La ascensión a la fama de Within Temptation ha sido larga, pero cada paso que ha dado la formación que capitanea Sharon den Adel ha sido firme y les ha permitido afianzar una posición que ha ido siendo cada vez más relevante hasta acabar estableciéndose como una banda imprescindible dentro de la escena internacional. La calidad de sus trabajos es equiparable a la lealtad de unos seguidores entregados, que conocen a fondo su catálogo, y que acuden en masa a sus espectáculos. Quizás por ello la apuesta en su retorno a la Ciudad Condal fue ambiciosa y arriesgada, ya que la cita tendría lugar en el Sant Jordi Club, - de la Montaña Olímpica de Montjuic-, y aunque en honor a la verdad hay que recalcar que no llegaron a llenarlo, si que acabó siendo el marco ideal para que pudiéramos disfrutar en todo su esplendor de la vistosa y cuidada puesta en escena que nos propuso el combo neerlandés. Además, tal y como estaba anunciado, contarían en algunos temas con la presencia de Alex Yarmak y Tarja Turunen, dando un plus más de calidad a una descarga que, ya de por si, apuntaba muy alto.
Sin embargo antes de poder disfrutar de semejante espectáculo, -y para ir calentando el ambiente de cara al desembarco de las indiscutibles estrellas de la noche-, tendríamos ocasión de descubrir a los ucranianos Blind8, quienes en su primera incursión en tierras catalanas aprovecharon para, además de denunciar la dura situación que está atravesando su país, presentarnos una propuesta que combinó aplastante crudeza guitarrera junto a la garra e intensidad de los registros vocales de corte metalcore. Mucho más atractiva, y con una clara proyección internacional, me pareció la propuesta de los germanos Annisokay.
Mientras la gente iba accediendo escalonadamente al recinto irrumpían en escena los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada: Blind8. El combo ucraniano nos ofreció un repertorio en el que plasmaron lo que ha sido su corta trayectoria hasta el momento, ya que se formaron en 2021. Evidentemente, la actual situación que está viviendo su país no parece la más idónea para plantearse editar material y salir a presentarlo. Sin embargo, pese a ser conscientes de lo que esta pasando dentro de sus fronteras, y compartirlo con los que nos acercamos a presenciar su descarga, la banda mostró unas muy buenas aptitudes sobre las tablas, atacando de forma sólida y muy convincente piezas como la inicial “Laniakea”.
Precisamente fue durante los compases iniciales del show cuando el cuarteto repasó las composiciones de lo que fue su primer largo “More Than One”, con lo que no quisieron dejarse en el tintero las sonoridades de corte electrónico que marcaron piezas como la enérgica “Nightmare”. Fue en ese preciso momento cuando un servidor cayó en la cuenta que en la parte trasera del escenario se podía ver la frase “Donate To Save Live” junto al nombre de la banda y un código bidi que conducía a una web que recaudaba donativos para el pueblo ucraniano.
El cuarteto proseguiría su descarga volviendo a incidir en la orientación más vanguardista que aportarían las bases electrónicas pregrabadas contenidas en el single “O.K.P.”. Acto seguido llegaría el momento de presentarse al respetable y, como comenté anteriormente, describirnos la cruda situación que están viviendo sus compatriotas en estos oscuros tiempos de conflicto bélico. Así que tras recabar el cálido respaldo de una audiencia que escuchó respetuosamente llegaba el momento de retornar sobre el material de su debut para adentrarnos en “Overcome To Darkness”.
Las ambientaciones se tornarían más etéreas, intimistas y envolventes, rebajando considerablemente el nivel de intensidad, durante los compases iniciales de “Abandoned”, para posteriormente ir remontando hasta poner a los más animados a botar. El cierre para lo que fue el primer acto de la noche corrió por cuenta de la marchosa y adictiva “Bulletproof”, que con la banda saltando intensamente finiquitaba la descarga por todo lo alto antes de que los músicos saludaran al público y se marcharan acompañados de una complice ovación
Los siguientes en tomar las tablas fueron los germanos Annisokay, una formación con bastante más bagaje que el combo ucraniano. Algo que se notó, y mucho, tanto en lo musical como en la confianza con la que se les vio moverse por el gran escenario del Sant Jordi Club. Además, para dar más vistosidad a su descarga, utilizaron un par de pantallas verticales y unas columnas de luz. Mientras que como fondo optaron porque fuera el nombre de la formación el que presidiera el escenario, dando un toque sobriedad a su ctrabajada puesta en escena.
Aparecieron vestidos de riguroso negro y no tardaron mucho en captar la atención del personal gracias a la incontestable pegada con la que su sección rítmica cimentó los arrolladores riffs que se encargaron de dar forma a la inicial “Throne Of The Sunset”, que servía como perfecta carta de presentación para los que todavía no habían tenido ocasión de degustar la particular propuesta de una formación que combina lo más incisivo del post metal con la dualidad vocal y de atmósferas propias del metal core. Por supuesto, que a lo largo de su descarga no faltaron las pasajes en los que los más animados se pusieron a dar saltos siguiendo sus furiosos tempos entrecortados, ni tampoco las invitaciones de su frontman, Rudi Schwarzer, para que agitáramos los brazos de izquierda a derecha mientras acompañábamos los desarrollos más melódicos de “Ultraviolet”.
Sin duda fue una grata sorpresa. Y es que para el siguiente tema “Like A Parasite” los germanos contaron con la presencia sobre las tablas de la propia Sharon den Adel, lo que provocó el delirio del personal para acabar recabando la primera gran ovación de la noche. Todos pensamos que iba a ser muy difícil mantener el nivel de entrega del respetable, pero lo cierto es que Annisokay lo consiguieron, y es que para que el personal siguiera cantando con ellos echaron mano de un cover, “One Step Closer”, de, -los ahora nuevamente tan en boga-, Linkin Park.
El retorno sobre el material del EP que publicaron el pasado año, “Abyss Pt. I”, llegó de manos de “Human”, y esas evocadoras guitarras que se expandían junto a los teclados durante las estrofas que combinaron los registros de Rudi Schwarzer y Christoph Wieczorek para sonar después terriblemente amenazantes al encarar sus aniquiladores pasajes instrumentales. El momento de recuperar el aliento llegaría durante los compases iniciales de “Calamity”, que arrancaba con una base casi discotequera para acabar siendo “combustible” para que los más animados no dejaran de saltar. La rúbrica para la compacta e impactante descarga de los germanos corrió por cuenta de la iracunda “STFU”. En definitiva, solvente descarga en líneas generales de unos Annisokay que cumplieron con creces con su cometido de calentar al ambiente antes de lo que iba ser el plato fuerte de la noche.
Por fin había llegado el momento. Tras hacernos más amena la espera con las descargas de Blind8 y Annisokay, había llegado la hora de comprobar si Within Temptation podrían estar a la altura y colmar las expectativas de los más exigentes. Y es que el recinto del Sant Jordi Club significa un salto de calidad en cuanto a “caché” se refiere en la Ciudad Condal. No todas las bandas pueden acceder a semejante enclave, y las que lo hacen saben que tienen que aportar algo más que un buen concierto musical. Han de presentar un buen show, con todo lo que ello conlleva. En el caso de Within Temptation esta noche no hubo fuego real, aunque sí proyectado. Sin embargo esto quedó compensado con un fantástico y cuidado despliegue visual: con una gran pantalla en la parte trasera y de forma de semicircular sobre la que se fueron proyectando diferentes imágenes y efectos que acompañaron a cada una de las canciones que sonaron. También pudimos ver un gran lienzo con unas altísimas columnas que hizo que el escenario tuviera una perspectiva de profundidad que resultó muy llamativa. Tampoco faltaron unas altísimas columnas de humo, que estuvieron repartidas a lo largo de todo el escenario, e incluso hubo dos, en los extremos, que estuvieron ubicadas fuera de lo que fue “la zona de trabajo de los músicos”. En cuanto a la posición que ocuparon los instrumentistas de la banda, cada uno tuvo su lugar sobre una de las pequeñas tarimas que había repartidas a lo largo del escenario. Mientras que Sharon, que apareció en escena elegantemente vestida y luciendo una máscara, dominaba todo el escenario para convertirse en el foco de todas las miradas.
Precedidos de una larga y evocadora introducción, -que parecía los créditos de una película-, los miembros de la banda fueron ocupando sigilosamente,- y acompañados de la cálida bienvenido del respetable-, sus respectivas posiciones hasta que el nombre de su última referencia de estudio “Bleed Out”, quedó proyectado en la gran pantalla trasera. Tras explosionar las letras, y alzarse por primera vez ante nuestros ojos las imponentes columnas de humo, la banda empezó a desgranar “We Go To War”. No tardó en aparecer en escena Sharon haciendo que su potente registro y su magnetismo escénico sirvieran para meterse rápidamente en el bolsillo a un personal que no vaciló a la hora de cantar y acompañar con palmas mientras una selección de impactantes imágenes se encargaba de dotar de mayor dramatismo al tema inicial.
Con el escenario teñido de rojo, y con la vocalista ubicada en una gran tarima sobre la batería, llegaba el momento de desplegar la propia “Bleed Out”, plasmando el rotundo contraste entre esas partes líricas, -en las que la voz de Sharon condujo el tema-, y los desarrollos más potentes e incisivos que sirvieron para que la banda mostrara su vertiente más incisiva y cañera. Tras habernos sorprendido con la vistosidad de su llamativa puesta en escena, y la potencia de su sonido, llegaba el momento de los saludos antes de cerrar la descomunal tripleta de apertura con las melodías más envolventes y accesibles de “Ritual”, que nos dejaba a la vocalista nuevamente moviéndose a sus anchas por la parte frontal del escenario para hacer cantar a los más animados.
Todos los que hemos venido siguiendo a Within Temptation sabemos de su compromiso a la hora de escribir las letras de sus composiciones, y eso es algo que sus seguidores tienen en gran estima. Así que a lo largo de los speech que precedieron a la interpretación de algunos de los temas, Sharon consiguió arrancar más de una ovación, tal y como sucedió tras el alegato a favor de las libertades individuales que sirvió como preámbulo para la pegadiza “Don’t Pray For Me”, que volvió a contar con las palmas de acompañamiento del respetable, rubricando así la perfecta sintonía entre la banda y sus seguidores. Me llamó mucho la atención que este primer tramo de su descarga estuviera enteramente centrado en la actualidad de la banda, algo que denotó su plena confianza en su material más reciente. Así que para cerrar este tramo dedicado a “Bleed Out”, confiaron en la implacable épica de “Wireless”, que nos dejaba a Sharon firmando una fantástica interpretación mientras ambos hachas volvían a abandonar sus respectivas tarimas para moverse por todo el escenario.
Tras unos segundos en los que el escenario se mantuvo a oscuras, la carismática e incombustible frontwoman saludaba a los que estaban en la parte trasera del recinto antes de que las columnas de humo se encargarán de flanquearnos el paso hacia la hímnica “The Rockoning”, convirtiendo el Sant Jordi Club en un mar de puños que se alzaban cada vez que aparecían las columnas de humo para anunciarnos que llegaba el momento de entonar su matador estribillo. Para el siguiente tema “Shot sin The Dark”, la banda escogió una de las puestas en escena más elegantes de la noche, con el escenario teñido de azul y una vidriera trasera sobre la que se veían las luces de una gran ciudad. Además, fue también otro de los momentos en los que la gente cantó y bailó completamente entregada antes de tributar a la banda una estruendosa ovación.
Sin duda el primer punto álgido de la noche llegaría cuando estábamos a punto de alcanzar el ecuador del show. La responsable de poner patas arriba el Sant Jordi Club, con las columnas de humo volviendo a aparecer insistentemente, fue la imprescindible “Stand My Ground”. No tardaría mucho en llegar la primera sorpresa de la noche con la presencia del primero de los invitados que estaban anunciados durante el show: Alex Yarmak, que apareció para compartir las labores vocales con Sharon durante “A Fool’s Parade”. Sin embargo no se cerró aquí el capítulo dedicado a los invitados. Había ganas, muchas ganas, de comprobar que tal empastarían en directo los registros de Sharon y Tarja. Así que tuvimos ocasión de comprobarlo durante la vibrante “The Promise”, que nos dejaba con la estampa de ambas divas encaradas frente a frente para acabar provocando el deleite del personal.
No quedaría aquí la colaboración entre ambas, ya que la siguiente en caer fue una composición de la vocalista finlandesa: “I Feel Inmortal”, que sonó intensa, mágica, emotiva..., con una cortina de estrellas envolviendo la figura de las dos vocalistas antes de que nos pusieran a dar palmas. Tras unos segundos de oscuridad y silencio, un espectacular juego de luces nos anunciaba la llegada de “Supernova”, con Sharon nuevamente posicionada en la parte superior del escenario. Contando con el apoyo de las efusivas palmas del personal, y con las columnas de humo volviéndose a alzar ante nuestros ojos, nos adentrábamos en el ritmo reptante, poderoso y adictivo de “Faster”, que fue la escogida para poner el punto y seguido a la descarga del combo de Waddinxveen.
Si gran parte de la descarga de Within Temptation estuvo centrada en su producción más reciente, fue durante los bises cuando Sharon y sus muchachos decidieron obsequiar a sus incondicionales con algunas de esas gemas que llevan años acompañándoles en directo. “Our Solemn Hour”, fue la escogida para dar por inaugurados los bises precedida por un speech de Winston Churchill. No dejarían de lado lo que fue el material de su cuarto largo de 2007, “The Heart Of Everything”, y es que acto seguido llegaría el momento de cambiar radicalmente de registro para adentrarnos en las sugerentes melodías de la preciosa “All I Need”, que fue otro de los momentos de la noche, con el recinto inundado de teléfonos que quisieron capturar el momento mientras todos agitábamos los brazos de izquierda a derecha.
El último encuentro/duelo entre Tarja y Sharon tendría lugar en las postrimerías del show, haciéndonos partícipes del intenso vendaval melódico contenido en “Paradise (What About Us?). La rúbrica para la apoteósica descarga de unos Within Temptation, que dejaron patente que probablemente estén embarcados en la gira que les tiene que consolidar, sino lo son ya, como una de las formaciones destinadas a tomar el relevo de los nombres clásicos, fue la inapelable “Mother Eath”.
Espectáculo, magia, elegancia, pasión..., y ante todo buena música fue lo que nos ofrecieron unos Within Temptation que triunfaron incontestablemente a su paso por la Ciudad Condal, firmando el que sin duda será uno de los conciertos destacados de este 2024.
No hay comentarios:
Publicar un comentario