Hay formaciones que resultan imprescindibles para comprender los inicios del heavy metal en nuestro país. Para la gran mayoría, Barón Rojo y Obús fueron los primeros en enarbolar la bandera del estilo, aunque fuera con un background más rockero. No obstante, si hablamos de auténtico heavy metal, englobando imagen y sonido, sin duda habría que citar a Ángeles Del Infierno. Los vascos firmaron en poco mas de una década una colección de himnos indispensables que han perdurado hasta nuestros días. Fue a partir de mediados de los noventa cuando su trayectoria se tornó más errática, y si bien es cierto que siguen manteniendo una buena base de incondicionales al otro lado del charco, -donde hace ya muchos años que instalaron su cuartel general-, lo cierto es que resulta cada vez es más difícil verles por aquí. Quizás esa fuera una de las causas por las que Diabólica llegaron a la sala Wolf de la capital catalana dispuestos a hacernos vibrar con algunos de los himnos de la banda de Juan Gallardo y Robert Álvarez. Además, para amenizarnos la espera antes de su llegada y calentar el ambiente contaríamos con la presencia de Halloween, quienes repasaron algunos de los mayores éxitos de Las Calabazas de Hamburgo.
Era una noche de viernes con una amplia oferta de conciertos de rock y metal en la ciudad, y sinceramente creo que eso acabó siendo clave para que la sala Wolf presentará una entrada bastante discreta. Eso sí, lo que no se puede rebatir fueron las ganas de divertirse y pasarlo bien de un público que se implicó al máximo con ambas formaciones, ya que como no podía ser de otra forma cantó con entusiasmo todos y cada uno de los temas que fueron interpretados a lo largo de la velada.
Lo dicho, los encargados de dar el pistoletazo de salida a una noche que prometía una generosa ración de buena música y mucha diversión fueron Halloween. Tocaban en casa, y eso se notó en el apoyo del que disfrutaron en todo momento. Me gustó mucho la forma de encarar los temas, haciendo unas interpretaciones muy fieles a las originales, tal y como pudimos comprobar desde los compases iniciales de “I’ m Alive”, que ponía a cantar a todos los presentes. Otro detalle a destacar fue la escenografía, discreta por supuesto, pero en la que no faltó una pequeña pancarta con el logo clásico de los alemanes, aunque cambiando la primera “E” por una “A”, varias calabazas repartidas por el escenario, e incluso unos globos que lanzaron al respetable durante el tramo final de su presentación.
Pero dejando todo esto a un lado, lo que de verdad me gustó fue el tándem vocal que conformaron los vocalistas Alex Vázquez y Javi Gianno, repartiéndose las estrofas de los temas recreando lo que están haciendo los germanos en sus últimas giras. Evidentemente, el repertorio estuvo repleto de trallazos incontestables como “ Dr. Stein”, que fue recibido con entusiasmo y que contó con las palmas de acompañamiento del respetable. Por supuesto que lo más fácil hubiera sido centrar todo el repertorio en el catálogo más clásico de los alemanes. Así que he de admitir que me sorprendió muy gratamente que el combo incluyera un tema de su último trabajo homónimo “Best Time”, que con la gente coreando su melodía dejó patente que se ha convertido ya en nuevo clásico que sumar a la interminable lista que atesoran Weikath & Cía.
Evidentemente que la camadería y el buen rollo camparon a sus anchas, tanto encima del escenario como entre un público que quiso ser protagonista destacado del mítico “Future World”, que nos dejaba con los movimientos sincronizados de ambos guitarristas y también del nuevo fichaje de la banda, el bajista Robin, que debutaba esta noche. Si exceptuamos el guiño al último trabajo de los alemanes la primera concesión que se permitieron a la “etapa Deris”, llegaría de manos de “Power”, cuya melodía fue entonada por todos los presentes.
Acto seguido el escenario quedaría desierto mientras una familiar introducción nos anunciaba que había llegado el momento de sumergirnos de lleno en la épica metalera de la propia “Halloween”, que para mí fue uno de los mejores momentos de la noche, con ambos vocalistas estirando al máximo sus cuerda vocales a la hora de encarar su emocionante y grandilocuente recta final. Para rebajar mínimamente el nivel de revoluciones que mejor que invitarnos a transitar por una balada como “Forever And One”, con Alex y Javi repartiéndose cada una de las estrofas arropando su voz con la emotiva guitarra de Artur antes de rubricar el tema cantando ambos codo con codo.
La elegida para encarar la recta final del show fue “Eagle Fly Free”, que volvía a levantar la moral de la tropa para acabar recabando una cerrada ovación. Lamentablemente el tiempo de Halloween estaba tocando a su fin. Pero antes de despedirse definitivamente todavía tendrían ocasión de invitar a Pacho Brea al escenario para que también dejara su aportación en el imprescindible “I Want Out”, firmando un divertido fin de fiesta con, como decía anteriormente, lanzamiento de globos al respetable. En definitiva que Halloween supieron animar al personal ofreciendo un show sobrio y muy trabajado, demostrando un respeto reverencial hacia el legado y el propio presente de la mítica formación germana.
Tras un interludio bastante rápido llegaba el momento de disfrutar de Diabólica, la banda que desde tierras gallegas lideran el vocalista Pacho Brea y el guitarrista José Rubio. Tal y como se encargó de recordarnos el frontman orensano esta era su primer visita a Barcelona, y aunque nos reconoció que tenían muchas ganas, también pudimos apreciar que estaban un poco decepcionados con la discreta respuesta que habían obtenido de manos del público barcelonés. Sin embargo, eso no se notó para nada en la entrega y las prestaciones de una banda que se dejó la piel sobre el escenario, y que en ningún momento perdió la sonrisa. Es más, en varias ocasiones nos agradecieron nuestra presencia y nos invitaron a que habláramos bien de ellos para que en su próxima visitas fuéramos muchos más.
He de reconocer que, al igual que hicieron Halloween, me gustó mucho la forma de abordar los temas del combo vasco, y es que se nota que el cuarteto procesa una devoción absoluta por el legado de Ángeles de Infierno. Pese a que no éramos muchos en el local, lo cierto es que Diabólica no tuvieron ninguna dificultad para conectar con el público y metérselo en el bolsillo, y es que desde que abrieron fuego dando buena cuenta del ritmo rotundo y machucón de “Todo Marcha Bien”, pudimos apreciar que los presentes tenían muchas ganas de participar cantando incansablemente esos estribillos que han marcado el gusto y la personalidad de varias generaciones de metaleros en nuestro país.
Como no podía ser de otra forma el repertorio que nos ofrecieron Diabólica estuvo muy centrado en las composiciones más emblemáticas y conocidas de Ángeles Del Infierno. Así que he de reconocer que no fue un sorpresa que no incluyeran ninguna composición de lo que fue el último lanzamiento de la banda, hace ya la friolera de más de 20 años, aquel extraño y deslavazado “Todos Somos Ángeles”. En cualquier caso, cabe remarcar que en los cinco discos anteriores que editó la formación que capitanean Juan Gallardo y Robert hay una ristra inacabable de hits. Así que fue durante los compases iniciales del show cuando tuvimos ocasión de volver a revivir antiguas sensaciones, y es que fueron riffs colosales y de inconfundible sabor ochentero como el que comandó “Prisionero”, -que nos dejaba la estampa de Pacho golpeándose el pecho para incitar a que cantáramos con él-, los que se encargaron de caldear el ambiente en un local que parecía cada vez más animado.
Tras recabar la primera gran ovación de la noche, y bromear un poco con el personal, el vocalista gallego se encargó de informarnos que esta era la primera visita de la banda a la Ciudad Condal, para acto seguido convertir el recinto en una fiesta a base de dar empaque y pegada al hard rockero estribillo de “Dando Por Detrás”, que hizo que los más animados moviéramos las caderas mientras alzábamos los puños cada vez que tocaba gritar el título del tema. No tardarían mucho tiempo en proponernos un rotundo cambio de registro, ya que acto seguido nos tocaría revivir la vertiente más netamente metalera de Ángeles Del Infierno al sumergirnos de lleno en ese ejercicio de épica metalera que lleva por título “Sombras En la Oscuridad”; que fue la elegida para que Pacho nos deleitara con una buena sucesión de registros agudos antes de que la guitarra de José Rubio fuera la que cogiera las riendas del tema para firmar un solo repleto de épica y buen gusto.
Habiendo mostrado su facilidad y buen hacer para transitar a través tanto de los temas más duros como de los más hard rockeros dentro del catalogo del combo vasco, era un buen momento para mostrarnos su forma de afrontar otra de las facetas que marcaron a fuego la trayectoria de Ángeles Del Infierno: las baladas. Y es que aunque “Si Tú No Estas Aquí”, no es la típica balada lacrimógena, si que tiene un inicio lento y emotivo, acompañado de unos teclados, que sonaron grabados, para posteriormente convertirse en una power ballad vibrante y repleta de emoción, que hizo que esta noche, por derecho propio, se convirtiera en uno de los puntos culminantes del show. El momento de volver a levantar los puños llegaría con “Hoy Por Ti, Mañana Por Mi”, cuyo estribillo atronó como si todavía estuviera vigente “la puta-mili”, dejando patente que se ha convertido en un clásico imprescindible para cualquier seguidor de la banda.
Aunque viendo su actuación de esta noche, nadie lo diría. José Rubio llegaba al escenario de la Wolf directamente del hospital, donde según nos comentaron había pasado unos días convaleciente. Sin embargo el hacha cordobés se mostró en todo momento rotundo, centrado y certero, atacando su instrumento sin perder en ningún momento la sonrisa, lo que acabó valiéndole el reconocimiento de un respetable que agradeció su esfuerzo con una rotunda ovación. Sin duda fue otro de los momentos de la noche. Y es que tampoco podía faltar ese ejercicio de altanería metalera que lleva por título “Moriré Con Las Botas Puestas”; toda una declaración de intenciones que, contando en su desarrollo instrumental con guiños a clásicos internaciones como Judas Priest y Accept, sirvió para escenificar la perfecta sintonía entre una banda que se mostró totalmente enchufada y un público que se lo estaba pasando en grande.
A estas alturas, con la sala convertida en una especie de fiesta/karaoke, era el momento idóneo para seguir alimentando a un público que parecía no querer parar de cantar, y para ello que mejor que ponérnoslo fácil e invitarnos a tomar partido en el vacilón estribillo del tema que prestaba título a lo que fue la cuarta entrega del combo de Lasarte “666”. Mucho más crudo y descarnado sonó “Tú No Puedes Elegir”. Mientras que la elegida para volvernos a hacer transitar por derroteros más melódicos y románticos fue la desgarradora “Jugando Al Amor”, que a la postre fue el único recuerdo que se permitieron a aquel fantástico “A Cara O Curz”, que la banda editó en la primera mitad de la convulsa década de los noventa. El momento más emotivo de la velado llegó cuando un Pacho emocionado dedicó el siguiente tema “Al Otro Lado Del Silencio”, a un buen amigo Mr. Lemmy Peralta, guitarrista de Dr. Crüe, un personaje único e irrepetible de la escena rockera barcelonesa que nos dejó prematuramente y de forma sorpresiva en Abril del pasado 2021. D.E.P.
Lamentablemente, y por cuestiones de horarios de la sala, el tiempo de Diabólica estaba tocando a su fin. He de admitir que me quedé con la sensación que tanto a la banda como al público no le hubiera importado lo más mínimo que hubieran sonado 3 ó 4 temas más.Pero no pudo ser. Lamentablemente, así son las cosas en la Ciudad Condal, y los horarios que imponen las salas adaptándose a las directrices municipales son estrictos al máximo. En cualquier caso, y dejando a un lado la burocracia, el cuarteto gallego todavía tuvo tiempo de despedirse, dejando a la audiencia en estado de éxtasis y las espadas en todo lo alto con la mítica e incontestable “Maldito Sea Tu Nombre”, que hacía que todos aulláramos junto a un Pacho que incluso se bajó del escenario para pasearse entre el personal mientras exprimía al máximo sus cuerdas vocales.
Fue una velada divertida, en la que pudimos disfrutar de dos bandas que mostraron su devoción por dos nombres clásicos, me atrevería a decir que incluso dos instituciones, dentro de la escena metalera en nuestro país. Por un lado Halloween, quienes se destaparon como una banda solvente que no pretende únicamente tirar de clásicos, sino que aspira a incluir incluso algo del nuevo material de “Las Calabazas” en sus descargas. Mientras que Diabólica ratificaron sobre el escenario que son, a día de hoy , una excelente opción para revivir y volver a disfrutar, -ya que parece que sus creadores hace bastante tiempo que nos “dejaron huérfanos”-, de una colección de clásicos imprescindibles para cualquier seguidor del metal cantado en español. Ambas bandas tienen varias fechas programadas juntas. Así que si pasan cerca de tu ciudad no dudes en acercarte a verles. Seguro que no te van a defraudar.
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