miércoles, 9 de abril de 2025

MEDINA AZAHARA-APOLO-BCN-5-ABR-2025


 

Por supuesto que nunca es una buena noticia que una banda mítica e irrepetible dentro del panorama rockero nacional decida despedirse de los escenarios. Pero si ellos han decidido hacerlo por voluntad propia que mejor que afrontar estos últimos conciertos cuando la banda sigue estando en la cresta de la ola. Medina Azahara llevan décadas siendo una institución dentro de la música nacional, y es que pocos grupos pueden presumir de sobrepasar las barreras estilísticas para acabar llegando, en cualquiera de sus múltiples vertientes, a todo tipo de público, independientemente de su edad, condición o preferencias en cuanto a gustos musicales se refiere. Y es que, así a vuelapluma, se me ocurren pocas formaciones que al igual que los cordobeses uno pueda encontrarse tanto en las fiestas patronales de cualquier localidad, como formando parte de la sección noble en el cartel de cualquier festival, y además contando siempre con el cariño y el respeto del público.

Se lo han ganado a pulso, la banda que lidera desde finales de la década de los setenta el carismático vocalista Manuel Martínez ha dejado a lo largo de su longeva andadura una extensa colección de clásicos, algunos de los cuales forman ya parte, por derecho propio, del folclore nacional. Y es que uno puede recitar alguna de sus letras más famosas en una reunión de amigos y seguro que alguien de los presentes será capaz de recoger el testigo y acabar la estrofa. Por supuesto que, teniendo en cuenta los gustos personales, cada uno preferirá una u otra etapa de los cordobeses. Personalmente, pese a ser seguidor de toda su producción discográfica, un servidor prefiere el catálogo que la banda ha publicado contando con la presencia del guitarrista Paco Ventura, quien se unió a la banda en 1989 para grabar “... en Al-Hakim”. A lo largo de todos estos años han desfilado por el seno del combo andaluz una gran cantidad de músicos, algunos tan destacados como el guitarrista Nacho Galán, el bajista José Miguel Fernández, el batería Manuel Reyes, o el que fuera uno de los pilares de la banda el teclista Pablo Rabadán, que falleció en 2022. En cualquier caso, la actual encarnación de Medina Azahara, que se completa con el teclista Manuel Ibáñez, -que lleva más de veinticinco años, que se dice pronto-, el batería Fernando Prats y su más reciente incorporación el bajista Carlos Deko, puede presumir de ser una de las más solventes, potentes y versátiles de su historia.

Para despedirse de su audiencia en la capital catalana Medina Azahara convocaron a todos sus fieles incondicionales en la céntrica Sala Apolo, un enclave que acabó quedándose pequeño, ya que las entradas hacía varias semanas que se habían agotado. Además, los cordobeses llegaban a la cita en solitario, sin contar con el concurso de banda de apertura, lo que nos hacía presagiar que nos ofrecerían un show largo, en el que tendrían cabida muchos de esos himnos que han acabado formando parte de la banda sonora de la vida de varias generaciones de seguidores. Otro detalle que me gustaría destacar, fue lo variopinto del público asistente, ya que entre los presentes hubo no solo edades de lo más dispares, sino que también había público generalista, otro más afín a las sonoridades propias del rock andaluz, y por supuesto que tampoco faltó una nutrida representación de los seguidores del hard rock y el heavy metal. Precisamente, eso es algo que desde hace muchos años han llevado a gala tanto Manuel Martínez como Paco Ventura, y es el haber adoptado la indumentaria rockera: luciendo pelo largo, cadenas, pantalones de cuero, tachas, remaches, camisetas y camisas negras..., y es que fueron precisamente los álbumes de su etapa más rockera, de principios de los noventa: “Sin Tiempo”(1992), “¿Dónde Está La Luz?”, (1993) y “Árabe”(1995), los que gozaron de mayor peso en el repertorio que pudimos disfrutar esta noche. No obstante, los andaluces tampoco quisieron dejarse en el tintero alguna muestra de lo que fue su primera década de andadura, ni tampoco algún guiño a los últimos años de los noventa y a los inicios de este tercer milenio. Sin embargo, y para disgusto de algunos, la banda dejó completamente aparcadas sus últimas entregas de estudio, las que siguieron a “Aixa”(2003).

Una sala Apolo repleta, llena hasta la bandera, aguardaba impaciente a que llegara la hora marcada para el inicio del show, las 19,30 horas, mientras que en el escenario podíamos ver una proyección con las siluetas de Manuel Martínez, Paco Ventura y Manuel Ibáñez anticipándonos lo que estaba por llegar. Durante los minutos previos a lo que fue el arranque propiamente dicho de la descarga del combo andaluz pudimos disfrutar de la felicitación por toda su larga trayectoria de diferentes figuras públicas del país, incluyendo tertulianos televisivos, actores y actrices, presentadores, artistas de diferentes estilos y, como no, gente cercana al rock como Kutxi Romero, El Sevilla, Joaquín Padilla, Fortu y Paco Laguna de Obús, y Leo Jiménez que fue el primero en aparecer para dejar constancia de lo mucho que le han marcado e influenciado. Todos estos artistas fueron apareciendo en diferentes turnos para acabar dejando paso a una cuenta atrás que en su tramo final estuvo marcada por la proyección de las portadas de todos los álbumes que la banda ha publicado a lo largo de su prolífica trayectoria.

Al igual que se abría aquel trabajo homónimo que la banda publicó en las postrimerías de la década de los setenta, y acompañados de una explosión de luz y color, los miembros de la banda irrumpían en escena para desplegar el mágico sinfonismo del que fue también su primer gran éxito: “Paseando Por la Mezquita”. El último en tomar posiciones, -con ese look tan particular que lleva acompañándole desde principios de la década de la década de los noventa-, acompañado de una cerrada ovación fue el carismático Manuel Martínez, y ya desde el mismo arranque pudimos apreciar que su voz sigue manteniéndose impasible al paso del tiempo, ya que conserva la textura y el color que tanto ha marcado su propuesta hasta el punto hacerla absolutamente reconocible.

Fue un inicio fulgurante, en el que Medina Azahara pusieron ya a todo el recinto a cantar, y es que esta noche tenía que ser especial…, ¡y vaya si lo fue! Cuarenta seis años es mucho tiempo, media vida, eso es lo que llevan los andaluces en la carretera. Había muchos clásicos que repasar, muchos temas que no podían dejar de sonar, y lamentablemente el tiempo era limitado. Así que aunque un servidor no es muy partidario de los pupirrís varios fueron los que pudimos disfrutar esta noche, sirviendo como guiño o representación de algunos temas que han sido importantes y trascendentes dentro de su carrera. El primero de los que pudimos escuchar, que llegaba tras los obligados saludos, estaría conformado por temas de sus primeras entregas. De modo que esta primera incursión por los finales de los setenta y la década de los ochenta arrancó con una visita a sus raíces más netamente andalusís contenidas en “El Rincón De Mi Mente”, que mutaría hacia “La Esquina Del Viento” para acabar desembocando en “Andalucía”, que llegó acompañada por la proyección de la bandera de su comunidad mientras Manuel Ibáñez daba un giro de 180 grados a sus teclados antes de flanquearnos el paso hacia “Sé”, que contó nuevamente con el apoyo de las palmas de una entregada audiencia, para dejar que el broche a este “Frankenstein” musical lo pusieran las embaucadoras melodías de “Al-Hakim… Otro lugar”, antes de ponernos a todos a saltar siguiendo a la contagiosa “Hacia Tí”.


Algo que siempre me ha llamado la atención en los conciertos de Medina Azahara es que pese a la variedad de su público, todos parecen disfrutar por igual tanto de los temas, llamémosles. de corte andaluz, como de las baladas, o de los más cañeros. De modo que llegaba el momento de mostrar los colmillos, su parte más potente y hard roquera, y la mejor forma fue realizando una primera incursión en el álbum que les dio una segunda juventud a principios de los noventa: “Sin Tiempo”, dando buena cuenta de una celebradísima “Algo Nuevo”, que nacía acompañada del ritmo de palmas, casi a ritmo marcial, del respetable para acabar zanjándose con un espectacular solo de Paco Ventura. No abandonarían el material del plástico que, de alguna forma, les abrió también las puertas de las radiofórmulas, ya que las voces de todos los presentes volverían a aunarse para que cada vez que Manuel alzaba los brazos se oyera el clamor que anunciaba que el tema que estaba sonando era “Junto A Lucía”.

Con banda y público habiendo conseguido crear esa conexión especial, que solo se vive en los conciertos de los cordobeses, y que provoca que el respetable acabe convirtiéndose en un miembro más de la formación, llegaba el momento de dejar patente que Medina Azahara siguen manteniéndose firmes en sus letras comprometidas y en sus mensajes antibelicistas. Así que trallazos desgarradores como “Hijos Del Amor Y De La Guerra” y “Niños”, sirvieron para ratificarlo. Acto seguido llegaría uno de los momentos crudos de la noche, ya que Manuel durante la charla que precedió a “Tierra De Libertad”, recordó a todos aquellos que dejan su tierra para buscar una vida mejor, y lo mal que son tratados por la sociedad en muchas ocasiones. El resultado fue una cálida ovación en respuesta al alegato del vocalista, para posteriormente ver cómo toda la sala se convertía en un clamor a la hora de atacar ese matador estribillo preñado de punch netamente metalero.

El segundo guiño que los cordobeses se permitieron a lo que ha sido su producción en este tercer milenio fue el guitarrero el “El Vaivén Del Aire”, rescatado del fantástico “Aixa”, que llegó precedido de unas afectuosas palabras de Paco y Manuel a su amigo Antonio Orozco, que fue quien colaboró en su versión de estudio. Sin duda las baladas han jugado un papel fundamental en la carrera de Medina, muchas han sido las que han servido como banda sonora para diferentes generaciones de seguidores. De modo que la mejor forma de repasar algunas de las más trascendentes y emblemáticas fue en forma de un popurrí que arrancó dando rienda suelta a las suntuosas melodías “Solos Tu Y Yo”, para posteriormente adentrarnos en la desgarradora “Tu Mirada”. La emotividad nos pondría los pelos de punta con los teclados que introdujeron la ochentera “Otoño”. Las emociones seguirían siendo las protagonistas durante “La Luz De Mi Camino”, mientras que la elegida para dejar patente que hay algo más que sentimientos de amor en las baladas fue “El Soldado”, que hacía que el público acabara tributándoles una cerrada ovación de gala. Fieles a sus raíces, y orgullosos de ser embajadores de su tierra, tampoco podía faltar esta noche un tema tan emblemático como el galardonado “Córdoba”, que llegaba acompañado de diferentes imágenes de “La Ciudad De Los Treinta Caballeros”.

A lo largo de la velada hubo muchos momentos emocionantes, cargados de intensidad y emoción. Pero sin duda si me tuviera que quedar con tan solo uno, elegiría “Solo Y Sin Ti”, que la banda al completo dedicó al fallecido Manuel Ángel Martínez, hijo del vocalista que colaboró y produjo algunos discos de la banda, y que fue recordado con devoción por Paco Ventura ante el rostro emocionado de su padre. Y es que Manuel no pudo evitar girarse para contemplar la imagen de su hijo en las pantallas antes de que prácticamente se le quebrará la voz y acabará fundiéndose en un emocionante abrazo con el guitarrista que ha sido su compañero de viaje durante los últimos 36 años. Ante un público que tributó a toda la banda, -pero en especial al vocalista-, una afectuosa y cálida ovación, que se extendió durante varios minutos, tal y como comentó el propio frontman citando a otro de los grandes que desafortunadamente tampoco está ya entre nosotros: Freddie Mercury: “El Show debía continuar”, de modo que llegaba el momento de sumergirnos de lleno en otra de esas composiciones que aúnan a la perfección el rock y las sonoridades arabescas como es “Favorita De Un sultán”, que nos emocionaba con esas vibrantes transiciones entre guitarra y teclados.

Tocaba volver a hacer subir el nivel de revoluciones de la audiencia. Nuevamente, era el momento de alzar los puños para cantar el coreable estribillo de otra de sus indiscutibles bazas ganadoras en directo: “Velocidad”, que hacía que el concurrido recinto se viniera literalmente abajo logrando que la voz de Manuel Martínez quedará sepultada bajo el rugido de sus entregados incondicionales. El movimiento entre las primeras filas no se detendría, ya que a continuación tendríamos oportunidad de disfrutar de “cápsulas” de “No quiero Pensar En Ese Amor”, que incluyó un fantástico alarde vocal de Manuel en el arranque, “Dudas” que mantenía la flema roquera pese al indudable protagonismo de los teclados que condujeron el tema, para acabar dejando paso a las voces corales de toda la banda durante “El Pozo De Mi Sed”. El cambio de registro llegaría de manos de “Que Tengas Suerte”, mientras que la escogida para cerrar lo que fue este tercer y último popurrí de la noche fue “Solo Un Camino”, que fue el único recuerdo que se permitieron a su “Tánger” de 1998.

La explosión del público serviría para que “Palabras De Libertad”; se acabará convirtiendo en otro de los puntos culminantes de la velada con todo el personal saltando incansablemente, mientras Manuel Ibáñez abandonaba su posición tras los teclados para empuñar un keytar y tomar la primera línea del escenario para compartir protagonismo instrumental con Paco Ventura y deleitarnos con uno de los duelos más flagrantes de la noche. La escogida para poner el punto y seguido al show fue otra de las que se ha convertido en imprescindible para todos sus seguidores, una de las que nunca falta en sus descargas desde que la grabaran para “Sin Tiempo": “Necesito Respirar”; que fue coreada como el himno que es en una versión alargada que sirvió para que la gente repitiera una y otra vez su fantástico e irrepetible estribillo antes de tributar a la banda una cerrada ovación mientras Paco Ventura levantaba su flecha al aire en señal de rotundo triunfo por parte de una banda que se mostró absolutamente pletórica.

Tras un rápido paso por los camerinos, Medina Azahara regresaron a escena para reencontrarse con unos seguidores que les aguardaban con los brazos abiertos y hambrientos de más música. De modo para dar el pistoletazo de salida a los bises el quinteto apostó sobre seguro, como no podía ser de otra forma, poniéndonos a todos a saltar nuevamente siguiente el contagioso dinamismo del siempre efectivo “A Toda Esa Gente”. Lamentablemente, la despedida definitiva parecía que estaba a punto de consumarse cuando Manuel nos anunció que tocaba entonar su versión del clásico de Los Módulos “Todo Tiene Su Fin”. Pero, afortunadamente, no fue así, ya que el vocalista tras interpretar el tema y presentarnos a toda la familia que forma parte de la banda, -incluyendo técnicos de luces, sonido, managers, ...etc.-, nos anunció que tenían previsto regresar en octubre de 2026 para rematar esta gira de despedida, ya que su intención es que los últimos conciertos sean en Barcelona, Madrid y, por supuesto; Córdoba.

Fue una noche irrepetible, mágica, en la que los seguidores de Medina Azahara tuvimos ocasión de volver a deleitarnos con una colección de clásicos imprescindibles de manos de una banda única e irremplazable dentro de la escena nacional. Por supuesto, que se quedaron muchos temas en el tintero. Sin ir más lejos a un servidor le faltaron algunos como “Navajas De Cartón”, “El Lago”, “Un Año De Amor”, “La Tierra Perdida (O.U.A.)”..., Sin embargo, lo mejor fue irnos a casa con la sensación de que la banda ha decidido despedirse cuando está en un excelente estado de forma, y en un punto álgido de su carrera. Ahora solo queda esperar hasta el próximo mes de octubre que, si no hay cambio de planes, será cuando la carrera de los cordobeses acabe cerrándose definitivamente por todo lo alto.




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