El rock urbano es una rama del rock más potente que se adscribe a nuestra escena nacional. Muchos han sido los nombres que a lo largo de las últimas décadas han captado la atención de los seguidores del estilo gracias a unas letras cargadas de cercanas, cargadas de poesía y crudas, en muchos casos casi tanto como las guitarras que las acompañaban. Quizás muchos vean esta fórmula como algo ya amortizado, pero afortunadamente siguen apareciendo nuevas formaciones que se encargan de “nutrir” a los seguidores del estilo. Seguramente Cobardes sean una de esas bandas que están llamadas a ser el relevo de nombres que han alcanzado ya la categoría de clásicos, bandas como Extremoduro, Platero Y Tú, o sus paisanos Marea.No era esta la primera vez que la banda que lidera Javier Janices ‘Cordobés’, hacía escala en la Ciudad Condal, sin ir más lejos tuvimos ocasión de verles en el marco de la pasada edición del Barcelona Rock Fest. Pero, sin duda, el mejor termómetro para comprobar lo que ha crecido la banda en poco tiempo fue ver una sala Wolf bastante concurrida y animada. El motivo de su visita era presentar el que hasta el momento es su segundo y último lanzamiento de estudio “Que Empiece El Baile”, en el que sería uno de los últimos conciertos de su gira de este año: “Maleta, Carretera Y Rock & Roll 2024.
Cobardes se presentaban solos, sin contar con el concurso de banda invitada, con lo que el inicio de su descarga estaba programado para las 21 horas. Ante un recinto ya bastante animado e impaciente por empezar a disfrutar de la descarga del combo navarro, la cortina que ocultaba el escenario se levantaba mientras que unos violines a ritmo de tango servían como introducción. Javier Janices ‘Cordobés’, apareció sobre el escenario saludando tímidamente mientras lanzaba las primeras púas de la noche. Desde el mismo arranque con “Un Beso Y Hasta Siempre”, pudimos comprobar que estábamos frente a una banda sólida, que se sintió cómoda y arropada sobre el escenario, y que no tuvo ninguna clase de dificultad para conectar con una audiencia que conocía al dedillo, y coreó como auténticos himnos, temas como “Rodeada de Idiotas”.
Cercano y muy comunicativo “Cordobés” se mostró en todo momento como el perfecto anfitrión encargándose de presentarnos a “su familia” durante los prolegómenos de la desgarradora “Quinientas Mil Mañanas”, que daba un plus más de intensidad al show antes de que todos nos animáramos a cantar su coreable y adictivo estribillo. Comandado por la sección rítmica arrancaba “Un Millón De Amaneceres”, provocando que la actividad no se detuviera en los aledaños del escenario. El ritmo inicial del show fue trepidante, con la banda enlazando los temas. Así que sin darnos tiempo para recuperar el aliento llegaba el momento de rockera intensamente con “La Frontera”.
Aunque como era previsible el repertorio de esta noche estuvo centrado en el material de “Que Empiece El Baile”, que tocaron de forma íntegra, Cobardes no quisieron dejarse en el tintero algunas de las composiciones que formaron parte de su debut “Ceniza y Viento”. Así que no faltó el romanticismo para idealistas soñadores contenido en “Un Verano Sin Sol”. Con la gente coreando el nombre de la banda, “Cordobés” nos daba las gracias, -tirando de retranca-, por haber escogido venir a su concierto en lugar de asistir al de Pignoise, para posteriormente darnos argumentos para mover las caderas siguiendo el contagioso ritmo de “En Otros Labios”.
Por supuesto que los guiños al rock n´ roll de esencia más clásica también tuvieron cabida durante los compases iniciales de “Maldito Abril”, que hacía subir el nivel de intensidad con esa desgarradora historia de desamor. Sin duda fue uno de los momentos de la noche, ya que tras la entrada con guiños funk de “Caminos De algodón” la euforia se desató en la sala, convirtiendo el tema en uno de los más celebrados y coreados de la noche.
El show de los navarros estuvo repleto de garra y flema roquera, aunque también tuvimos ocasión de disfrutar de temas más rítmicos y desenfadados como “Vuela”. Sin embargo el rotundo cambio de ritmo llegaría justo a continuación con la emotiva y emocionante “Solo Tú”, con “Cordobés” solo en escena para emocionarnos con la emotiva dedicación a su hijo. Esa ambientación más relajada y por momentos intimista tendría continuidad durante “Mis Tacones”, ya con toda la banda sobre el escenario para acabar recibiendo una cerrada ovación del público. Mientras que la vertiente más elegante y sofisticada del combo navarro quedaría plasmada a lo largo de “Otra Noche”.
Pero estaba claro que para rematar su descarga por todo lo alto la banda debía regresar a los guitarrazos ácidos y cargados de actitud, dando argumentos de peso al animado personal para que se desfondara saltando, y para ello que mejor que invitarnos a cantar durante “En Llamas”. La temperatura continuaría en ascenso en una recta final que estuvo centrada en el material de “Ceniza Y Viento”, haciendo que la acción no se detuviera gracias al arraigo que han conseguido entre sus seguidores temas como “Romeo Y Julieta”, la marchosa y adrenalítica “Cielo Gris”; con esos giros que instrumentalmente, a más de uno, nos recordaron a los “Extremo” de la segunda mitad de los noventa. Para dejar que la rúbrica para su rotunda descarga corriera por cuenta de “Princesa En Paro”.
Sin prisa, pero sin pausa. Cobardes continúan creciendo como banda contando en sus directos con el favor de una audiencia cada vez más numerosa, fiel y entregada. Así que no me extrañaría, visto lo visto, que en sus próximas visitas a la capital catalana “Cordobés” y sus muchachos intentaran el asalto a un recinto de mayor aforo.
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