martes, 1 de abril de 2025

AXEL RUDI PELL+JOLLY JOKER-RAZZMATAZZ 2-BCN-25-MAR-2025


Quizás su nombre no figure entre los más recurrentes cuando enumeramos a los grandes “Maestros” de las seis cuerdas, pero lo cierto es que Axel Rudi Pell lleva más de cuatro décadas haciendo las delicias de todos los seguidores del hard rock y el heavy metal más clásico y guitarrero. Tras hacerse un nombre y granjearse una excelente reputación con Steeler, el virtuoso guitarrista de Bochum decidió iniciar su carrera en solitario a finales de la década de los ochenta. Desde entonces muchos han sido los trabajos en los que ha plasmado su reverencial admiración por genios del calibre de Ritchie Blackmore, amén de haber contado siempre con vocalistas de la talla de Rob Rock, Jeff Scott Soto, o quien le viene acompañando desde las postrimerías de la década de los ochenta, el incombustible y carismático Johnny Gioeli. Pese a su longeva trayectoria en solitario Axl Rudi Pell no se ha prodigado tanto en nuestros escenarios como a muchos nos hubiera gustado. Así que de cara a la presentación de su más reciente entrega discográfica “Risen Symbol”, el guitarrista alemán y sus acompañantes convocaron a sus seguidores en la sala mediada del Razzmatazz. Desafortunadamente, el recinto no llegó a llenarse, registrando algo más de media entrada. Algo poco sorpresivo si tenemos en cuenta que la cita estaba prevista para un martes por la noche y que, además, sus últimos lanzamientos, pese a no ser malos trabajos, no han despuntado precisamente en cuanto a popularidad se refiere entre sus seguidores.

Para acompañarle en su reencuentro con el público catalán, -siendo además el arranque de su nuevo periplo europeo-, Axel Rudi Pell contaría con la presencia de una banda que vive para el directo y que intenta convertir cada una de sus descargas en una fiesta de puro y genuino rock n´ roll: los valencianos Jolly Joker, unos viejos conocidos para los asiduos a los conciertos en la Capital Catalana que regresaban a la ciudad para repasar algunos de los temas que se han convertido ya en clásicos imprescindibles para sus incondicionales, amén de ofrecernos una buena representación de las composiciones que forman parte de su más reciente entrega homónima que vio la luz hace poco más de un mes.


Creo que todos estaremos de acuerdo en que, a priori, un martes por la tarde no es el mejor marco para una descarga de rock n´roll. Sin embargo, bandas como Jolly Joker tienen la capacidad de convertir sus shows en una auténtica fiesta, transportándote aunque sólo sea durante unos minutos al inconfundible ambiente que se respira cualquier noche de fin de semana. Así que no fue una sorpresa que el cuarteto valenciano saliera derrochando esa actitud juerguista y desenfadada que siempre les ha caracterizado, liderados por un Lazy Lane que volvió a demostrar que es uno de los frontmen más explosivos de la escena nacional, moviéndose como si fuera una fiera enjaula desde la inicial “Sky Is So High”, que servía para que muchos reconociéramos en sus líneas vocales la influencia de bandas como The Cult. Y es que la propuesta de Jolly Joker gira inevitablemente en torno al hard rock de la década de los ochenta, sin dejar de lado unos ramalazos descaradamente sleazy, aunque apostando por una sonoridad totalmente contemporánea, muy conectada con el rock más salvaje que nos viene del norte de Europa, tal y como dejaron plasmado al desplegar la garra rockera contenida en el primer guiño que se permitieron a su nuevo trabajo con “Shotgun”.

Los valencianos habían salido a escena con las pilas bien cargadas, dispuestos a disfrutar con el reencuentro con quienes ya les conocían, -la banda ha descargado muchas veces en la Ciudad Condal-, y a dejar unas buenas impresiones entre los que era su primera vez. Así que para rubricar una tripleta de arranque rotunda, explosiva y que definió de la mejor manera posible la propuesta y la actitud de la banda que mejor que esa definitoria declaración de intenciones que lleva por título “I Am Rock And Roll”, con la que nos invitaban a ponernos a dar palmas mientras les acompañábamos a viajar a la pasada década para incidir sobre el material de lo que fue su tercer largo “Never Say Forever”. Habiendo recibido la cálida acogida del personal, y tras presentarse a quienes todavía no les conocían y anunciar, esta vez verbalmente, que ellos hacen rock n´roll, Lazy Lane empuñaría su guitarra para reforzar el sonido guitarrero de la banda durante la desenfadada “I Don´t Care”, que nos dejaba con la estampa del guitarrista Yannick clavando las rodillas en el suelo mientras atacaba el solo del tema.

Nuevamente, ejerciendo únicamente como frontman, Mr. Lane volvería a recorrer todo el escenario incansablemente mientras la sección rítmica, -que integran el bajista Andy Siegl y el batería Daniele Franucci-, se encargaba de sumergirnos de lleno con el ritmo funkero que marcó otra de las nuevas “Enough”; que con ese rollo a lo Skid Row servía para que los más animados ejercitarán las cervicales. No abandonarían el material de su más reciente entrega discográfica, ya que los aromas netamente sleazy serían los que marcaron la vacilona “My Little Cadillac”, proponiéndonos un pegadizo, adictivo y, por momentos, macarra estribillo que se convirtió en la excusa perfecta para que todos cantáramos con el puño en alto, plasmando la facilidad del cuarteto para conectar con la, cada vez más concurrida y animada, audiencia.

Con el vocalista nuevamente colgándose la guitarra, el cuarteto nos propuso un radical cambio de registro volviendo a adentrarse en los patrones más clásicos del hard rock ochentero durante “Blood Velvet”, para acto seguido, y tras recordarnos algunas de sus anteriores visitas a la ciudad y saludar a varios de sus amigos que estaban en la sala, atacar la rotunda “I Just Wanna Kiss You”, que volvía a poner al personal que ocupaba las primeras filas en movimiento. Con los miembros de la banda posicionados de espaldas al público arrancaba el adrenalítico “World Collapse”, con la que nos adentrábamos en la recta final de una descarga que se zanjó definitivamente con esa invitación a la fiesta y el desmadre que es “Rockin´ In Stereo”; que nos dejaba al respetable acompañando con palmas antes de que Mr. Lane nos hiciera cantar, una y otra vez, su adictivo estribillo.

No fallan. Hasta durante una época tan oscura y controvertida como fue la pandémica, Jolly Joker se erigieron como indiscutibles animadores, siendo una de las bandas que no paró su actividad en vivo, ofreciendo shows ante audiencias sentadas y ataviadas con mascarillas. Siempre lo han tenido claro, su hábitat natural es el directo, y esta noche en Barcelona, aunque no fuera en las mejores circunstancias, lo volvieron a demostrar. Así que esperemos que no tarden mucho en regresar para presentar en un show más largo y ante sus seguidores los temas de su flamante nueva obra homónima.


Siempre he pensado que hay varios detalles que diferencian al guitarrista germano Axel Rudi Pell de otros grandes “hachas” que han desarrollado su carrera bajo su propio nombre. El primero, es el haber contando con la estabilidad propia de una banda, confiando siempre en los mismos músicos para acompañarle y defender sus composiciones, contando así con la implicación de los mismos, algo que indudablemente ha acabado jugando muy a su favor. Y en segundo lugar, la sensación de que Mr. Pell siempre ha tratado de crear canciones redondas y perfectamente estructuradas, y que no ha buscado únicamente un colchón instrumental que sirviera como base para una sucesión de interminables carreras por el mástil de su instrumento. Tal vez, ese sea el motivo por el que entre su parroquia de incondicionales podemos encontrar tanto estudiosos de la guitarra, como al seguidor standard del hard rock potente y el heavy metal de corte tradicional y de tintes melódicos

Sin embargo, como comenté anteriormente, parece que la presencia del virtuoso guitarrista de Bochum y sus acompañantes no fue suficiente reclamo para hacer que la sala mediana del Razzmatazz acabara presentando algo más de media entrada. No obstante, todos los que nos animamos a asistir a la cita fuimos testigos directos de la potencia y el buen hacer de una banda que se mostró totalmente enchufada en el arranque de este nuevo periplo europeo, y muy especialmente de la fuerza, la garra, la intensidad y el carisma que derrochó su frontman: Jhonny Gioeli. Pero dejando a un lado el empuje y la clase del también vocalista de Hardline, lo cierto es que la banda que acompaña desde hace años al guitarrista es de auténticas garantías. Empezando por la sólida y consistente sección rítmica que conforman, el que ya fuera su compañero en los tiempos de Steeler, el bajista Volker Krawczak y el legendario batería Bobby Rondinelli. Y terminando con la elegancia y la maestría que siempre aportan los teclados del líder de Rough Silk: Ferdy Doernberg.

Todos vestidos de riguroso negro, excepto Axel Rudi Pell, que apareció ataviado con una camiseta blanca y un chaleco tejano, los músicos aparecían precedidos de una alocución que nos anticipaba mediante una cuenta atrás que el espectáculo estaba a punto de comenzar. Tras sonar los compases iniciales del tema elegido para dar el pistoletazo de salida a la velada, el novedoso “Forever Strong”, aparecía corriendo de forma despavorida Mr. Gioeli para ponerse al frente de la nave alemana, convirtiéndose en el principal foco de atención hasta que las miradas cambiaron de objetivo cuando llegó el momento de que Mr. Pell atacará el primer solo de la velada. Y es que esa fue precisamente la tónica que siguió gran parte del show, con un Gioeli absolutamente imparable derrochando garra, feeling e intensidad, erigiéndose en todo momento como el perfecto maestro de ceremonias, aunque dejando el suficiente espacio para que Axel Rudi Pell sacara el máximo partido a su clásica Fender Telecaster de color marfil en los desarrollos solistas contenidos en temas como el Rainbowniano “Wildest Dream”, que fue el responsable de poner a las primeras filas a saltar siguiendo las indicaciones de un Gioeli que parecía fuera de si.

A lo largo de su longeva trayectoria Axel Rudi Pell ha escrito un montón de himnos que resultan ideales para ser coreados en directo, temas que conjugan a la perfección clase, potencia y unos estribillos de lo más rotundos y coreables. Y sin duda uno de los que mejor suele funcionar en todas sus descargas es el inconmensurable “Strong As A Rock”, que hacía que el personal levantara sus puños al aire cada vez que tocaba entonar ese arrollador estribillo que fue repetido con insistencia durante varios minutos por un púbico que no vaciló a la hora de convertirse en protagonista. Como ya demostrará en alguna de sus anteriores visitas, -ya fuera con Hardline o acompañando a Axel Rudi Pell-, Gioeli se mostró en todo momento simpático, cachondo y cercano. Así que tras invitarnos a que dejáramos a un lado las preocupaciones del día a día para disfrutar intensamente de la descarga de esta noche, llegaba el momento de anunciarnos que tocaba adentrarse en “Voodo Nights”.

Habiendo podido comprobar de la mejor forma posible, a base de trallazos rotundos de puro y genuino hard & heavy, que tanto el veterano guitarrista como el resto de sus acompañantes estaban en un excelente estado de forma, nos quedaba averiguar que tal serían las prestaciones de la banda a la hora de adentrarse en tesituras más baladísticas. Así que tras presentarnos Mr. Gioeli a su compañero a las teclas, Ferdy Doernberg, ambos nos regalaron una excelente interpretación de “Don´t Say Goodbye”, que acabó desembocando en uno de los momentos más intensos y emocionantes de la noche, con ambos músicos encarando una emotiva y emocionante adaptación del “Hallelujah”, de Leonard Cohen, que a más de uno nos puso los pelos de punta, dejándonos con la estampa del vocalista abandonando el escenario para bajarse hasta el foso para encaramarse a la valla de seguridad y acabar cantando en el rostro de los que copaban las primeras filas. La primera incursión en su catálogo de composiciones de la década de los noventa llegaría de manos del fantástico “Oceans Of Time”.

La vuelta sobre los derroteros más netamente heavy metaleros estuvo protagonizada por el tema que prestaba título a su obra de 2006, “Mystica”, donde, ahora si, Mr. Pell dio un paso al frente para convertirse en el centro de todas las miradas al marcarse un fantástico desarrollo solista mientras descendía primero al foso para posteriormente pasearse entre la gente antes de regresar junto a sus compañeros para rematar el tema y recibir una merecida ovación. Fue durante los siguientes minutos cuando tuvimos oportunidad de disfrutar del ejercicio solista de Mr. Bobby Rondinelli, quien, pese al paso de los años, parece no haber perdido la rotundidad que siempre ha marcado su forma de atacar esa batería, que por otra parte acabó tocando con las manos en el tramo final de su solo.

Una nueva mirada sobre su material más reciente se convertirá en la excusa para deleitarnos con “Darkest Hour”, que nos dejaba con el “hacha” y el bajista Volker Krawczak, haciendo piña en el centro del escenario para ofrecernos una buena ración de movimientos ochenteros antes de que Gioeli enloqueciera y, en otro de sus geniales arrebatos, acabará el tema alzando sus cuernos al aire. Observando al personal que acudió a la cita, estaba claro que entre los presentes había muchos que hacía bastantes años que venían siguiendo la trayectoria del guitarrista alemán, Y aunque esta noche, -como era previsible-, no hubo ningún recuerdo a su etapa en Steeler, los temas que más movieron al personal fueron algunos de los que facturó durante la década de los noventa, tal y como quedó patente cuando atacó el mítico “Carousel”, cuya melodía fue coreada con devoción por gran parte de los presentes.

Para continuar la velada, y tras semejante momento de euforia desmedida, era un buen momento para que todos recuperáramos las pulsaciones, y para ello que mejor que dejarnos conducir nuevamente por los teclados de Ferdy Doernberg a través de un desarrollo solista impregnado de clase, distinción, y en el que se permitió la licencia de dejarnos un fugaz guiño de su banda Rough Silk. Por si alguien todavía dudaba de la excelente conexión que existe entre Doernberg y Gioeli, el tándem volvería a llenar el recinto de magia y feeling durante “The Line”, que con el vocalista firmemente aferrado a su pie de micro acabaría poniendo a todo el personal a mover los brazos de izquierda a derecha.

Tocaba  volver a subir el nivel de revoluciones del personal. Así que tras proclamar Gioeli que todos los días son hermosos, que mejor que volver a hacer cantar al público durante su particular adaptación del clásico de U2 “Beatiful Day”. Para encarar la recta final del show, Gioeli y su colega Doernberg, volverían a quedarse solos en escena para flanquearnos el paso hacia un “Masquerade Ball”, que acabaría fundiéndose con esa gema que lleva por título “Casbah” para acabar rematando por todo lo alto esta primera parte del show con los suculentos pasajes de corte arábigos de una composición de nuevo cuño como es “Ankhaia”. tras la que se marcharon acompañados de una cerrada ovación.

Como ya comenté anteriormente, el de esta noche significaba el primer concierto de su nuevo periplo europeo. Así que lógicamente todavía había algunos detalles que pulir. De modo que la anécdota de la velada llegó en el arranque de los bises cuando el quinteto inició “Fool Fool”, lo que hizo que el público se viniera rápidamente arriba, pero sorpresivamente el tema quedó interrumpido abruptamente, cortándose toda la iluminación y el sonido ante el desconcierto generalizado de la audiencia. No sabría decir si fue algo preparado, o realmente hubo un fallo técnico, pero lo cierto es que el tema quedo “mutilado”, y la banda tras unos segundos en los que el escenario quedó sumido en la más absoluta penumbra se embarcó en el tema que serviría para rubricar definitivamente esta nueva incursión en tierras catalanas: la apabullante “Rock The Nation”.

Axel Rudi Pell no es un artista que se haya prodigado mucho por nuestros escenarios durante los últimos años. Sin embargo, esta noche acompañado de una banda absolutamente soberbia, y en la brilló intensamente el gran Jhonny Gioeli, el guitarrista alemán nos dejó con un excelente sabor de boca presentando un repertorio potente y, ante todo, muy equilibrado, en el que no faltaron trallazos de incontestable heavy metal, ni tampoco momentos cargados de magia y emotividad.




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