Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo. Hace ya más de una década que la vocalista canadiense Alissa White-Gluz entró a formar parte de Arch Enemy para cubrir la vacante que dejara la carismática Angela Gossow. Sin duda para muchos fue una jugada arriesgada, pero lo cierto es que el paso del tiempo ha acabado dando la razón a Michael Amott. Para muchos la etapa con la vocalista alemana queda ya muy atrás, por no hablar de aquellas primeras entregas junto al vocalista Johan Liva. En cualquier caso, este capítulo que la banda sueca inauguró en 2014 con “War Eternal”, ha supuesto su etapa más exitosa en cuanto a popularidad se refiere. Sin duda para ello ha sido clave la apertura hacia derroteros más melódicos y heavy metaleros, algo que provocó despiadadas críticas por parte de algunos de sus fans más veteranos, aunque como contrapartida la banda ha conseguido llegar y fidelizar, con trabajos como “Will To Power”(2017) y “Deceivers”(2022), a una nueva hornada de seguidores, convirtiendo su álbum recopilatorio de versiones de 2019 “Covered In Blood”, en una especie de manual de cómo se puede combinar heavy metal tradicional y death metal melódico.
Sin embargo, si algo han dejado claro en estos últimos años Arch Enemy es su férrea voluntad de no repetirse, de no volver a incidir en una fórmula aunque sea ganadora y, de alguna forma, seguir evolucionando en su propuesta. Aunque esta evolución les lleve cada vez a una deriva más melódica. Pese a ello, Amott & Cía., no parecen dispuestos a perder la incisiva mordida que aportan sus aniquiladores riffs y su aplastante sección rítmica. De cara a esta duodécima entrega de estudio, la formación sueca presenta una novedad en su line-up, ya que tras la salida del “hacha” americano Jeff Loomis ha ingresado en su seno el guitarrista Joey Concepción, quien parece haberse adaptado como un guante al engranaje de la banda. Pero sin duda la principal novedad que nos deja “Blood Dynasty”, es que nos enfrentamos al disco que contiene más registros limpios de toda la carrera de Arch Enemy. Una vez más, han vuelto a estar involucrados en el proceso de producción tanto Michael Amott como Daniel Erlandsson. Mientras que de la mezcla y la masterización se han encargado respectivamente Jens Bogren y Tony Lindgren.
Introducida por unos desarrollos lúgubres y tenebrosos, -me atrevería a decir que muy acordes con la tétrica portada que, una vez más, ha creado Alex Reisfar para el álbum-, arranca “Dream Stealer”, para dejar paso a una andanada furiosa, salvaje, casi diría que de lo más potente de esta duodécima entrega de estudio, que nos presenta a una banda que se muestra absolutamente desatada, rápida, certera, y ante todo muy agresiva. Por supuesto que a lo largo de su escueto minutaje no faltarán los rotundos y explosivos cambios de ritmo, fraseos vertiginosos, tempos de cadencia bombardeante, las voces dobladas de Alissa White-Gluz, y todo ello culminado por un estribillo matador que se verá rematado por un fantástico solo de guitarra, de esos que se han convertido en seña de identidad de Amott & Cía., conjugando velocidad, técnica y melodía.
Más oscuras y cortantes suenan las guitarras que se encargan de abrir “Illuminate The Path”, que se asienta sobre un tempo más marcado y crujiente, en el que Arch Enemy dejarán rápidamente espacio a unas luminosas melodías que reafirman su aproximación hacia derroteros más melódicos en los últimos años. Será en este segundo corte cuando tengamos ocasión de escuchar también el registro limpio de Alissa en partes del estribillo, combinándose en algunos momentos con sus habituales rugidos guturales para dar forma a una composición intensa, de ritmo camaleónico, y en la que la guitarra de Amott volverá a dejar su impronta en un desarrollo solista altamente melódico e impregnado de elegancia y esencias netamente heavy metaleras para posteriormente adentrarnos en una aniquiladora recta final.
El implacable tándem rítmico que conforman desde hace más de 25 años el batería Daniel Erlandsson y el bajista Sharlee D´Angelo se dejará notar con fuerza durante “March Of The Miscreants”, que posee un groove y una sonoridad, -por lo menos durante sus compases iniciales-, muy noventeros. Sin embargo, los coros serán los que se encarguen de guiar un viraje hacia las tesituras más atmosféricas que nos propondrán durante su corrosivo estribillo, en el que volverán a apostar por las líneas vocales dobladas, aunque en esta ocasión ambos registros suenen crudos y descarnados junto a la pegada de los coros. Musicalmente sus aceleraciones me han recordado a los Carcass del “Heartwork”, algo poco sorpresivo teniendo en cuenta la trayectoria de Amott. Aunque sin duda la gran sorpresa llegará en la transición que se produce hacia la mitad del tema con la banda levantando el pie del acelerador para volver a adentrarse en derroteros instrumentalmente más melódicos y por momentos accesibles.
Por si alguien alguien albergaba alguna duda sobre la contundencia y el instinto asesino de los actuales Arch Enemy basta con escuchar la solidez y rotundidad con la que arranca “A Millions Suns”, aunque toda esa pegada se verá compensada por la accesibilidad de un estribillo que, si estuviera cantado en tonalidades agudas, perfectamente podríamos encuadrar dentro de un álbum de power/ heavy metal. En definitiva, que “A Millions Suns” es una composición que representa el equilibrio perfecto entre brutalidad y melodía, y todo ello convenientemente aderezado por la sobria tenacidad de una Alissa que vuelve a despuntar a la hora de atacar sus registros más salvajes e incisivos. La velocidad y los riffs afilados y aniquiladores serán las que se encarguen de liderar “Don’ t Look Back”, otra de las que tiene muchos números de ganarse un hueco en los repertorios de su próxima gira, gracias a la combinación de unas estrofas humeantes y unos estribillos más cadentes y machacones que proporcionan al corte una dinámica aplastante y una pegada descomunal.
La calma será la que marque el ecuador del disco con “Presage”, un escueto, elegante e introspectivo pasaje instrumental en el cual no habrá espacio para la distorsión, convirtiéndose en el preámbulo perfecto para el golpe rotundo y certero que representa la pieza que presta título al álbum:“Blood Dynasty”, en la que la banda, pese a volver a incidir en los registros más agresivos de Alissa, dejará patente su apuesta decidida por la melodía a la hora de encarar los estribillos, y, muy especialmente, esos excelsos desarrollos instrumentales que se verán marcados por los duelos entre Joey Concepcion y Michael Amott. “Paper Tiger”, ha sido otro de los adelantos de este “Blood Dynasty”, y es una confirmación más de que los suecos cada vez caminan más próximos a la senda del heavy metal tradicional que a la oscuridad del death metal que marcó sus primeros años, y es que esos riffs punzantes, enérgicos y de clara influencia Priest constituyen una prueba irrefutable.
Sin duda creo que “Vivre Libre”, la adaptación del tema de los franceses Blaspheme, es una de las sorpresas de esta cuarta entrega con Alissa White-Gluz al frente de la nave sueca. Y no lo digo únicamente por qué esté cantada en francés, algo que no resulta extraño si tenemos en cuenta que la vocalista canadiense creció en Quebec, sino por qué en ella no hay ni rastro de guturales, con una Alissa brillando intensamente no solo a la hora de atacar las tonalidades limpias, sino también a la hora de tirar de registros agudos para acabar de redondear una notable power ballad de tintes ochenteros,
Mucho más próximo al material que la banda ha facturado en sus últimas entregas se encuentra “The Pendulum”, que te ataca frontalmente con un riff rotundo y certero para conducir una composición que irá acelerándose paulatinamente hasta llegar a un estribillo que resulta bastante más accesible, y que incluso podríamos tildar de muy coreable, ya que instrumentalmente posee un guiño al power de los noventa. El capítulo final para un trabajo que seguro creará, cuanto menos, encendidos debates entre sus antiguos seguidores y los que se han ido sumando a la causa en los últimos años, será “Liars & Thieves”, un bombazo de dinámica aplastante y ritmo avasallador en el que volverán a repetir la fórmula que podríamos decir que marca todo este “Blood Dynasty”, alternando partes crudas y muy potentes con otras en las que coquetean indisimuladamente con registros y sonoridades más luminosas, accesibles y de estirpe netamente heavy metalera, tal y como plasman en sus majestuosos compases finales.
Lo han vuelto a hacer. Sin proponernos cambios drásticos ni traumáticos, pero con paso firme Arch Enemy continúan mutando su propuesta hacia tesituras más heavy metaleras, aunque sin perder por el camino la garra, la fuerza y la intensidad que siempre les ha caracterizado. Lo que cada vez tengo más claro, -y estando en total desacuerdo con Michael Amott-, es que Arch Enemy hace ya mucho tiempo que dejaron de formar parte del underground metalero. Y la edición de este “Blood Dynasty”, coincidiendo con su trigésimo aniversario, no es más que la constatación definitiva de que actualmente Arch Enemy son uno de los pesos pesados de la escena metal europea.
DISCOGRAFICA:CENTURY MEDIA
Lista de Temas
1. Dream Stealer
2. Illuminate the Path
3. March of the Miscreants
4. A Million Suns
5. Don’t Look Down
6. Presage
7. Blood Dynasty
8. Paper Tiger
9. Vivre Libre
10. The Pendulum
11. Liars & Thieves
No hay comentarios:
Publicar un comentario