver a centrar su objetivo sobre el material de “Electric Sounds”, ya que la siguiente en caer fue “Good Time”, con Mr. Jones invitándonos a cantar aunque no conociéramos la letra durante su presentación, y que se zanjó con el respetable coreando incansablemente el nombre del trío canadiense. Indiscutiblemente el punk ha estado siempre presente en la longeva trayectoria de Danko Jones, así que esta noche no podían faltar tampoco los descarados guitarrazos del adrenalítico “Flaunt It”, que llegó precedido de un fugaz guiño al “You Are My Woman”, para que acto seguido el trío dejara fluir su faceta más clásica, y de esencias netamente setenteras, de manos del ácido y descarado “Full Of Regret”, que fue la elegida para hacer escala en el material de “Below The Belt”.
Absolutamente imparables, y ya encarando la recta final del show, tocaba abandonarse a la garra rockera de otra de las que se se ha convertido en imprescindible en sus presentaciones “Had Enough”, con la gente cantando para dar la replica a Mr. Jones. A estas alturas la fiesta era ya absoluta, y es que tal y como comentó el extrovertido frontman, viendo el ambiente que se respiraba en la sala, nadie diría que estábamos a jueves. Así que este alentador speech fue el sirvió como preámbulo para “Lovercall”. Mientras que la elegida para poner el punto y seguido a su sudorosa descarga fue la desenfadada “My Little RnR”, tras la que se marcharon a los camerinos acompañados de una cerrada ovación.
Todos sabíamos que la fiesta aún no había concluido. Danko Jones aún tendrían que regresar para rematar la velada y dejarnos a todo con un excelente sabor de boca. No se hicieron de rogar demasiado. El trío son unos tipos auténticos al máximo, y su principal objetivo es dar a sus seguidores lo que han ido a buscar. Así que para dar el pistoletazo de salida a los bises optaron por la adictiva línea de bajo que condujo “I Think Bad Thoughts”. Nuevamente volverían a apretar los dientes para acelerar el paso con “Invisible”. Mientras que el colofón definitivo, -previa foto para que Mr. Jones pudiera mostrar a su madre que es un hombre de éxito-, corrió por cuenta de otra declaración de intenciones que define a la perfección la personalidad juerguista y descarada de la banda: “Shake Your City”.
En definitiva gran descarga de unos Danko Jones que mandaron a su parroquia para casa con una sonrisa dibujada en el rostro. No sé si este fue su mejor concierto en Barcelona, sinceramente no lo creo. Pero lo que si tengo claro es que el trío hizo lo que mejor sabe hacer: darlo todo sobre el escenario para rockear como salvajes indomables.
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