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martes, 5 de noviembre de 2024

ANGRA+WITHERFALL+MADZILLA-BOVEDA-BCN-29-OCT-2024


En ocasiones el negocio de la música puede ser terriblemente ingrato, y no siempre es responsabilidad exclusiva de la industria, ya que en casos como el de Angra gran culpa la tenemos algunos de sus seguidores más veteranos. Los brasileños fueron una banda importante dentro de una escena power metalera que durante la década de los noventa estuvo dominada básicamente por bandas europeas. Sin embargo, supieron hacerse un hueco contando con una formación de excelsa calidad y con un vocalista como el añorado André Matos. Tras esta primera etapa la banda se reestructuró contando con el vocalista Edu Falaschi con quien grabaron grandes trabajos y posteriormente, ya en esta etapa más reciente, pusieron al frente de la formación al vocalista   italiano Fabio Lione.

Precisamente esa ingratitud que señalaba anteriormente hace referencia a que para  muchos, -un servidor incluido-, los mejores Angra serán siempre los de sus primeros discos. Aunque mirando la historia de la banda con perspectiva tanto Falaschi como Lione han estado más tiempo en la banda que el propio Matos. En cualquier caso, el tiempo no solo ha visto desfilar a diferentes vocalistas por el seno de la formación brasileña,  ya que de los Angra clásicos únicamente continua el incombustible guitarrista Rafael Bittencourt. Pero dejando a un lado los cambios de formación, lo cierto es que el combo de Sao Paulo  hace  tiempo tiene un line-up estable  que ha dejado constancia de su calidad tanto en sus últimas entregas de estudio como en sus arrolladores directos. Precisamente, hace tan solo unos meses se dejaron caer por aquí, concretamente en la sala mediana del Razzmatazz, para presentar el que hasta el momento es su último lanzamiento de estudio “Cycles Of Pain”.


Quizás por ello no fue una sorpresa que en esta ocasión la cita tuviera lugar en un recinto algo más recogido como es la Sala Bóveda. Para acompañarles en este  reencuentro con su fiel parroquia de incondicionales antes del parón que han anunciado, los brasileños contaron con una banda que también se ha dejado caer por aquí con bastante asiduidad en los últimos tiempos como son los americanos Witherfall, quienes aprovecharon la ocasión para ratificar las excelentes sensaciones que nos habían dejado en anteriores visitas a la vez que reclutaban  algún nuevo adepto a su causa de entre el personal que todavía no les conocía. Para dar por inaugurada la velada contaríamos con otra banda americana, aunque con conexiones Latinoamérica, Madzilla quienes, pese a ser totalmente desconocidos para la gran mayoría de los presentes, ofrecieron un show de lo más sólido y compacto.


Los encargados de romper el silencio, y hacer que la música en vivo empezara a llenar el local, fueron los chicos de Madzilla. Pocas referencias tenía del combo americano, más allá de un puñado de temas que tuve ocasión de escuchar en los días previos a la cita. Por supuesto que su estilo, bastante más directo y agresivo que el del resto de  bandas que conformaban el cartel de esta noche, conectó rápidamente con un público que parecía predispuesto a divertirse y participar en los estribillos que dominaron cortes como el daba título a su EP de presentación “Vengeance”.


Pese a que el sonido no acabó de acompañar al combo de Las Vegas, su frontman David Cabezas supo ganarse al personal presentando los temas en castellano, y es que tal y como comentó había estado estudiando en la ciudad hace algunos años, una etapa de la  que aún conservaba  grandes recuerdos y buenos amigos. Me gustó mucho la potencia  y lo afiladas que sonaron las guitarras en envites netamente metaleros, y con algún ramalazo thrasher, que el cuarteto exhibió en temas como “A Deadly Threat”. 


Pero indudablemente los mejores momentos de la descarga del combo americano, los más intensos y vibrantes llegarían en la parte final de su presentación cuando el cuarteto de Las Vegas nos invitó a participar en “Your Nemesis”, para dejar que el colofón definitivo para este primer asalto  de la noche corriera por cuenta de “Destiny’ s Eyes”. Seguramente Madzilla nunca lleguen a ser una banda top dentro del heavy metal, aunque lo que nadie puede discutirles es su capacidad para proponer riffs rotundos y abrasivos a la hora de atacar ese heavy metal impregnado de raíces clásicas.


Los siguientes en tomar el escenario de una sala Bóveda que a estas altura de la tarde  presentaba ya un aspecto de lo más animado fueron unos Witherfall que no se cortaron lo más mínimo a la hora de desplegar su metal melódico salpicado de grandilocuencia épica y toques de corte progresivo. El crecimiento de la banda en los últimos tiempos ha sido exponencial, y es que la experiencia y el bagaje previo de algunos de sus miembros, especialmente el tándem que conforman el vocalista Joseph Michael y el guitarrista Jake Dreyer, ha sido clave para que la banda haya alcanzado su techo hasta el momento con la publicación de lo que ha sido su cuarta entrega de estudio: “Sounds Of The Forgotten”, que vio  la luz a finales del pasado mes de mayo.


Se podía palpar en el ambiente, los californianos son de aquellas bandas que arrastran a su propio público, y eso se notó en la expectación que podía palparse en el ambiente  durante los instantes previos al arranque de su descarga. Lamentablemente, el sonido no acabó de acompañarles, especialmente durante los primeros temas, pero la verdad es que a base de entrega, constancia y saber estar supieron sobreponerse a las adversidades para acabar firmando una  notable descarga. Me encantó el arranque del show, con el quinteto desplegando de forma amenazadora las envolventes melodías que marcaron los compases iniciales de “Tempest”, para dejar que poco a poco se fuera imponiendo su vertiente más dura y metalera, con un Joseph Michael que se mostró absolutamente arrollador, alternando registros  melódicos con otros en los que rasgó al máximo sus cuerdas vocales.


Curiosamente, a diferencia de lo que suele ser habitual, fue durante los compases iniciales de su presentación cuando el quinteto angelino aprovechó para repasar sus temas más antiguos. De modo que tras ganarse la primera ovación de la noche la banda echó la vista atrás  hasta lo que fue su segundo redondo: A Prelude To Sorrow”, para proponernos las sonoridades más oscuras e incisivas del demoledor “Moment Of Silence”, que nos dejaba con la estampa de Dreyer y Gerry Hirschfeld doblando sus guitarras. Y es que aunque Hirschfeld fue quien se encargó de los teclados, le vimos combinar  su labor principal con la de segundo guitarrista, amén de aportar también unas voces de apoyo que sirvieron para completar y dar mayor empaque a temas como “Insidious”, que hizo que la temperatura subiera en la sala mientras la banda apretaba los dientes para hacer gala de su vertiente más seminal.


La escalada de agresividad no se detuvo ya que acto seguido llegó el momento de deleitarnos con el corte que abre su más reciente “Sounds Of The Forgotten”, aunando de forma magistral  zarpazos incontestables, virajes repletos de envolventes melodías, rotunda épica metalera y diferentes elementos y matices que, de alguna forma, hermanan el sonido de la banda con el de Iced Earth. Anthony Crawford, su bajista, fue quien se encargó de presentar a sus compañeros antes de cambiar radicalmente de registro, aunque sin movernos del trabajo que publicaron el pasado mes de mayo, para brindarnos la oportunidad de disfrutar de la evocadora “Where Do I Begin?”, con Mr. Michael brillando intensamente en una rotunda interpretación.


La guinda para una descarga que lamentablemente acabó quedándose algo corta corrió por cuenta de otra de las que sirvió para que los americanos desplegaran todo su potencial musical, combinando la garra heavy metalera, el buen gusto por la melodía, técnica y esos detalles progresivos que tanto ponderan su propuesta y que sirvieron para dar forma  a “Ceremony Of Fire…”. Lo dicho, creo que a la mayoría de los presentes no nos hubiera importado escuchar un par de piezas más de Witherfall. Sin embargo, esta no era su noche. Así que tendremos que esperar,  e imagino que bastante, ya que la banda estuvo por nuestro país hace apenas un par de meses liderando su propio espectáculo.



Tras la descarga de Witherfall el habitual lapso entre bandas acabó siendo más largo de lo habitual. De modo que con algo de retraso sobre el horario inicialmente previsto, y con únicamente el nombre de la banda proyectado en parte trasera del escenario, aparecían en escena  los miembros de la formación brasileña  precedidos de la introducción “Crossing”. Esa introducción fue como una llamada de atención, y es que rápidamente, y diría que casi de forma sorpresiva, el quinteto se abalanzó sobre uno de sus clásicos imprescindibles como es “Nothing To Say”. Sí, fue una apuesta arriesgada, ya que es  muy difícil mantener el ritmo de un show que empieza muy arriba, y más cuando el sonido no acaba de acompañar. En cualquier caso, Angra son una banda con tablas, y muy experimentada, y asumieron el reto. Por supuesto, que la reacción del público fue descomunal con la sala saltando y  animando al máximo, casi tanto como si estuviéramos en la parte final del show.


Otro detalle a destacar fue la sobriedad y templanza de todos los miembros de una banda que funcionó como un auténtico equipo, esquivando los personalismos, -Lione se iba a los lados del escenario durante los desarrollos instrumentales-, para que todos pudiéramos deleitarnos con su labor de equipo, permitiendo que cada miembro tuviera su pequeña parcela de protagonismo. Así que tras firmar un arranque vibrante, que únicamente se vio empañado, como decía, por un sonido algo bronco y poco matizado, tocaba seguir haciendo subir el nivel de entrega y euforia del personal,  y para ello que mejor que confiar en otro de esos himnos que se han convertido en imprescindibles en todas sus descargas: nada más y nada menos que el tema que  prestaba título a su abrumador debut de 1993: “Angels Cry”, que nos dejaba a un Lione pletórico, antes de que Bittencourt y Barbosa tomaran el centro del escenario para acabar recabando una cerrada ovación que hizo retumbar los cimientos del local.


Con la parroquia contenta, con una sonrisa de oreja a oreja dibujada en el rostro, era un buen momento para viajar a la actualidad y centrar nuestro objetivo sobre su material más reciente, invitándonos para ello  a embarcarnos en las dos partes de “Tide Of Changes”,  que arrancaba con Lione desplegando sus registros más líricos y emocionantes  para que posteriormente se le sumaran el resto de sus compañeros para hacer que todo el personal acompañara con los puños al aire mientras, poco a poco, la banda iba subiendo el nivel de intensidad dando buena cuenta de  sus vibrantes incescendos.


Una vez más, y como todos los fans de la banda ya sabíamos, Fabio Lione fue quien ejerció como el perfecto anfitrión y maestro de ceremonias dirigiéndose al público en castellano durante las charlas que sirvieron para presentar algunos de los temas. Pese a que, a priori, no es uno de sus grandes éxitos, debo reconocer que me causó muy buena impresión “Newborn Me”, mezclando partes instrumentales muy cañeras con  pasajes étnicos y, por supuesto, por la inclusión de unos desarrollos progresivos que sirvieron para poder apreciar la calidad técnica de los miembros de la banda, destacando especialmente el fantástico trabajo a las seis cuerdas de Marcelo Barbosa. Una nueva mirada a la primera época de la banda se convertiría en la excusa perfecta para volver a disfrutar de “Lisbon”, que acabó recabando una cerrada  ovación.


Pese a su clara proyección internacional, Angra nunca han perdido las fuertes raíces que les unen a su tierra, y precisamente fue durante algunos de los pasajes de la novedosa “Vida Seca”, donde dieron rienda suelta a las sonoridades propias  de su zona, con Bittencourt empuñando la acústica mientras el personal acompañaba con palmas. A continuación sería  el frontman italiano quien nos propuso una serie de ejercicios vocales para que calentáramos nuestras gargantas antes de invitarnos a participar en la power metalera  “Rebirth”, primer guiño que permitieron a lo que fue la “era Falaschi”. Bastante más intimista, a la par que  elegante, sonó “Morning Star”, dejando que nuevamente la rotunda pegada de Bruno Valverde volviera a tener un papel fundamental.


No tardarían en hacer que el público volviera a enloquecer  al atacar otra gema de lo que fue su ópera prima: “Time”. Y es que pese a los problemas de sonido, -durante unos segundos únicamente pudimos escuchar el sonido de la batería-, la gente no dejó en ningún momento de animar intensamente a una banda que supo capear el temporal y conducir como pudo el tema hasta el final. Precisamente, fueron esos problemas de sonido los que propiciaron que los brasileños se vieran obligados a cambiar sobre la marcha el repertorio. Así que con Bittencourt y Lione solos en escena se marcaron un celebradísimo “Make Believe”, que quizás no sonó tan correcto como nos hubiera gustado pero que fue todo un derroche de emoción y, porque no decirlo, de profesionalidad que recibió la aprobación de un público que correspondió a la banda con una cerrada ovación. Con el respetable completamente entregado, y con los músicos visiblemente preocupados por los continuos problemas de sonido, tocaba encarar la recta final del show con otro guiño a su material de nuevo cuño dando cancha a lo que es uno de sus cortes más potentes: “Ride Into The Storm”.


Para finiquitar de forma definitiva su presentación en tierras catalanas los brasileños optaron por una  de las piezas que les dio a conocer internacionalmente a principios de la década de los noventa: “Carry On”, que acabaría tundiéndose  con “Nova Era”. Tras silenciarse los instrumentos llegaron los habituales saludos acompañados de una ovación de gala que servía para ratificar que pese a que hubo menos gente que en anteriores visitas, Angra siguen teniendo en Barcelona una parroquia de fieles incondicionales. 




TEXTO:ALFONSO DIAZ

FOTOS:CARLOS OLIVER

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